Sánchez no sale de su retiro de La Mareta para defender al Rey mientras en Podemos piden la «guillotina»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha evitado pronunciarse sobre los ataques al Rey por parte de los socios que le mantienen en La Moncloa por permanecer sentado en la toma de posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia durante el paso de la espada de Simón Bolívar, el arma que utilizaba en la guerra contra España.
Sánchez, de vacaciones en el Palacio de La Mareta (Lanzarote), guarda silencio pese a las críticas de sus aliados de Podemos, independentistas y proetarras, que desde ayer vienen arremetiendo con dureza contra el monarca. Un diputado de Podemos, Pedro Honrubia, incluso ha publicado un mensaje en las redes sociales en el que dice que «si a Felipe el facha le molesta» la espada de Bolívar «que le den por saco» y lamenta «lo que se echa de menos una buena guillotina en la historia del Estado español».
Dirigentes de Podemos han salido en tromba a atacar al Rey, exigiéndole una rectificación. La secretaria general del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha instado a Felipe VI a que se disculpe por no levantarse: «La toma de posesión de Gustavo Petro y Francia Márquez inaugura el primer gobierno colombiano al servicio de su pueblo. Nuestro papel era mostrar todo el respeto y apoyo al proceso democrático recorrido. Es inexplicable lo ocurrido y merece una disculpa», ha reclamado.
El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, también ha arremetido contra lo que considera una «falta de respeto». «Luego que por qué gusta tanto este Rey a los ultraderechistas de Vox», ha escrito en redes sociales. Echenique, incluso, ha atacado a OKDIARIO por defender en su editorial el gesto de Felipe VI y ha preguntado al Gobierno de Pedro Sánchez, del que forma parte su partido, si aprueba que el monarca no se levantara durante el show ideado por Gustavo Petro.
El portavoz adjunto en el Congreso, Antón Gómez-Reino, ha denunciado en un mensaje en su perfil social la «vergüenza borbónica que nos hace pasar un señor que ni es elegido democráticamente ni sabe respetar la democracia de otros países». Y Pablo Fernández -quien fue candidato del partido en Castilla y León y ahora diputado autonómico-ha cargado contra una «monarquía decrépita que representa únicamente a los sectores más reaccionarios y ultras de España».
ERC y Bildu
Las críticas han llegado también desde ERC, uno de los aliados preferidos de Sánchez. El diputado separatista Jordi Salvador, cayendo en el insulto, ha calificado al monarca de «impresentable digno heredero de muchos impresentables. Un hombre que ha renunciado a ser persona por ser un digno sucesor de una monarquía golpista, corrupta y profascista». Gabriel Rufián, portavoz en el Congreso, se ha pronunciado con un escueto mensaje: «Había leído guillotina».
También el dirigente de Junts Josep Rull ha criticado la actitud de Felipe VI en Bogotá. «Patético. Y, también, revelador», ha afeado el político independentista, que forma parte del grupo de políticos catalanes indultados por el Gobierno.
«¡Menudo papelón! Envían a este señor a representar a su Estado y acaba ridiculizándolo ante la comunidad internacional. ¿Para qué sirve un rey?», ha cuestionado, por su parte, el diputado Jon Inarritu, de Bildu, socios preferentes de Sánchez.
Desde el Gobierno se ha evitado defender expresamente el gesto del Rey y algunos miembros del Ejecutivo se han limitado a quitar importancia a los ataques de Podemos y otros socios.
El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha restado trascendencia a estas críticas, pese a proceder del socio con el que comparte Gobierno. Iceta ha enmarcado incluso el asunto en una «polémica veraniega» y ha considerado «disparatado» que España tenga que pedir disculpas por este gesto.»Yo no sé si me pasa una espada por delante no sé si me levanto o no, la verdad. Si me han avisado, igual sí», ha señalado, en una entrevista en RNE. En este sentido, ha ironizado con que quizás se trate de una polémica «fruto de las temperaturas elevadas» que sirven para que «algunos marquen una especie de oposición política», en clara alusión a los podemitas
Por su parte, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha considerado que se trata de «detalles sin demasiada trascendencia y totalmente menores» frente a la «nueva etapa de relaciones» que se abre con el país latinoamericano, intentando también pasar página de los ataques. «No nos quedemos en temas que son intrascendentes», ha señalado, también restando importancia a la polémica.