Sánchez manda a cuatro ministros con los Reyes al Teatro Real tras las protestas del mundo de la cultura
Pedro Sánchez quiere recuperar la confianza del sector cultural. Los mismos que hace unos años daban apoyo incondicional a su antecesor José Luis Rodríguez Zapatero ahora se sublevan contra la coalición socialcomunista. Tras meses de abandono al sector cultural, hoy, Sánchez ha querido demostrar un gran apoyo a esta industria mandando a cuatro ministros a la inauguración de la temporada en el Teatro Real tras las protestas de ayer de un sector que siempre le ha sido afin.
Las vicepresidentas Carmen Calvo y Nadia Calviño y los ministros de Cultura y Exteriores, José Manuel Rodríguez Uribes y Arancha González Laya, han encabezado la delegación gubernamental que ha acompañado a los Reyes Felipe y Letizia a la la inauguración de la temporada del Teatro Real.
Dos socialistas más, las presidentas del Congreso de los Diputados y del Senado Meritxell Batet y Pilar Llop, y el jefe de la oposición, Pablo Casado, han completado la cuota de políticos en el acto inaugural del curso operístico. Llama la atención que en la foto de familia con los Reyes, la vicepresidenta Calvo es la única que no guarda la distancia de seguridad con Don Felipe.
La presencia de estos cuatro miembros del Gobierno en la ópera se produce en plena segunda oleada del coronavirus en Madrid. A muy pocos kilómetros de donde a partir del lunes se restringirá la movilidad a los madrileños, tras un viernes de trabajo intenso de los líderes del Gobierno regional de la Comunidad, Calvo, Calviño, Uribes y Laya han disfrutado de un acto cultural al alcance de muy pocos ajenos a toda la realidad.
Ayer, jueves, frente al Teatro Real, un millar de representantes del sector cultural se manifestaron contra la falta de apoyo del Gobierno sin ningún dirigente del Ejecutivo.
El Real ha levantado el telón de esta extraña temporada con el estreno de la ópera dramática ‘Un Ballo in Maschera’ dirigida por Gianmaria Aliverta, que aborda las luchas del siglo XIX entre el norte y sur en Estados Unidos con la abolición de la esclavitud como protagonista.
«(Esta versión) cuenta con un componente racial muy fuerte que explica la suerte en Estados Unidos de Riccardo, el conde protagonista de la obra, y resalta la situación de la gente de color. Y ya sabemos como están las cosas en ese país actualmente», señaló el día de la presentación de la obra el propio Aliverta, responsable de trasladar la situación al siglo XIX.
El director musical, Nicola Luisotti, explicó que esta obra es el resultado del «sueño» de Verdi, quien rozaba la obsesión por poner en pie una ópera del ‘Rey Lear’ de Shakespeare. No obstante, el tema del magnicidio no estaba bien visto en la época -menos aún en el Teatro de San Carlo de Nápoles, donde solía estrenar-, por lo que fue modificando su proyecto.
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