Los críticos de España dicen que fue una costumbre terrorífica de la Inquisición, pero no existió en la Edad Media

Es cierto que en la Edad Media existían hábitos vomitivos, pero también hay mucha literatura sobre dicha época. Sobre todo cuando hablamos de España es habitual que la leyenda negra renazca y la fantasía se mezcle con la realidad.
Por ejemplo, hay quien atribuye a la Inquisición Española una de las torturas más terroríficas del medievo: la doncella de hierro. Lo cierto es que ni se usó en España ni se inventó antes de siglo XVIII.
Después de revisar los documentos, los historiadores tienen bastante claro que esta supuesta costumbre inquisitorial fue un mito nacido muchos años después y los españoles no conocieron este supuesto sarcófago de hierro.
Leyenda negra de España: la costumbre de la Inquisición que jamás existió
Quienes critican a España han señalado a menudo que la doncella de hierro era símbolo de la brutalidad inquisitorial. No obstante, las pruebas apuntan a que este artilugio fue realmente inventado en el siglo XVIII.
Al principio creían que se usó por primera vez en Núremberg durante el siglo XVI, pero la verdad es que el historiador Johann Philipp Siebenkees interpretó erróneamente una crónica en 1793.
A partir de ese momento comenzaron a construirse réplicas de la doncella de hierro, pero se duda de que llegasen a usarse en cualquier proceso judicial: ni en España ni en ningún lado. En cualquier caso, pudo emplearse a nivel privado con fines macabros.
De hecho, la doncella de hierro más antigua que se conservaba en Núremberg no era más que una réplica de 1802. Las ganas de criticar a España, el romanticismo y la literatura gótica provocaron que este icono macabro cogiera fama.
Por ejemplo, escritores como Bram Stoker, autor de Drácula, se inspiraron en este invento tardío para alimentar sus historias de terror. Lo mismo ocurrió con la leyenda de la condesa húngara Isabel Báthory, a la que se atribuyó falsamente el uso de la doncella de hierro para bañarse en la sangre de sus víctimas.
Cómo funcionaba el instrumento de tortura de la doncella de hierro
La imagen popular de la doncella de hierro es la de un ataúd metálico con forma humana, dotado de clavos en su interior. La víctima era introducida en pie y, al cerrarse las puertas, las puntas penetraban en su cuerpo sin perforar órganos vitales, lo que provocaba una lenta agonía.
Además, relatos posteriores han ido añadiéndole otros elementos de tortura. Por ejemplo, la insonorización de las puertas para evitar que los gritos se escucharan o la posibilidad de ajustar los pinchos según la complexión del reo.
Sin embargo, los historiadores tienen claro que esto pertenece a los cuentos de miedo y no a la realidad medieval. De hecho, como método de tortura era muy poco eficaz, ya que no permitiría graduar el dolor ni obtener confesiones.
La falsa costumbre de la Edad Media que ha calado en la cultura popular
Aunque nunca existió en la Edad Media, la doncella de hierro ha sobrevivido como símbolo del horror. Prueba de ello es que existieron varias réplicas que se exhibían en museos y colecciones privadas durante el siglo XIX y XX.
Otro problema es que la pieza más famosa, la del castillo de Núremberg construida en 1802, fue destruida durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Todos los expertos coinciden es que su historia es un ejemplo claro de la mala imagen que nos ha llegado de la Edad Media y de la leyenda negra contra España.
Aun así, resulta curioso ver los mil ejemplos que todavía perduran de la doncella de hierro en nuestra cultura. Aparece en episodios de Los Simpson, en la película Gru: mi villano favorito y la banda británica Iron Maiden cogió el nombre de este supuesto instrumento de tortura.