Sánchez hunde en más de 2.000 millones la inversión en vivienda tras prometer en campaña 244.000 pisos

Durante el último año apenas ha invertido la mitad de lo que prometió para "acceso a la vivienda y fomento de la edificación"

Sánchez vivienda
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

La vivienda también está en la lista de promesas incumplidas por Pedro Sánchez. Entra de lleno en otra de sus grandes pancartas electorales: construir y sacar al mercado viviendas públicas para paliar la escalada de precios y la creciente dificultad de la población para acceder a un piso, tanto en propiedad como en alquiler. El incumplimiento de la promesa, en este caso, ha sido simultáneo a los rimbombantes anuncios electorales del presidente del Gobierno y líder del PSOE. En 2023, a la par que prometía sacar al mercado 244.000 viviendas públicas, recortó en más de 2.000 millones la inversión presupuestada para el «acceso a la vivienda y fomento de la edificación», según los datos oficiales de contabilidad del Estado a los que ha tenido acceso OKDIARIO.

El incumplimiento ha sido demoledor. El Gobierno consignó inicialmente en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 un total de 3.477 millones de euros para ese epígrafe. Pero unos meses después retocó sus cuentas y elevó la dotación de ese programa presupuestario hasta los 5.118 millones. La espectacular escalada, sobre el papel, se produjo en paralelo a las engordadas promesas electoralistas de Pedro Sánchez.

Los anuncios de Sánchez en materia de vivienda pública, tanto para venta como para alquiler, no paraban de aumentar. Lo hizo en primavera, durante la precampaña y campaña de las elecciones municipales y autonómicas que tuvieron lugar a finales de mayo. Y volvió a exprimir esa misma promesa para las elecciones generales de julio.

La cifra prometida de viviendas públicas no dejaba de crecer. Sánchez se enmendaba a sí mismo por elevación. Agrandó la promesa conforme pasaban los meses y había elecciones. Lo hizo hasta tal punto que fue objeto de mofa desde la oposición ante la escasa credibilidad de Sánchez. Y ahora, la propia contabilidad oficial del Gobierno demuestra que Sánchez sabía que estaba prometiendo en falso porque, a la par, estaba recortando las inversiones que había comprometido en sus propios Presupuestos del Estado. Lo demuestran las cifras oficiales que ha localizado este periódico.

2.700 millones esfumados

Frente a esos 5.118 millones que consignó para «acceso a la vivienda y fomento de la edificación» en España, del 1 de enero al 30 de noviembre no había invertido ni la mitad. Ni siqueira un 50%. Y hay que tener en cuenta, además, que en el dinero gastado no se incluyen únicamente las obras sino, también, otros costes no ligados directamente a la promoción o rehabilitación de viviendas públicas, como por ejemplo los gastos de personal de los funcionarios adscritos a las unidades administrativas dedicadas a esa gestión.

A 30 de noviembre, el gasto efectivo en «acceso a la vivienda y fomento a la edificación» ascendió a 2.411 millones. Exactamente, el 47,1% de lo que Sánchez había consignado para este fin en los Presupuestos del Estado. De los otros 2.700 millones de euros, ni rastro.

Está por ver a cuánto ascendió la inversión en diciembre. Se sabrá cuando el Ministerio de Hacienda cierre la contabilidad del último mes de 2023 y las publique. No lo ha hecho aún. Pero, al ritmo que ha seguido la ejecución presupuestaria en ese apartado, es harto difícil que esa pobre tasa de cumplimiento mejore sustancialmente. Se da por seguro que, como mínimo, serán más de 2.000 los millones de euros escatimados por Sánchez a la que fue una de sus promesas electorales estrella.

«Milagro de los panes y los pisos»

El incumplimiento es de órdago, pero a la oposición no debe sorprenderle, porque ya lo anticipó. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le afeó precisamente a Pedro Sánchez su electoralismo con el problema social de primer orden que es el acceso a la vivienda en España. Le censuró al presidente que prometiera alegremente cientos de miles de viviendas tras llevar cinco años en la Moncloa y haber demostrado que no sólo ha sido incapaz de aliviar el problema sino ni siquiera de contenerlo. Ha ido a más.

«Esto parece el milagro de los panes y los pisos», replicó Feijóo a Sánchez en el Senado el 25 de abril del año pasado, en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas. El presidente acababa de intervenir en la Cámara Baja y había esparcido una nueva cifra: «Ahora toca cambiar el modelo para que la vivienda sea un derecho y no una mercancía», proclamó, y «se pondrán a disposición de los ciudadanos hasta 183.000 viviendas públicas».

El dato no dejaba de variar con el paso de los meses. En total, fruto de sucesivos anuncios, Pedro Sánchez se comprometió en 2023 a lanzar al mercado 244.000 viviendas públicas «en los próximos años».

Candidatos del PSOE en evidencia

Días antes de las elecciones municipales de mayo del año pasado, los candidatos del PSOE de Sánchez en las grandes ciudades españolas suscribieron un manifiesto conjunto convirtiendo la vivienda en pancarta electoral. «Acceder a una vivienda digna a precios asequibles es uno de los problemas más importantes que afronta buena parte de la clase media trabajadora en nuestro país, en particular nuestros jóvenes», escribieron con vehemencia estos candidatos.

Entre los firmantes de ese manifiesto estaban las ex ministras Carolina Darias y Reyes Maroto, reconvertidas en candidatas socialistas para las elecciones municipales y autonómicas. El flagrante incumplimiento de la inversión en vivienda por parte del Gobierno de Sánchez también deja en evidencia a estos cargos municipales del PSOE.

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