El secreto de la longevidad de Leonardo da Vinci
La vida de Leonardo da Vinci es testimonio de que la longevidad no es solo el resultado de factores biológicos, también de elecciones de vida.
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Leonardo da Vinci, el genio renacentista más importante de su época, continúa despertando un gran interés entre los investigadores e historiadores. Aunque es indiscutiblemente reconocido por sus pinturas y sus innovadores inventos, Leonardo tenía una gran inquietud por la cocina que lo llevó a desempeñarse como gastrónomo, una faceta que muchos desconocen sobre él.
Debido a su amor por la naturaleza y su filosofía de vida, Da Vinci adoptó una alimentación casi vegetariana que le permitió vivir de forma saludable y longeva. El secreto de la longevidad de Leonardo da Vinci estaba en su dieta, la cual era muy distinta a la de la época.
Un hombre de curiosidad insaciable
Uno de los secretos de la longevidad de Leonardo da Vinci radica en su insaciable curiosidad. Desde una edad temprana, mostró un interés por el mundo que lo rodeaba. Este deseo de aprender y comprender no solo lo llevó a explorar diversas disciplinas, sino que también fomentó una mentalidad activa y un enfoque integral hacia la vida. En su diario, Leonardo escribió: «El aprendizaje nunca agota la mente». Esta búsqueda de conocimiento constante puede haber tenido un impacto positivo en su salud mental y emocional, aspectos cruciales para una vida larga y plena.
La conexión con la naturaleza
Leonardo tenía una profunda conexión con la naturaleza, lo que se refleja en su arte y sus escritos. Pasaba horas observando aves, plantas y el comportamiento de los animales. Esta conexión no solo alimentó su creatividad, sino que también le proporcionó un sentido de paz y tranquilidad. La naturaleza, con su ritmo y sus ciclos, puede ser un excelente antídoto contra el estrés y la ansiedad, factores que, en la actualidad, son reconocidos como contribuyentes significativos al deterioro de la salud.
Hábitos saludables y actividad física
A lo largo de su vida, el genio dio mucha importancia a la actividad física. Era conocido por realizar largos paseos en la campiña toscana, lo que no solo le proporcionaba ejercicio, sino que también le permitía contemplar la belleza del paisaje. La actividad física regular es un componente crucial para la salud a largo plazo, ya que ayuda a mantener el corazón saludable, mejora la circulación y contribuye a un mejor estado de ánimo.
¿Cómo era la dieta especial de Leonardo da Vinci para tener una vida saludable y longeva?
Da Vinci creció en la Toscana rural y vivió gran parte de su vida al aire libre, rodeado de naturaleza, lo que despertó en él un interés especial por el mundo natural. En sus diarios escribía todo lo que observaba y dedicaba su tiempo libre en estudiar los mecanismos de la naturaleza para poder aplicarlos en sus inventos y obras.
El amor que sentía por la naturaleza y los animales le hizo seguir una dieta vegetariana, basada en alimentos frescos y naturales. Para Leonardo, los animales no eran fuentes de alimento porque, en comparación a las plantas, podían sentir dolor. Este pensamiento derivaba de su enorme sensibilidad al dolor ajeno y sus principios éticos, definida por muchos como ecologistas.
¿Qué comía Leonardo da Vinci?
El interés de Leonardo da Vinci por conocer las propiedades y beneficios de los alimentos lo llevó a descubrir una nueva pasión: la cocina. En sus diarios, Da Vinci escribía “sus listas de la compra” y varias “recetas de comida” en las que predominaban las frutas y verduras y poca carne.
Se cree que Leonardo se alimentaba principalmente de legumbres, frutas, verduras, cereales y frutos secos, así como de anguilas y otros pescados. Esta forma de alimentación era definida por el propio artista como una “dieta simple”, lo cual era poco común en la época. De hecho, tenía gustos culinarios “sencillos”, pero muy saludables y con una combinación de sabores muy particular.
Uno de sus platos favoritos era espinacas hervidas con un huevo y porciones pequeñas de queso mozzarella. También le gustaba mucho la sopa de castañas, la cual se preparaba con aceite, miel, sal y pimienta. Otro de sus platillos predilectos era una cebolla hervida, sobre una rodaja de queso mozzarella y aceitunas negras. Además, solía comer platos osados y sencillo, como las rodajas de zanahoria cruda con salsa de anchoas.
El lado gastronómico de Da Vinci
Se dice que Da Vinci también fue un genio de la cocina, pues trabajó como chef en distintas cortes europeas, preparando platos culinarios exóticos muy diferentes a los de la época. Al momento de cocinar, Leonardo era muy creativo y detallista, pues se preocupaba por cada textura, sabor y presentación.
De acuerdo al historiador de arte Jean-Christophe Hubert, entre las elaboraciones que se le atribuyen a Leonardo destacan las gambas rojas con burrata, albaricoques con menta, pechuga de pichón con moras o la “acquarosa”, una bebida considerada afrodisíaca, con agua de rosas, azúcar, limón y alcohol.
A Da Vinci no solo le preocupaba los nutrientes de los alimentos, sino en cómo estos influían en su salud física y mental. De hecho, en sus escritos, solía anotar consejos para mejorar la digestión. Por ejemplo, cuando preparaba lentejas, recomendaba hervirlas dos veces para evitar que el estómago se llenara de gases. También aconsejaba beber el agua en el que se remojan los garbanzos para purificar los riñones.
Da Vinci también creó varios utensilios de cocina como la servilleta, el cual ideó para reemplazar la costumbre renacentista de limpiarse las manos en el lomo de animales que estaban atados a la mesa. También inventó el tenedor de tres puntas para poder comer tallarines con mayor facilidad y el prensador de ajo.
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