¿Qué ocurrió en el Gran Incendio de Chicago de 1871?
Tres días después de declararse el Gran Incendio de Chicago, los bomberos y autoridades de la ciudad consiguieron controlarlo por completo. Existe mucha leyenda respecto a uno de los acontecimientos más devastadores que ha sufrido la ciudad, y que cambió su fisionomía para siempre y el concepto de industrialización en Estados Unidos.
El 8 de octubre de 1871, las llamas comenzaron a cubrir toda la ciudad de Chicago. En esos momentos, la ciudad había sufrido en los últimos años una expansión sin precedentes en el país, y se había convertido en una de las urbes más importantes de Estados Unidos.
La inmigración, la industrialización y una enorme sequía que acotaba la ciudad, fueron algunas de las causas que las autoridades dieron para explicar el Gran Incendio de Chicago.
La vaca de los O’Leary
La versión oficial cuenta que el incendio se originó en una granja de inmigrantes irlandeses. Por aquellos tiempos, italianos e irlandeses comenzaban a tener cierta importancia en la ciudad, y llegaban de todos los lugares.
Según la versión, una vaca de una familia irlandesa, los O’Leary, golpeó un farol y comenzó el fuego. La sequía contribuyó a que las llamas se expandieran rápidamente y también ayudó que los bomberos se encontraban exhaustos mientras sofocaban otros incendios en otras zonas.
La esperanza durante las primeras horas de fuego se pusieron en que el río que divide la ciudad, el Chicago River, sirviera de cortafuegos para parar las llamas, pero la enorme suciedad y cantidad de ganado muerto que transportaban sus aguas, no hizo sino que se expandiera y saltara al otro lado mucho más rápido.
Tampoco ayudó demasiado que la mayoría de viviendas de la ciudad estuvieran construidas con madera. Esto provocó una expansión del fuego muchas más rápida e imposible de parar por los bomberos.
Consecuencias del incendio
Tres días después de declararse el Gran Incendio de Chicago, la lluvia hizo acto de presencia y ayudó a que las llamas fueran rebajando su violencia hasta acabar apagándose.
Las consecuencias primeras fueron que 1 de cada 3 habitantes de Chicago se quedó sin hogar pasto de las llamas. Se recuperaron unos 120 cuerpos de los escombros, aunque se estima que fueron muchos más. Comenzaron a llegar donaciones a la ciudad de todo el país y las nuevas viviendas y edificios comenzaron a construirse de manera diferente, con una planificación y sin madera.
En 1997 se exoneró a la familia O’Leary como posibles causantes del incendio, para el que siempre se han barajado otras teorías, desde una partida de póker que acabó con un farol incendiando el local, hasta fragmentos de un cometa que llegó a la Tierra.