Manualidades

Cómo hacer slime con pasta de dientes y champú

El slime es una de las manualidades que más gusta a los más pequeños de la casa

slime con pasta de dientes
El slime es una de las manualidades que más gusta a los más pequeños de la casa

Hacer slime es uno de los entretenimientos más divertidos para los niños en el último año, ya que según los ingredientes que utilices puedes conseguir diferentes resultados, lo cual da muchísimo juego. Hoy te contamos cómo hacer slime con pasta de dientes y champú, una receta diferente y original que nada tiene que ver con la clásica de pegamento y borax.

Pasos para hacer slime con pasta de dientes y champú

  1. Elige un champú que tenga consistencia espesa y añade un par de cucharadas en un plato pequeño.
  2. Si el champú es totalmente blanco, puedes añadir un par de gotas de colorante alimentario para darle color al slime. Esto es totalmente opcional según lo que cada uno quiera al hacerlo.
  3. Debes tener en cuenta también el aroma del champú que elijas, ya que la pasta de dientes ya le va a dar aroma a menta, por lo que elegir un champú similar quizás sea lo más adecuado.
  4. Añade un poco de dentífrico, la cantidad debe ser ¼ de la cantidad de champú empleada. Normalmente es suficiente con una cucharadita de dentífrico.
  5. Remueve bien ambos ingredientes, verás que a medida que se van integrando se forma una sustancia pegajosa, más o menos en un minuto. Lo ideal es utilizar para remover un palillo o cucharilla.
  6. Si está quedando muy duro, añade un poco de champú, y si está quedando muy viscoso es mejor añadir un poco de pasta dental. Vuelve a remover hasta lograr un color y textura uniformes.
  7. Mete el slime en el congelador y revísalo cada 10 minutos para comprobar cuándo está listo. Debe tener una consistencia firme pero no sólida como el hielo. Si aún está muy blando, congela 10 minutos más.
  8. Pasado el tiempo de congelado necesario (suele ser una hora), amasa el slime con pasta de dientes para suavizarlo, aplastando y estrujando con los dedos hasta que lo suavices.
  9. Juega todo lo que quieras con él y cuando termines guárdalo en un recipiente de plástico pequeño que tenga tapa.
  10. Con el tiempo se va a resecar, así que cuando notes que ya se está empezando a endurecer y no se ablanda al amasarlo, tíralo y haz otro.

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