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Sánchez riega con 1 millón la empresa que elabora el ránking de calidad democrática del que presume

Es uno de los pocos indices dónde España mejora su calificación en calidad democrática desde que gobierna Sánchez

Sánchez calidad democrática
Pedro Sánchez en el Spain Investors Day

«España ha escalado en los rankings internacionales más acreditados en calidad democrática y calidad institucional». Con estas palabras, Pedro Sánchez alardeaba hace menos de un mes de su gestión al frente del Gobierno. Sin embargo, la realidad no sustenta las palabras del líder del Ejecutivo: de los cuatro principales estudios internacionales, España perdió posiciones desde 2018 en dos de los cuatro rankings de calidad democrática que menciona Sánchez. Una de las clasificaciones donde nuestro país ha mejorado es en el estudio realizado por International Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA), una organización a la que el Gobierno ha otorgado una subvención de un millón de euros.

A través del Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por José Manuel Albares, el Gobierno ha otorgado esta subvención sin contraprestación dineraria al IDEA, uno de los organismos que elabora los rankings de calidad democrática más relevantes a nivel mundial. El pasado mes de diciembre, Sánchez utilizaba este ranking para alardear de que España ha mejorado su puntuación en los principales rankings de calidad democrática desde que él llegó a La Moncloa.

«A nivel internacional, hay cuatro grandes rankings de democracia. El primero es el de V-Dem; el segundo, el de The Economist; el tercero es el de Idea y el cuarto es el de Freedom House. Los cuatro dicen lo mismo, que España es una de las democracias más plenas del mundo. De hecho, su calidad ha mejorado desde que lideramos el país hasta superar en puntuación a algunas de las democracias más antiguas de Occidente», presumía Sánchez en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, no todos dicen lo mismo: España ha perdido posiciones o puntuación en dos de los cuatro rankings que menciona Sánchez desde 2018, año en el que llegó al Gobierno. De hecho, el ranking elaborado por el IDEA -empresa que ha sido subvencionada por el Ejecutivo- es uno de los dos en los que nuestro país mejora su calificación. Concretamente, España pasó del 0,85 en 2018 a un 0,86 en 2022 en el índice de representación; de un 0,81 a un 0,83 en el de derechos, y de un 0,61 a un 0,67 en el de participación. Sin embargo, ésta no es la tónica general: The Economist y Freedom House empeoraron las calificaciones de España.

En el índice de democracia de 2022, elaborado por la Economist Intelligence Unit -filial de The Economist-, España se ubicó en la posición 22 de 167 países, lo que representa un descenso de tres puestos en comparación con 2018, año en que Pedro Sánchez asumió el Gobierno. La puntuación también experimentó una leve disminución, pasando de 8,08 en 2018 a 8,07 en 2022, aunque en ese período hubo fluctuaciones tanto al alza como a la baja. Por ejemplo, en 2019 la calificación de España ascendió a 8,18, pero posteriormente cayó, alcanzando un 7,94 en 2021 antes de recuperarse ligeramente.

Por su parte, la organización Freedom House no incluye a España dentro de su ranking de democracias, aunque sí que se refiere a nuestro país en su balance global de libertades, donde su puntuación ha descendido en los últimos años. España ha bajado de los 94 puntos sobre 100 en 2018 a los 90 en 2021, el último año con datos.

Confianza en la democracia

La confianza de los españoles en la democracia se ha hundido en los últimos cinco años, coincidiendo con la segunda legislatura, y parte de la primera, del presidente del GobiernoPedro Sánchez. Así lo señala el informe State of Democracy de Ipsos, que analiza las percepciones sobre el sistema democrático en ocho países occidentales, incluido España.

El estudio refleja que, a pesar de una ligera mejora desde el año pasado, los ciudadanos siguen mostrándose insatisfechos con el funcionamiento de la democracia en su país. En el caso de España, la mitad de la población, un 51%, se muestra descontenta, lo que le sitúa entre los países menos satisfechos de los analizados, con el mismo porcentaje que Italia, y sólo por detrás de Francia, que cuenta con un 55% de ciudadanos descontentos.

La confianza en la democracia enfrenta desafíos significativos en la actualidad debido a la polarización política, la desinformación y la sensación de ineficiencia de las instituciones por parte de la sociedad. Este descontento con el sistema viene influenciado por la falta de confianza en los líderes políticos, que casualmente se relaciona con los últimos cinco años en los que Pedro Sánchez ha estado al frente del Gobierno. La mayoría de los habitantes piensa que la clase política muy pocas veces cumple con sus promesas, una percepción compartida por el 74% de la población española.

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