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Sumar presiona a Sánchez para dar una pensión a los familiares de los obreros del Valle de los Caídos

También piden "algún tipo de compensación a las empresas que colaboraron con el terror y la construcción de Cuelgamuros"

Sumar reclama pensiones para los obreros del Valle de los Caídos: con Pedro Sánchez y Franco en imagen.
Valle de los Caídos.

Sumar quiere otorgar una «reparación económica» a los familiares de los «penados» que trabajaron en la construcción del Valle de los Caídos. La formación de Yolanda Díaz, como parte del Ejecutivo de coalición, quiere que el Gobierno «reconozca los presos muertos en la construcción de este monumento» y compense con una remuneración a los familiares de los fallecidos y de los penados que trabajaron allí, a pesar de las importantes discrepancias en las cifras sobre los obreros empleados en su construcción.

Sumar quiere abordar la resignificación del Valle de los Caídos tras el anuncio del Gobierno de un proyecto, mediante concurso de ideas, por valor de 31 millón de euros. Entre las exigencias de Sumar se incluyen varios puntos, relacionados con «las víctimas republicanas que fueron obligadas a realizar allí trabajos forzosos». Concretamente, instan al Ejecutivo a llevar a cabo «alguna medida de reparación económica para las familias de los obreros esclavos, la mayoría presos políticos» y a «reconocer a los presos muertos en la construcción del monumento franquista», tal y como expone la formación en una pregunta parlamentaria.

Cabe destacar las fuertes discrepancias en cuanto a los datos de los penados que trabajaron en la construcción del Valle de los Caídos. En la memoria realizada aquel año por el Consejo de Obras del Monumento Nacional a los Caídos se desglosaba el número de penados que trabajaban entonces en los tres destacamentos penales de Cuelgamuros: 125 en la carretera; 140 en el monasterio, y 250 en el tercer destacamento. Un total de 515 trabajadores reclusos. Sin embargo, el Gobierno defiende de manera categórica que el número de penados que allí trabajaron asciende a 20.000.

Además de pedir una remuneración para los familiares de los penados, a pesar de la dificultad para saber exactamente las personas que trabajaron en el Valle de los Caídos, Sumar también presiona a Sánchez para que exija «algún tipo de compensación a las empresas que colaboraron con el terror y la construcción del complejo de Cuelgamuros».

Lo cierto es que todas estas propuestas en el seno del Gobierno de coalición se dan en un año clave, en el que Sánchez ha impulsado la conmemoración de «la llegada de la democracia» y donde el Valle de los Caídos está teniendo una fuerte presencia en el debate público a raíz de estos fastos a Franco. La última ofensiva del Gobierno en esta materia tiene que ver con el Valle de los Caídos: Patrimonio Nacional ha decretado el cierre de la tienda de regalos y recuerdos que está situada dentro de este enclave, por razones de «interés general».

En la primera sala de la Basílica del Valle de los Caídos se encuentra un pequeño espacio luminoso y acristalado que contrasta con la mole de mármol y piedra que lo envuelve: se trata de la tienda turística del lugar, pensada para que los visitantes que acuden a este emplazamiento puedan comprar algún recuerdo. Sin embargo, tal y como consta en un contrato de gestión de actividad, la vida de esta tienda ha llegado a su fin. «Patrimonio Nacional ha decidido el cierre de la tienda del Valle de Cuelgamuros», reza el pliego modificado en diciembre de este año.

Resignificación del Valle de los Caídos

El Gobierno se gastará alrededor de 30 millones de euros para resignificar el Valle de los Caídos -renombrado como Valle de Cuelgamuros- tomando como modelo el berlinés Monumento al Holocausto que sirve de memoria del exterminio nazi. Lo hará mediante un concurso internacional que será público a partir de la semana que viene para que artistas, arquitectos e historiadores permitan «dar otra mirada» y «otra percepción» al conjunto monumental.

En otras palabras, «crear un centro de interpretación» paisajístico y artístico del espacio ubicado a las afueras de Madrid que respete, en todo caso, lo acordado entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez con el Vaticano. En boca del secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, de lo que se trata es de dar una nueva «resignificación» al Valle «anclado en la arquitectura totalitaria», y que, destaca, ya comenzó con la exhumación de los restos de Francisco Franco. En este sentido, ha recordado la importancia de comunicar, con esta resignificación, «cómo se construyó, por qué y con qué mano de obra».

El proyecto, que los organizadores del concurso pretenden que sea «respetuoso con la arquitectura», debe estar sujeto a «valores y principios democráticos que sean inclusivos». «Cuando uno va al Valle de Cuelgamuros piensa que aquí tiene que haber un gran centro de interpretación que recoja todo el proyecto artístico, arquitectónico y paisajístico que interprete el significado», ha insistido Martínez. Como muestra de esta resignificación, serían el Museo del Holocausto de Polonia o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile.

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