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Torra estalló contra los Mossos tras conocer que se ofrecieron para proteger a la Policía el sábado

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Mossos y Policía Nacional durante una carga conjunta.
Pelayo Barro

La colaboración entre Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil ha alcanzado tal nivel de compenetración y compañerismo estos días en Cataluña que incluso algunos miembros de un cuerpo se presentan voluntarios para ‘partirse la cara’ por los agentes de otro. Y esa camaradería es la que ha molestado profundamente al Gobierno de Quim Torra.

A Torra, y al separatismo, le resultan difíciles de tragar las escenas de compañerismo que se ven estos días en Barcelona y otros puntos de Cataluña entre mossos y policías nacionales. Algunas de ellas han provocado «cabreos» al más alto nivel.

Una de las situaciones que ilustra este cabreo se registró el pasado sábado, durante las cargas policiales en la Vía Layetana y las calles adyacentes que rodean la Jefatura Superior de Policía. Como viene ocurriendo desde el inicio de los violentos disturbios en Barcelona, el ‘cuartel general’ de la Policía Nacional se convirtió en el epicentro de las iras del separatismo radical.

Pasados unos minutos de las siete de la tarde, el Centro de Coordinación Operativa (CECOR) -la entidad que organiza los despliegues policiales- recibió información desde las unidades desplegadas junto a la Jefatura Superior de Policía: había más de 10.000 personas allí congregadas y existía grave riesgo de confrontación violenta. Las cifras fueron refrendadas por el helicóptero de los Mossos que vigilaba la zona desde el aire.

Poco tiempo después, los temores se confirmaron. El CECOR constató que habían comenzado los disturbios y el lanzamiento de objetos en esa zona. La presencia de encapuchados armados con adoquines ya era mayoritaria. Cinco furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía comenzaron a tomar posiciones, pero durante ese movimiento de piezas, los vehículos quedaron atrapados.

Mossos voluntarios

El diseño del operativo policial que diseñaron el Ministerio del Interior y la Consejería de Interior en las semanas previas a la publicación de la sentencia del procès dividió Barcelona en una especie de cuadrículas. Algunas de esas áreas les correspondería protegerlas a la Policía Nacional y otras a los Mossos d’Esquadra. Y por último, puntos estratégicos e infraestructuras críticas, como el caso del puerto de Barcelona, quedarían de mano de la Guardia Civil.

Esta distribución se cumplió a rajatabla hasta el pasado sábado. Hasta entonces, la colaboración se había circunscrito a pequeños refuerzos en momentos puntuales, como el asalto a El Prat o el acoso a la Delegación del Gobierno durante los primeros días de crisis.

En la tarde del pasado sábado, según fuentes próximas al CECOR, el operativo hizo uso indistintamente de unidades de Mossos y de Policía Nacional para hacer frente a los violentos en un área atribuida a las unidades adscritas a Interior. Se vio, por primera vez en desde el inicio de la crisis, a los BRIMO y a los UIP cargar conjuntamente.

Los Mossos accedían así, voluntariamente, a ayudar a la Policía Nacional en uno de los escenarios que es atribución propia: proteger la Jefatura Superior de Policía de Vía Layetana y ayudar a desbloquear a las cinco unidades de la UIP que habían quedado atrapadas en esa ‘ratonera’.

Fueron los agentes autonómicos los que abrieron paso a golpe de carga a través de las calles que conducían hasta el lugar donde estaban atrapadas las ‘lecheras’ de la Policía Nacional. De forma interna, de cara al Govern, se alegó que de esta forma se conseguiría disipar a la multitud sin necesidad de lanzar pelotas de goma -que sólo tiene en servicio la Policía Nacional- y se evitarían heridos.

Esta camaradería ha molestado en el seno del Gobierno de Quim Torra, que incluso ha filtrado ese malestar a algunas de las publicaciones de cabecera del independentismo que suelen difundir el sentir ‘oficioso’ de la Generalitat. Igual que tampoco gustaron en los altos despachos de la plaza Sant Jaume las imágenes de mossos visitando a policías heridos, o acercándose a saludar a sus compañeros en Vía Layetana.

La ruptura Mossos-Torra

La ruptura entre un amplio sector de los Mossos -sobre todo en la BRIMO- y Govern catalán es un hecho constatable que se ha venido agravando con el paso de los días. Especialmente desde que el viernes Quim Torra anunciase la mayor investigación interna llevada a cabo en la historia del cuerpo policial. «La desafección de los agentes con los políticos en estos momentos es total» afirma a OKDIARIO una fuente de los Mossos.

Para esa ‘purga’, Torra ha puesto al frente a la División de Asuntos Internos (DAI). Un departamento que ha sido bautizado internamente como la ‘Gestapo’ personal del presidente catalán.

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