Sánchez deja a Rajoy con los 170 votos previstos y aboca a España a unas terceras elecciones
El Congreso ha rechazado este martes por 170 votos a favor- los de su propio grupo, Ciudadanos y Coalición Canaria- y 180 en contra-el resto- la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de España.
Como era previsible, el candidato del PP se enfrentará el viernes a una nueva votación, en la que habría de recabar una mayoría simple, esto es, más ‘síes’ que ‘noes’.
La votación frustrada ha puesto en marcha el contador hacia unas terceras elecciones que, de acuerdo al calendario electoral, se celebrarán el 25 de diciembre.
El debate parlamentario ha evidenciado las dificultades para conformar una mayoría necesaria para que Rajoy resulte investido. Las esperanzas de Rajoy de contar con la abstención con el PSOE, si es que existían, han sido dinamitadas con una dura intervención del socialista.
«No abuse. Con que me diga que no ya es suficiente no hace falta que intente argumentarlo. Ya lo he entendido. Usted quiere bloquear que salga presidente del Gobierno y tiene que justificarlo de alguna manera», le ha replicado el líder del PP. Sánchez ha argumentado su negativa en los cuatro años de “recortes y corrupción” del candidato. “Usted no es de fiar”, le ha reprochado.
De esta forma, el acuerdo suscrito el pasado domingo entre PP y Ciudadanos, por el que el candidato del PP ha sumado los 32 escaños de la formación naranja- más el escaño de Coalición Canaria, este mismo martes-se ha revelado insuficiente.
Tras el viernes se abrirá un plazo de dos meses para la disolución de las Cortes. Tiempo que los partidos pueden aprovechar para seguir explorando los acuerdos. En caso de que algún candidato tuviese una mayoría, absoluta o simple, para ser investido, el Rey le designaría como candidato.
En cualquier caso, la amenaza de unas terceras elecciones ha quedado este miércoles aún más confirmada. Las cábalas políticas se sitúan ahora en el 25 de septiembre, fecha de las elecciones vascas y gallegas.
Los comicios autonómicos, en especial en País Vasco, podrían alterar el escenario en la medida en que el PNV necesitaría del apoyo del PP- o del PSOE, o ambos-para que su candidato, Íñigo Urkullu, revalidase como lehendakari. Esa vía podría allanar el apoyo de los nacionalistas vascos y añadir más presión a los socialistas. Aunque el discurso del su portavoz, Aitor Esteban, muy duro con Rajoy, aleja más si cabe esta posibilidad.
En el PP se confiaba en que el acuerdo de investidura con Ciudadanos llevase al PSOE a replantearse una abstención en la segunda votación que, a vista del debate, parece improbable.
La reunión entre ambos líderes, este lunes, evidenció que las posiciones de los dos partidos mayoritarios están tan distantes como en los últimos meses. Sánchez llegó a calificar ese encuentro como “perfectamente prescindible”.
El líder del PSOE no ha aclarado, no obstante, qué hará en cuanto Rajoy fracase. “Cuando lleguemos al río, cruzaremos el puente”, dijo ese mismo día, añadiendo sombras sobre su posible hoja de ruta.
Un acuerdo alternativo, con Unidos Podemos, precisaría en cualquier caso del apoyo de las formaciones independentistas, vetada por el Comité Federal de los socialistas. Aún así, los de Iglesias siguen insistiendo para explorar esa fórmula: “Decídase, señor Sánchez”, le ha dicho Iglesias, este mismo miércoles.
La investidura fallida abrirá también una profunda reflexión en el PSOE. En el partido empieza a ser generalizado el clamor de una abstención “patriótica” para, entre las principales razones, evitar un perjuicio irreparable en la economía o consecuencias severas en el desafío independentista.