Abre en Madrid un restaurante espectáculo, Chambao
En estos momentos el Madrid gastronómico se ha convertido en uno de los agitadores mundiales. No hay grupo gastronómico internacional que no quiera plantar bandera en la capital de España. Uno de los más recientes en llegar es el mejicano Rosanegra. Fundado por Eduardo Beaven, en su país de origen posee un puñado de casas de éxito y ambiente. Ahora llega con un modelo que está teniendo mucho predicamento, al ligar el e musicón, los servicios divertidos en sala, la gente guapa, sin perder la comba de la gastronomía. Un sitio de esos que estarán directamente lanzados a las páginas del lifestyle.
La criatura se llama Chambao y tiene su dirección en Paseo de la Castellana junto a Colón. En sus escasos tres meses de vida ha concitado la atención del Gotha capitalino, pues en sus mesas es habitual ver periodistas, abogados, políticos, y los que tienen algo que decir y contar. Chambao se llama este local de relumbrón, y paradójicamente se consigue que la referencia a una cabaña modesta de paja sea el hilo argumental del espléndido interiorismo a cargo de Manuel Clavel. Lámparas, techos en un auténtico decorado de película hollywoodiense. Y a diferencia de otros sitios calificados de ambiente que descansan únicamente en las relaciones públicas, aquí hay un integral y ambicioso proyecto.
Porque aquí también se puede comprar una línea exclusiva de ropa hecha a mano, fabricada en la mágica ciudad maya de Tulum, incluso en Ibiza. Otro de los ejes del “rato Chambao” es el show permanente, que incluye música, bailes de lo más seductor, y una interactividad que no deja indiferente. Vamos, que te lo puedes pasar bomba vayas con quien vayas.
Pero toda esta fiesta tiene además un contenido gastro. Los responsables han sabido darle la batuta a un experimentado cocinero como es Antonio Madrid¡gal, para que se sienta libre de ataduras y de de comer rico. La carne es el eje vertebrador de Chambao, aunque hay estupendos mariscos cuya procedencia es como en todo en la casa internacional. Por poner un caso, se puede disfrutar de estupendo ceviche de lubina, un chili crab, taco de cigala, además del pulpo que llaman «súper colosal”, cola de langosta, camarón de Senegal, y una auténtica vuelta al mundo de productos de nivel. Evidentemente los cortes de carne son de bandera, y el muestrario comprende piezas australianas, el inevitable Wagyu o Kobe, y lo que se va contando por carniceros que a la vista del comensal despliegan esta Butcher ‘s boutique.
Además se bebe bastante bien, cockteleria chisposa, carta de vinos amplia aunque mejorable. Dice la gente de Chambao que han llegado para quedarse, y que van a tirar las redes por más lugares de este viejo país. Mientras tanto, una casa donde se come, se bebe y se disfruta con la sensación de ser un Indiana Jones en una de sus aventuras de final feliz. Y a ser posible con una gozosa piña flambeada. Todo un show.
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