Crónica del día

Sánchez cómplice de Torra contra el Supremo

Pedro Sánchez y Quim Torra
Pedro Sánchez y Quim Torra en la puerta del Palacio de la Moncloa. Foto: @Getty

La semana que viene el presidente Sánchez se alineará con los sediciosos golpistas de octubre del 17 en abierta rebeldía contra el Tribunal Supremo. Veamos: en siete días, a los más tardar en diez, la Sala III del Tribunal, la de lo Contencioso Administrativo, sentenciará, en consonancia con lo ya dictado por la Junta Electoral Central, que Quim Torra está inhabilitado para ejercer como diputado en el Parlamento de Cataluña. La Fiscalía ya ha adelantado que se coloca al lado de transgresor, pero fuentes del Supremo insisten en que inhabilitarán a Torra. En esas mismas fechas, el jueves probablemente, esta cámara celebrará un Pleno al que, con certeza, asistirá el citado Torra; es más, se sentará en su escaño como presidente de la Generalidad. Así lo ha pactado con el presidente del Parlament, Roger Torrent, que, para autoabastecer su decisión, se ha fundado en el informe del secretario general de la institución, no de los letrados en general, algo que no le ha resultado especialmente difícil porque este secretario no esconde en absoluto su identidad política con ERC.

Es decir: el Parlament desobedecerá al Supremo y Sánchez se llamará andanas porque, en abierta contraposición con lo que va a dictar sin lugar a dudas este Tribunal, él se reunirá con Torra porque, según sus propias palabras: “¿A quién le pueda extrañar que me siente con un presidente autonómico?” En puridad, los magistrados de lo Contencioso sólo inhabilitarán definitivamente a Torra como diputado, no lo pueden hacer como presidente pero, como el actual Estatuto de Cataluña inscribe que este último cargo únicamente lo puede ejercer un parlamentario en activo, no hay más cera que la que arde: Torra, no diputado, no presidente. La cosa tiene una lógica aplastante…salvo para el propio interesado, para Torrent y, en el colmo de la desfachatez institucional, para el mismo presidente del Gobierno de la Nación, Pedro Sánchez que se dispone a proporcionar carta de legitimidad a quien el Supremo ha apartado incluso de la inmunidad parlamentaria.

El escaño de Torra tiene incluso ya un sucesor; se trata de Ferrán Mascarrell, que fue consejero de Justicia con Puigdemont a pesar de que por entonces era militante del PSC. Tanto Ciudadanos, partido mayoritario en la cámara autonómica, como el PP, ya han avisado de que Torra no puede sentarse en su escaño. “Tomaremos medidas”, ha dicho Carrizosa, mano derecha que fue de Arrimadas cuando ésta todavía permanecía en Cataluña. La pregunta es cómo sorteará esta vez Torrent la sentencia del Supremo. En el PP y en el Ciudadanos piensan que arbitrará un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional con el que pretenderá detener la inhabilitación del ilegítimo presidente. En todo caso, este recurso no puede parar el dictamen del Supremo, pero ese es un inconveniente que le trae al fresco a Torrent, un individuo que debe saber que si tolera la presencia de su correligionario en el escaño que tuvo, será procesado por desobediencia, lo mismo que Torra.

El Parlament desobedecerá al Supremo y Sánchez se llamará andanas porque, en abierta contraposición con lo que va a dictar sin lugar a dudas este Tribunal, él se reunirá con Torra

A Sánchez todo este proceso no le importa. Su trayecto se compone de dos etapas: la primera, la mencionada entrevista con Torra como presidente; la segunda, la constitución de una mesa “de gobierno a gobierno” y en la que se empezarán a trazar todas las cesiones que ha comprometido con Oriol Junqueras. Para ser ciertos hay que atestiguar que una de estas cesiones ya se intentó porque, en efecto, el Gobierno de la Nación no tuvo la menor intención de oponerse, tal y como en su momento hizo Josep Borrell, a la continua apertura de nuevas “embajadas” catalanas, tres de ellas aprobadas por el Govern mientras Sánchez y su nueva ministra de Exteriores las daban por buenas. Menos mal que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluaña se las ha cargado. Pero larga mano pecadora de Sánchez se extiende a todos las instituciones de la vida pública, la Justicia, sobre todo que este jueves dio una nueva muestra de sometimiento a las órdenes del Ejecutivo. La Audiencia de Barcelona no es el Tribunal Superior por eso ha deparado una satisfacción más a los independentistas: ha archivado la investigación contra Francesc Esteve, jefe del Gabinete Jurídico de la Generalidad y responsable en su momento de que las urnas chinas del referéndum ilegal llegarán a toda Cataluña. Naturalmente, la Fiscalía no interpondrá recurso alguno. Otra prueba de la complicidad de Sánchez con los golpistas.

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