Los Rodeos: El accidente aéreo con más víctimas de la historia

A pesar de que el avión se considera el medio de transporte más seguro que existe, que duda cabe que un accidente aéreo, por pequeño que pueda ser, siempre producirá un número elevado de víctimas mortales. En la historia de la aviación civil existen muchos accidente que se han llevado a muchas personas, y el que más víctimas tuvo nunca lo encontramos en España. Concretamente fue el accidente aéreo sucedido en 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos.

Este mortal accidente tuvo lugar en el 27 de marzo del 77 en el aeropuerto de los Rodeos en el municipio de La Laguna, situado en Santa Cruz de Tenerife. En él, 583 personas perdieron la vida después de que dos aviones de gama Boeing 747 chocaran frontalmente teniendo este fatal desenlace.

Aviso de bomba

En la mañana de este 27 de marzo de 1977 nadie presagiaba lo que ocurriría en el pequeño aeropuerto de Los Rodeos. Un aviso de bomba llevado a cabo por un grupo de independentistas canarios, el M.P.A.I.A.C (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario) avisó que una bomba estallaría en el aeropuerto a no ser que se cumplieran sus exigencias.

Horas antes, a las 13:15, hora local en Canarias, había hecho explosión una bomba en el aeropuerto de Gran Canaria que supuso el cierro del dicho aeropuerto durante unas horas. El trasiego de esas horas y la mala organización de después de los primeros avisos, hicieron que el desastre se consumara unas horas después en el aeropuerto de Los Rodeos.

Varios errores para la tragedia

Los dos aviones que se vieron implicados en la tragedia eran dos modelos Boing 747, uno de la aerolínea holandesa KLM con 234 pasajeros y 14 tripulantes y otro de la estadounidense Panam con 380 pasajeros en el vuelo y una tripulación de 16 personas.

Dos grandes máquinas del aire que se convirtieron en una bomba de relojería en el aire. Además, por si fuera poco, el KLM había repostado sus tanques de gasolina antes de salir, nada más y nada menos que 55.000 litros de combustible listos para un viaje largo.

Ambos tenían como destino llegar al aeropuerto de Gran Canaria, pero debido al cierre de este por la primera bomba, tuvieron que variar sus planes, teniendo que dirigirse al aeropuerto de Los Rodeos, que no estaba capacitado para recibir a muchos de los aviones desviados por su poca infraestructura.

A esto se unió que que las conexiones de radio entre los aviones y la torre de control fueron defectuosas lo que provocó un evidente caos entre los aviones y las órdenes que debían recibir los pilotos para realizar sus maniobras de despegue y aterrizaje.

El accidente

El avión holandés comenzó su despegue sin recibir el OK de la torre de control. Tal y como demostraron las grabaciones después del accidente, el operario de la torre le indicó que esperase para su despegue: «OK, espere para despegar, le llamaré». En estas mismas grabaciones se pudo escuchar al piloto de Panam indicando que se encontraba todavía en pista, por lo que el avión de KLM no debía de haber iniciado el vuelo.

El resultado de esto fue una confusión constante entre los pilotos y la torre que llevó al fatal desenlace. El avión de KLM avanzó a toda máquina por la pista mientras que el de Panam se dirigía a la pista en sentido contrario. Debido a la niebla y las nubes, solo se vieron unos segundos antes del choque, por lo que no pudieron hacer nada para evitarlo, a pesar de que el piloto holandés intentó levantar el vuelo como pudo.

El choque frontal fue inevitable. A pesar de la tragedia, 70 personas pudieron escapar de aquél tormento desatado, aunque luego sobrevivieron 54 pasajeros y siete tripulantes, entre ellos el único español que viajaba en los dos aviones, un delegado de la compañía Panam en España.