«Última oportunidad para parar la Ley Celaá»: la ‘marea naranja’ vuelve a inundar las calles de toda España
Pablo Casado se compromete en directo en OKDIARIO: "Derogaré la Ley Celaá en mi primer Consejo de Ministros".
Vea completa la manifestación contra la Ley Celaá
Ha sido quizá la «última oportunidad de parar la Ley Celaá», como rezaba en alguna pancarta, antes de que el Senado la apruebe la semana que viene definitivamente con la mayoría gubernamental. La ‘marea naranja’ contra la nueva ley educativa del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha vuelto a inundar las calles de toda España. Más Plurales había convocado en todas las capitales de provincias manifestaciones en coche. Ha tenido el apoyo del Partido Popular, de Vox y de Ciudadanos, que, en Cataluña, se ha manifestado en defensa de la lengua española.
En Madrid, la concentración ha transcurrido entre la plaza de Cibeles, por todo el Paseo de la Castellana, hasta la plaza de Cuzco. Un recorrido de casi cinco kilómetros que ha estado prácticamente lleno desde las once de la mañana hasta la una de la tarde de coches con banderolas naranjas y el hashtag: #StopLeyCelaá. La inmensa mayoría de ellos, familias enteras con sus hijos. «Venimos por ellos -decía un padre al volante de su coche mientras señalaba a sus tres hijos en el asiento de atrás- pero venimos también por todos los que no pueden estar aquí o por aquellos que aún no son conscientes de la gravedad de esta ley», contaba en directo a OKDIARIO. Una profesora, con su bebé en el carrito, cuenta que trabaja en la escuela pública y que no cree que la ley vaya a mejorarla: «Pretenden beneficiar a la escuela pública, pero va a ser un retroceso en el fondo especialmente en términos de calidad educativa». «Han ignorado a la comunidad educativa», se lamenta. «Nos han ignorado a los profesores».
Otra pareja, con su coche engalanado de globos naranjas, lleva a sus dos niños pequeños detrás y explican a OKDIARIO que son profesores de la concertada, que «nos sentimos atacados como modelo educativo» y «sentimos que incluso peligran nuestros puestos de trabajo». «¿Por qué no quieren -se pregunta él- que los padres podamos elegir la educación que queremos para nuestros hijos?». Ella, sentada en el asiento del copiloto, considera, además, que «la ley ataca la libertad de conciencia porque trata de disminuir al máximo la educación religiosa y dejarla como algo marginal».
Avanza la mañana, cada vez la marea naranja es mayor en Castellana, en ambos sentidos, y el ruido de los cláxones es ensordecedor. En Cibeles, Más Plurales lee su manifiesto: “Este domingo 20 de diciembre marca un nuevo hito en la defensa democrática de la libertad de enseñanza», dice su portavoz Jesús Muñoz de Priego Alvear. «En 50 ciudades, por toda España, se ha puesto de manifiesto, de forma muy palpable, el gran rechazo social que provoca la LOMLOE». Más Plurales habla de «una nueva ley partidista, ideológica y aprobada sin debate, ni diálogo, ni interés alguno por el Gobierno por alcanzar el consenso».
Muñoz dice que «este Gobierno es absolutamente insensible a lo que puedan pedir los ciudadanos y lo ha demostrado reiteradamente». La tramitación parlamentaria y la propia ley son una muestra evidente -para Más Plurales- «de lo que es y cómo actúa este Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, desoyendo a la comunidad educativa, a los ciudadanos y faltando al respeto a las instituciones democráticas con una tramitación parlamentaria de bloqueo». Lo ocurrido esta semana en el Senado lo califican de «pantomima».
Esta semana que viene, el pleno aprobará el texto definitivo, que es el mismo que llegó desde el Congreso. La mayoría gubernamental de izquierda y extrema izquierda ha evitado que la Cámara Alta incluyera enmienda alguna. Ello hubiera retrasado el trámite de aprobación porque el texto hubiera tenido que volver al Congreso. En su manifiesto, «Más Plurales» habla de las «urgencias del Gobierno para eludir un debate que, por su falta de solidez en los argumentos, les desgasta». «Pero se equivocan -han dicho los portavoces de Más Plurales- esta ley nace con fecha de caducidad».
Casado la derogará
A tres kilómetros de allí, bajo el puente de Juan Bravo, el Partido Popular ha puesto varias carpas para seguir sumando firmas contra la Ley. Sobre las 12, el delirio entre los presentes. Sobre el puente, Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida aparecen arropados por la iluminación navideña con la bandera española que ha puesto este año el alcalde Madrid. Saludan desde arriba a los coches que siguen pasando sin cesar. El sonido de los cláxones supera claramente los decibelios permitidos. El PP ha tomado bien esta posición que da una magnífica perspectiva del éxito de la convocatoria.
El presidente del PP, Pablo Casado, entra en directo en OKDIARIO y deja un compromiso repetido varias veces ante nuestras repreguntas: «Derogaré la Ley Celaá en el primer Consejo de Ministros que presida». Lo repite y queda grabado. «En cuanto se publique en el BOE la recurriremos ante el Constitucional», añade. Casado dice a OKDIARIO que es una ley intervencionista de un Gobierno que no escucha la calle. Antes, también a OKDIARIO, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida dice que la Ley Celaá «es pura ingeniería social». La presidenta Ayuso, en directo también a OKDIARIO, reitera el compromiso de que Madrid será «un muro de contención» frente a esta ley y al resto de proyectos «totalitarios» del Gobierno de Pedro Sánchez.
Mientras, un poco más allá, Pablo Casado sigue su baño de masas y coches. Saluda desde el lateral y habla por la ventanilla con sus ocupantes. Casado se hace un selfie con Eugenia y su familia. Unos minutos antes, su madre, María, y su hermana mayor Amelia nos había contado en directo en OKDIARIO, que Eugenia es feliz en su colegio de educación especial, que recibe el entorno afectivo adecuado a sus necesidades concretas, la formación adecuada para el desarrollo de sus capacidades y en un centro que está preparado materialmente para ello y con el personal especializado. «Tenemos miedo -confiesa María- a que esta ley suponga el final de las escuelas especiales. Han priorizado el concepto ideológico de inclusión frente a las necesidades individuales de cada niño o niña». Mientras hablamos en directo, Eugenia empieza a agitar su bandera de España y a gritar. Una furgoneta de su colegio pasa justo por delante de ella, bajo el puente de Juan Bravo, la ha reconocido al vuelo y su reacción espontánea de euforia es la mejor expresión de que Eugenia es feliz en ese colegio. «Recibe lo que necesita para progresar -dice Amelia, su hermana mayor- y para garantizarle un futuro integrado realmente en la sociedad».
Un señor asalta al alcalde Martínez Almeida y le pregunta que «cómo se va a resolver lo de Vox y el PP». La respuesta queda entre ellos. En esta mañana soleada y naranja en Madrid al PP y a Vox les separan tres kilómetros. A tres kilómetros del baño de multitudes de Casado, Ayuso y Almeida bajo el puente de Juan Bravo, Javier Ortega Smith ha convocado en Cibeles a la prensa. El secretario general de Vox afirma que la Ley Celaá pretende «adoctrinar» a los niños y defiende para evitarlo «el pin parental». Ortega Smith ha defendido la «libertad de enseñanza». «Vamos a luchar -ha señalado- para que en España haya una educación de calidad, una educación despolitizada de intereses ideológicos, una educación, en definitiva, en libertad».
Ciudadanos ha estado también en Cibeles. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ha defendido la «libertad de elección» frente a la LOMLOE, que asegura que ha salido adelante «de la forma menos democrática posible, sin participar y sin escuchar a los sectores afectados. Es un gran retroceso en nuestras libertades». La vicealcaldesa ha subrayado que Madrid seguirá siendo un «dique de contención a las políticas autoritarias del Gobierno». El ayuntamiento -anuncia- va a ceder con urgencia terrenos a la Comunidad de Madrid para construir nuevos colegios antes de que la ley entre en vigor.
La Ley Celaá contempla no ceder suelo público para escuelas concertadas, la prohibición de que los concertados segreguen por sexo y la eliminación del criterio de «demanda social» de los concertados al priorizar el aumento de plazas públicas, entre otras cuestiones. Para Más Plurales, la supresión de la «demanda social» de los centros privados sostenidos con fondos públicos «deja vía libre para que la Administración suprima aulas en los centros concertados y las abra únicamente en centros públicos», lo que para ellos supone un «ataque a la libertad» porque entienden que se vulnera el derecho de las familias de elegir centro para sus hijos.
Seguirán protestando
Más Plurales deja claro, este domingo, que la ‘marea naranja’ continuará aunque la ley sea aprobada la semana que viene. Más Plurales está a punto de alcanzar los dos millones de firmas.
Desde noviembre la plataforma y otras asociaciones de padres, alumnos y profesores han salido a la calle para expresar su rechazo. La movilización en coches de este domingo en toda España se suma a las otras cinco celebradas este mes de noviembre y diciembre frente al Congreso y el Senado y se ha producido tras el éxito de la del 22 de noviembre, similar a la de hoy, que también llenó en Madrid el Paseo de la Castellana.
El cartel de la campaña ‘Más Plurales, Más Libres, Más Iguales’ se repite en los miles de coches que siguen haciéndose notar a la altura de la plaza de Colón. Un grupo de jóvenes, junto a la Menina navideña que ha puesto el alcalde a la entrada de la calle Génova, sigue repartiendo banderas naranjas con su #StopLeyCelaá. Todo apunta a que muchas más les quedan por repartir en el futuro. Más Plurales dice que «aunque el rodillo de la Ley Celaá sigue su curso para aprobarla en tiempo récord el día 23, no permaneceremos callados». La batalla no ha hecho sino comenzar.