Sánchez ofrecerá a la familia que se haga cargo de los restos de Franco para hacer un entierro discreto

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez está dispuesto a aceptar que la familia Franco elija un nuevo destino de inhumación para el dictador e, incluso, plantea como una de las mejores opciones la de que los nietos se hagan cargo de los restos mortales de su abuelo y realicen de forma privada un entierro discreto. Esta es, de hecho, una de las fórmulas que el Gobierno socialista plantea como posible de encuentro con los deseos de los familiares de Franco.

En estos momentos, desde el Palacio de la Moncloa no quiere un nuevo enfrentamiento con los nietos de Franco. Fuentes socialistas conocedoras de la tramitación de la exhumación del dictador han confirmado a OKDIARIO que, pese a que el plazo regulado para que la familia hubiera elegido el destino de los restos mortales de Franco ya ha pasado y su elección fue la Catedral de la Almudena, el equipo de Sánchez aceptará que los herederos elijan una nueva ubicación para los restos mortales de su abuelo. Eso sí, impondrá una condición: el nuevo lugar elegido no debe permitir actos de apología o de homenaje del Franquismo.

En el seno del Ejecutivo entienden que, en el fondo, la familia no quiera llevar el cuerpo de Franco al cementerio de El Pardo. Es más, saben que las medidas de seguridad de este lugar de enterramiento pueden no evitar actos de sabotaje o profanación y que, además, será complicado reforzar la seguridad sin apartarse de un principio que el Gobierno quiere que impere: que la tumba de Franco sea tratada exactamente igual que cualquier otra tumba.

Por ello, el Palacio de la Moncloa quiere encontrar un lugar donde enterrar los restos de Franco de común acuerdo con sus nietos. Sin embargo, no quiere que se repita el capítulo vivido con la elección de la catedral madrileña. 
Con este propósito, Sánchez quiere que el nuevo lugar que se pacte sea un sitio más discreto y que, además, no permita la llegada masiva de franquistas con el propósito de organizar actos de homenaje. O, aún mejor, tal y como se plantea ahora, que la familia se encargue de los restos y su entierro de manera discreta, lo que eliminaría la responsabilidad de Sánchez sobre la elección del lugar de inhumación y, con ello, de potenciales futuras profanaciones.

Hay que recordar, no obstante, que el decreto que reconoció el derecho de la familia a elegir el lugar de inhumación de los restos de Franco estableció un plazo de tiempo tasado de 15 días que ya se ha superado. Por lo tanto, según la interpretación jurídica que realizan los asesores de Sánchez, el Gobierno tiene ahora las manos libres para llevar los restos de Franco al cementerio del norte de la región madrileña. Es decir, contando con esta premisa, la decisión de aceptar un nuevo destino es potestativa para La Moncloa no es imperativa.

Sin embargo, el Ejecutivo quiere abrir esta última posibilidad de pacto a la familia. Eso sí, una posibilidad que estará abierta durante muy poco tiempo porque Sánchez quiere tener resuelta la exhumación antes del inicio de la campaña electoral del 10 de noviembre.

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