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La verdadera relación entre un buen vino y sus lágrimas

lágrimas
Lágrimas formadas en la copa (Foto: getty)

Sirve un poco de vino en una copa. Y agítalo suavemente. Al elevarla verás algo similar a unas lágrimas cayendo por el cristal. ¿Qué dice sobre el vino el tipo de lágrima que se observa? Primero es importante entender por qué se forman. Así tú mismo contestarás a la pregunta.

¿Por qué se forman?

Por el efecto Marangoni. La forma que vemos es la dinámica que se establece cuando dos líquidos tienen diferente tensión superficial. El vino contiene, entre otros ingredientes, agua y alcohol. El agua tiene más tensión que el agua, lo que hace que esta se ‘reagrupe’ en forma de lágrima. Su nombre fue tomado del físico italiano Carlo Marangoni, que realizó su tesis doctoral en la Universidad de Pavia, en 1865.

¿Qué indican las lágrimas?

Para Ana Frías, experta catadora, “está directamente relacionadas con el grado alcohólico que tiene el vino. Cuanto mayor es este, más untuosas son”. Esta afirmación tiene matices, como veremos más adelante.

“Otro componente -continúa Frías- que influye en su forma, es el glicerol. Se trata también de un tipo de alcohol que se encuentra en el vino. Es un líquido denso que da cuerpo y consistencia al vino. Normalmente cuanto más alcohol, menor cantidad de glicerol contiene el vino”. Y por último, también influye el grado de azúcar. Cuanto más dulce es un vino, más lentamente se deslizan las lágrimas.

¿Qué influye en su forma?

Decíamos anteriormente que el alcohol y el efecto Marangoni, explica la formación que observamos en la copa. Pero hay otros elementos que afectan al tipo de lágrima:

  • Variedad de la uva: hay frutos que contienen más o menos glicerina. Y como hemos visto, es un elemento que contribuye a la formación de las lágrimas.
  • La diferencia de temperatura entre la copa y el vino
  • Restos de detergente o abrillantador en la copa
  • El tipo de copa y/o la calidad del cristal

4 mitos sobre las lágrimas:

  • Para degustar un vino hay que analizar el espesor de la lágrima, la longitud, la distancia entre ellas o su velocidad de caída por el cristal.
  • Cuanto mayor número de lágrimas, mayor es la calidad del vino.
  • Si las lágrimas son densas, estamos ante un buen vino.
  • Un vino joven o crianza tiene menos lágrima que uno de reserva.

Como hemos visto, todos los vinos tienen agua y alcohol, por lo que todos los vinos tienen lágrimas. Y su forma, definitivamente, no indica si un vino es bueno o malo.

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