Sánchez ya tiene el «sí» de Junts a los Presupuestos 2024 tras incluir el terrorismo en la amnistía

Junts dejó claro a Sánchez que la inclusión del terrorismo era una condición inexcusable para dar luz verde a los Presupuestos

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Rafael Gallego

A Pedro Sánchez se le despeja el horizonte en este inicio del primer año completo de su nueva legislatura al frente de Moncloa y, para ello, sólo ha necesitado ceder en todo lo que Junts le ha exigido de cara a llevar al Parlamento el texto definitivo de la Ley de Amnistía. La inclusión del terrorismo entre los delitos a olvidar, independientemente de que haya o no sentencia firme, fue la última exigencia de los separatistas para pactar la ley definitiva con los socialistas, que dejaron a un lado sus líneas rojas para aceptar prácticamente sobre la bocina esa petición. De este modo, el terrorismo de Tsunami y de los CDR se convierte en amnistiable y, como consecuencia, el partido liderado por Carles Puigdemont desde Waterloo garantiza su «sí» a los Presupuestos de Sánchez para el año 2024.

Como demuestran los hechos, Junts siempre ha tenido la sartén por el mango en la negociación de la Ley de Amnistía con el PSOE. Los siete escaños en el Congreso de la formación separatista son fundamentales para Sánchez, de ahí que el presidente venga cediendo de forma sistemática ante las condiciones que desde Bélgica pone sobre la mesa el ex president catalán Carles Puigdemont. Desde el entorno mediático del Partido Popular se había trasladado la idea de que era el PSOE el que había lanzado un órdago, condicionando el desarrollo de la amnistía a que Junts permitiese antes sacar adelante los Presupuestos para este año. La realidad es que el orden es y ha sido siempre el inverso. Las cartas ganadoras estaban en la mano de Junts, y fueron los catalanistas los que impusieron el orden: primero había que pactar un texto para la amnistía que incluyese todas sus peticiones y aspiraciones, y sólo después se garantizaría el «sí» para los Presupuestos.

Esta condición sine qua non de Junts fue expresada de forma nítida en los últimos días. Tal y como este mismo lunes desveló OKDIARIO, la advertencia fue clara: «O incluís el terrorismo en la amnistía o no habrá Presupuestos». En ese momento, en el PSOE aún se aseguraba y se subrayaba que esa inclusión del terrorismo en la Ley de Amnistía era una línea roja para ellos. Esa línea se difuminó durante las negociaciones llevadas a cabo en la mañana del martes, cuando los socialistas aceptaron cambiar el texto. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, lo justificó con el alambicado argumento de que seguirían sin ser amnistiables los delitos de terrorismo en los que hubiera «violaciones graves de derechos humanos», incluyéndose, se desprende, el resto de terrorismos que no entren en esa definición.

Apoyo decisivo de Junts

Al aceptar todas las exigencias de Junts, Pedro Sánchez se asegura el «sí» de los siete votos de Junts para sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado, fundamentales para él, puesto que serán los primeros de su nueva coalición con Sumar y que incluirá la subida de sueldo a los más de 3,5 millones de funcionarios que hay en España.

El «sí» de Junts deja el camino prácticamente expedito a Sánchez, a falta de las reservas que pueda presentar Podemos, cuyos cinco diputados abandonaron las filas de Sumar para marcharse al Grupo Mixto y que el pasado 10 de enero, hace apenas dos semanas, ya tumbaron uno de los tres decretos presentados por el Ejecutivo como parte de su estrategia en el pulso fratricida que mantienen en el espectro de la extrema izquierda con Yolanda Díaz. Los diputados morados votaron en contra del decreto sobre el subsidio al desempleo impulsado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, como hicieron PP, Vox y UPN. Eso sí, con el «sí» de Junts, amén del pulgar hacia arriba del resto de los socios de Sánchez, el concurso de los cinco diputados de Podemos no sería decisivo, toda vez que sus votos, sumados a los 136 del PP, los 33 de Vox, y el de UPN serían insuficientes para tumbar las cuentas públicas. Es decir, que el de Puigdemont era el escollo más importante para Sánchez, y ya ha pagado el precio.

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