La merienda que comíamos sin parar en España en los años 80: los nutricionistas hoy pondrían el grito en el cielo
Entre las cinco y las seis de la tarde, después de la comida y antes de la cena, hay veces que el estómago gruñe. Y lo que apetece es algo rápido, que resuelva, y muchas veces que sea un poco dulce. Ahí es donde la merienda ocupa un papel crucial.
A esa hora se puede tomar una pieza de fruta, alguna galleta empaquetada o un trozo de chocolate. Pero en los años 80 había una opción sabrosa, muy popular entre los españoles, que los nutricionistas de hoy seguro que no aprobarían.
Esta es la merienda que arrasó en España y que los nutricionistas no querrían ni ver
La merienda que fue un éxito en la España de los años 80 y que hoy ningún nutricionista querría ver es el pan con mantequilla y azúcar. O, peor aún, con margarina. No era nada complicado de hacer: una rebanada de pan, una buena capa de grasa y un espolvoreo generoso de azúcar blanco. Algo barato, fácil y rápido que daba mucha energía y que, además, estaba muy rico.
La alternativa, en muchas casas andaluzas sobre todo, era con aceite de oliva en lugar de mantequilla. Pan tostado, aceite a chorro y azúcar por encima. Una versión más castiza, más de pueblo, que también se sigue viendo a día de hoy, aunque cada vez menos.
En realidad, el pan con azúcar (ya fuese con mantequilla, margarina o aceite) fue el comodín de muchas familias cuando no había otra cosa. No hacía falta comprar mermelada ni embutido. Bastaba con lo que ya había en la despensa.
Diferencia entre margarina y mantequilla
Aunque muchos las usan como si fueran lo mismo, no lo son. La mantequilla viene de la nata de la leche, la margarina de aceites vegetales. La primera aporta grasas saturadas, la segunda, grasas insaturadas… pero no siempre es más sana, pues muchas margarinas industriales incluyen grasas trans que son peores para la salud.
La mantequilla tiene proteínas y vitaminas. En la margarina, esas se añaden durante la fabricación. La textura también cambia, la mantequilla se funde en la boca y funciona bien para sabores suaves o preparaciones donde se busca ese punto cremoso. En cambio, la margarina es más estable y va mejor en recetas que necesitan estructura, como algunas masas o bizcochos.
¿Cuántas calorías tiene realmente esta merienda?
Depende del tamaño del pan, de la cantidad de mantequilla o margarina, y de lo generoso que uno sea con el azúcar. Pero una estimación rápida puede ser entre 120 y 230 calorías por dos rebanadas. Las versiones con más grasa se acercan a lo segundo. Y si el pan es más denso, o se añaden más capas, pueden ser incluso muchas más.
Hoy en día no es habitual ver a alguien merendando pan con azúcar. Hay más conciencia sobre lo que comemos y la cantidad de azúcar que tomamos. Se podría decir que la merienda ha cambiado, y para bien.
La merienda debe llenar, pero sin llegar a ser una segunda cena. No hace falta complicarse, puede ser una fruta, un yogur o incluso un puñado de frutos secos.
Si hay más tiempo, se puede preparar una tostada integral con aguacate, pavo o queso fresco. Incluso un batido casero de fruta y yogur puede ser una buena idea.
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