Arqueología

Conmoción entre los arqueólogos por el hallazgo de un extraño líquido bajo una pirámide: aún no saben para qué sirve

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Construcciones arqueológicas en la ciudad en ruinas de Teotihuacán. Imagen: Burkhard Mücke.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La historia nunca deja de sorprender, y gracias a la arqueología seguimos encontrando cosas que parecían imposibles. Ya sea entre restos humanos, ofrendas o antiguos jeroglíficos, el pasado siempre deja más preguntas que respuestas. Esta vez, el misterio llega desde México, en una pirámide que guarda algo fuera de lo común.

Hace unos años, los arqueólogos descubrieron bajo una de las construcciones más emblemáticas de Teotihuacán algo que nadie esperaba: un río de mercurio líquido. Lo curioso es que nadie sabe para qué servía ni por qué estaba allí.

El río de mercurio que desconcertó a los arqueólogos bajo la pirámide de Teotihuacán

En Teotihuacán, el arqueólogo mexicano Sergio Gómez trabajaba en una excavación cuando dio con algo que nadie imaginaba. Bajo la Pirámide de la Serpiente Emplumada, en un túnel cerrado durante casi dos mil años, su equipo halló una cámara que contenía mercurio líquido.

El diario The Guardian informó que las excavaciones de Sergio Gómez revelaron tres cámaras subterráneas a varios metros de profundidad, donde se hallaron objetos poco comunes: figuras de jade, restos de jaguar y conchas talladas.

Todo apunta a que aquel espacio no era un simple depósito de ofrendas, sino el escenario de un antiguo ritual cuidadosamente preparado. El mercurio probablemente simbolizaba un río del inframundo, una especie de frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Lo curioso es que esa idea no era nueva, en la tumba del primer emperador de China ya se documentaron ríos de mercurio con la misma intención simbólica.

En las cámaras subterráneas de Teotihuacán también se hallaron láminas de mica, un mineral reflectante que, según algunos expertos, habría reforzado ese efecto sobrenatural del entorno, como si cada elemento estuviese diseñado para recrear un espacio entre real y sagrado.

Otros incluso se atreven a sugerir que mica y mercurio podrían haber formado parte de un mecanismo energético, aunque esa idea sigue en los márgenes del debate académico.

Cómo era el río de mercurio que encontraron bajo la pirámide

Lo que encontraron los investigadores eran acumulaciones de mercurio líquido canalizadas dentro de la estructura, junto a objetos rituales, esculturas y elementos orgánicos. En total, más de 50.000 piezas salieron del túnel desde que comenzaron las excavaciones.

Procesar mercurio en la antigüedad no era tarea sencilla. El metal se obtiene del cinabrio, un mineral escaso que requiere calentamiento a altas temperaturas. Extraerlo, transportarlo y mantenerlo líquido en una cámara cerrada es un desafío técnico que habla del conocimiento que manejaban los teotihuacanos. No cualquiera podía hacerlo.

Por eso se sospecha que este espacio estaba reservado a la élite. Quizá incluso a un gobernante. Si el túnel lleva realmente a una tumba real, sería la primera vez que se identifica una en Teotihuacán.

Y con ello, tal vez, se llegue a entender mejor cómo se ejercía el poder en aquella ciudad sin nombre, donde nunca se encontró el retrato de un rey, ni un palacio, ni una inscripción que lo confirmara.

Además de tóxico, este era un material casi imposible de obtener en esa época. Por eso el hallazgo desconcertó a los investigadores desde el primer momento.

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