«¡La vida de los cristianos importa!»: el grito que se ha hecho viral tras el ataque islamista de Algeciras
Los asesinatos de cristianos parecen no interesar a la opinión pública
Podemos equipara los asesinatos del comunismo con «los del catolicismo» para defender el sello del PCE
¡Christian lives matter! ¡La vida de los cristianos importa! Un grito que se ha hecho viral tras el ataque terrorista perpetrado por un marroquí al asesinar a un sacristán y herir a un sacerdote en el ataque con arma blanca a tres iglesias católicas de la localidad de Algeciras (Cádiz). El objetivo de esta pancarta es alertar sobre la persecución a los cristianos en todo el mundo, donde son encarcelados o asesinados. Es una forma de llamar la atención dado el silencio clamoroso -sobre todo de la izquierda- ante la matanza indiscriminada de católicos en todo el mundo.
La muerte del sacristán Diego Valencia no fue una casualidad. En el momento de la detención, el autor de los hechos, vestido con chilaba, comenzó a gritar en árabe, mirando al cielo y portando un rosario islámico y el machete lleno de sangre, con el que sembró el pánico y acabó con la vida del sacristán. Yassine Kanjaa, el terrorista marroquí, asesinó a machetazos al sacristán tras intentar hacer lo mismo sin éxito minutos antes con otro párroco de una iglesia cercana.
Como recuerda el colaborador de OKDIARIO, Jorge Fernández Díaz, desgraciadamente, esas matanzas no suceden solo en el países africanos, sino que recorren no pocos lugares del planeta –Siria, Irak, India…– «ante una indiferencia que demuestra que los asesinatos de cristianos parecen no interesar a la opinión pública ni a las formaciones políticas». «Tampoco en el Occidente europeo, antaño denominado como la Cristiandad. Tras la crucifixión de Jesucristo, a lo largo de la Historia ha sido constante el acoso a los cristianos, que comenzó con la persecución de Nerón hasta llegar tres siglos después a la de Diocleciano, en una interminable lista de mártires que no cesa», explica.
En España sólo hay que recordar la persecución religiosa en la década de los años 30 del pasado siglo provocada por las fuerzas políticas y sindicales del Frente Popular durante la Segunda República, que comenzó en mayo de 1931 con la quema indiscriminada de conventos e iglesias. El odio al catolicismo sigue vigente en partidos como Podemos, que recientemente equiparó los asesinatos del comunismo con «los cometidos por el catolicismo» para defender el sello del PCE.