Uno de los funcionarios de Picassent a los que Interior negó una PCR da positivo por Covid
Más de 50 presos están en cuarentena desde el día 4 de enero y solo dos funcionarios están aislados en sus casas.
Tras detectar 52 casos de Covid en la cárcel valenciana de Picassent tras el regreso de un preso contagiado que estaba de permiso, la dirección de la prisión decidió primero no hacer pruebas a los funcionarios de la cárcel y sólo accedió a practicar test a quienes estuvieron en contacto directo con el interno origen del foco. De esos trabajadores tres dieron positivo. Otros funcionarios exigieron por escrito la misma prueba a Interior se negó pese a que uno de ellos vive con sus padres, muy mayores y con afecciones respiratorias.
Que la gestión de la pandemia por parte del Gobierno de España no está siendo precisamente acertada a estas alturas no es algo que sorprenda, pero que lo que concierne al Ministerio del Interior, tanto en Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en cárceles, es un absoluto sinsentido. Cada día alcanza cotas cada vez más difíciles de entender.
Si el Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska no está acertando con los protocolos de protección ante el Covid con policías y guardias civiles, lo que está pasando en la cárcel de Picassent es escandaloso: pruebas PCR para los presos y no para los funcionarios. Resultado: 52 presos contagiados y 4 funcionarios positivos en Covid. Pero lo importante no es la cifra sino cómo se ha llegado a esa cifra.
OKDIARIO contó los detalles de un brote de Covid registrado en la cárcel de Picassent, en Valencia. Un interno que regresaba de permiso penitenciario dio negativo en las pruebas pertinentes que se realizan en cualquier cárcel antes del ingreso o reingreso de un recluso. Este interno en particular deambuló durante cuatro días por las instalaciones del penal creyendo que no tenía Covid. Y decimos “deambuló” porque para darle más interés al terrible error, el tipo en cuestión trabaja en el economato de su módulo.
¿Y qué supone eso? Que vende productos a sus 90 compañeros de módulo y que además puede interactuar con otros internos y los funcionarios que los atienden. El economato está además al lado de las cocinas. Durante cuatro días este interno se cruzó, interactuó y se relacionó con cientos de personas dentro de la cárcel. Pasados esos cuatro días, manifestó síntomas compatibles con Covid, así que se le practicó una PCR y dio positivo. ¿A cuántas personas contagió durante el tiempo que estuvo sin ser controlado? La dirección de la cárcel ordenó que se practicaran pruebas a los 90 internos del módulo del preso contagiado: 52 positivos.
Durante dos horas, los trabajadores de la cárcel custodiaron a todos esos presos para que les practicaran las pruebas, pero la dirección se negó a realizar test a los trabajadores de Picassent y mandó a un par de ellos a casa a la espera de síntomas. ¿Y qué pensaba hacer la dirección de la cárcel con el resto de los trabajadores? Nada. La excusa era que debían fijarse en los trabajadores que hubieran estado con el interno los días previos al diagnóstico y en su mismo módulo. ¿Y los que estuvieron con los 90 presos durante las prácticas de las PCR?, ¿y los que trabajaron después del día 4 de enero que fue cuando se detectó el positivo? Nada y nada.
Cuatro funcionarios con Covid
Tan tajante fue la respuesta de la dirección que cuatro trabajadores en concreto elevaron un escrito para que quedara constancia. De hecho, una de esas trabajadoras consiguió hacerse una prueba por su insistencia. Sorpresa: esa trabajadora, una de las firmantes del documento, ha dado positivo en Covid. Pero hay más. De los trabajadores que trabajaron durante el periodo que la cárcel considera crítico, los cuatro días previos al diagnóstico, se han hecho pruebas a más trabajadores y tres también han dado positivo. Por ahora son cuatro los trabajadores contagiados, lo que eleva a 56 casos el brote detectado en Picassent. Pero ni siquiera eso es lo más grave.
Según la dirección de esta cárcel el problema sanitario se limitaba a lo sucedido desde que el interno contagiado salió de la cuarentena preceptiva tras regresar de un servicio hasta el día 4 de enero. Pues parece que el error de cálculo es peor de lo temido, ya que uno de los positivos detectados entre los trabajadores se ha dado en un funcionario que trabajó el día 7 de enero, cuando el preso origen del foco llevaba de nuevo en cuarentena tres días.
Los próximos días, el 14 y el 15 de enero, más trabajadores que estuvieron en contacto con los presos en cuestión tienen que regresar a la prisión, pero una de esas trabajadoras tiene un problema muy particular. Convive con personas de riesgo en lo que contagio del Covid se refiere. Se trata de sus padres, mayores y con afecciones relacionadas con el sistema respiratorio. Vamos lo mejor para contraer el virus. Ella pidió que le hicieran una prueba, se lo negaron, lo pidió después por escrito, se lo negaron, y ahora, a 24 horas de regresar al trabajo y casi 10 días después de registrar el mayor brote de una cárcel española, la dirección de Picassent accede a hacerle la prueba del Covid. Ojalá no sea demasiado tarde.