Pablo Motos desvela en ‘El Hormiguero’ el trato que tenía con su padre
Uno de los recuerdos más queridos de su infancia
La noche del miércoles ha estado marcada en El Hormiguero por los buenos momentos que ha provocado la visita de Florentino Fernández, que ha acudido para promocionar el estreno de Kung Fu Panda 4, película en la que pone voz al Po, el protagonista. En ella, Pablo Motos se ha mojado y ha querido recordar uno de sus recuerdos de la infancia junto a su padre.
El humorista se vuelve a meter en el papel del protagonista de la conocida saga de dibujos animados en la que se enfrenta al reto de convertirse en Maestro Espiritual del Valle de la Paz y buscar a un sucesor, aunque en ese momento se encontrará con la Camaleona, una nueva enemiga a la que deberá vencer.
El presentador ha querido aprovechar que el oso Po no puede meditar porque siempre está pensado en comida para hacerle una pregunta espiritual: «¿Cuál es el mejor bocadillo del mundo?». El de Sacedón comenzó a dudar, tanto que ha dejado claro que tiene «mínimo cinco entre sus favoritos».
Comenzó recordado un clásico como es el «de tortilla con pimientos y mahonesa por los dos lados», que le recordaba a un amigo de su infancia. Otro que no podía faltar es el que calificó como «el de calamares con pan guarro, el que se escribe pan con h intercalada», y terminó de relamerse ante las cámaras al hablar del «de foigras y mermelada de arándanos».
Para cerrar, ha querido ha querido destacar «un brioche tostado que probé el otro día con calamarcitos de pota y mahonesa picante, se me caían los chorretes», de él guarda un gran recuerdo. Toda una ‘gochada’ que confiesa tenerla «almacenada en el cerebro».
Pero Flo no ha sido el único en hablar de sus vicios gastronómicos confesables, también Pablo Motos se ha unido a la fiesta. El valenciano ha recordado su infancia. «Mi bocata preferido es un bocata de lomo fresco con pan crujiente» que le recuerda a cuando tenía que ir con su padre a ayudarle con su trabajo.
«Mi padre era cocinero por la mañana y por la tarde vendía revistas de punto de cruz. Entonces yo era el niño que daba pena», así ha explicado que su labor era la de poner cara triste cada vez que su padre intentaba hacer una venta casa por casa. Se trataba de una técnica de marketing de lo más astuta para hacer que la gente se rascase el bolsillo.
«Si nos iba bien, entonces mi padre decía: ‘bocadillo de lomo’», por ese motivo ese plato le trae grandes recuerdos. Pero Florentino ha querido ponérselo más complicado a su entrevistador y le ha preguntado cuál es el que después de años y de haber probado más cosas se habría convertido en su bocadillo favorito.
«Me has matado con el primero, el de tortilla con mahonesa, aunque le quitaba los pimientos verdes», ha confesado. En ese momento, Flo ha aprovechado para dejar claro que, sabiendo que no es nada sano, la culpa es de los nutricionistas: «Lo que hacen es amargarnos la vida».
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