Sánchez cambiará la ley para que el Valle de los Caídos sea un parque temático de la II República
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, quiere solventar a la mayor brevedad una de sus obsesiones: el Valle de los Caídos. Los planes de los socialistas es reforma le legislación del conjunto de Cuelgamuros y convertirlo en un cementerio civil que explique la versión del PSOE de la Guerra Civil (1936 - 1939).
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, quiere solventar a la mayor brevedad una de sus obsesiones: el Valle de los Caídos. El próximo 10 de junio el socialista pretende exhumar los restos de Francisco Franco de la basílica de Cuelgamuros y, acto seguido, iniciar los trámites pertinentes para abordar la modificación del régimen legal del Valle de los Caídos para “dignificar y homenajear a sus víctimas, explicar el significado del monumento y su construcción”, según palabras de los propios socialistas. Un plan sobre el que el PSOE ha trabajado de manera discreta durante estos nueve meses de legislatura, pero que finalmente ha quedado inconcluso ante la infructuosa pelea de Sánchez por exhumar los restos del dictador. Traducidas las palabras de los socialistas: dar la vuelta al Valle y convertirlo en un parque temático de la II República.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley de Memoria Histórica en 2007, sin embargo, los socialistas y el propio Sánchez dejaron claro desde hace tiempo que esa legislación no era suficiente, sino que querían más. Razón por la que el PSOE presentó en el Congreso una reforma a la ley de su ex presidente. Ahora, Sánchez vuelve a la idea original de esa reforma de avanzar en la mutación del Valle de los Caídos, convertirlo en un cementerio civil donde se explique la versión socialista de la Guerra Civil (1936-1939) y donde se ensalce a la II República. La única duda del plan se centra, sobre todo, en la supervivencia de la basílica porque, aunque el PSOE no es contrario a su permanencia, Podemos siempre le ha dejado claro que no acepta ni la basílica, ni la cruz del Valle.
Hay que recordar, además, que en su propuesta de reforma de la Ley de Memoria Histórica, el PSOE de Sánchez se comprometió –tal como reza el artículo 29– a convertir el Valle de los Caídos en “lugar de memoria de las víctimas de la Guerra Civil española y la dictadura franquista, de acuerdo con los principios de pluralismo, reconciliación, paz y democracia que consagra la Constitución”. Y añadía: “Será un lugar de información, conocimiento, identificación, dignificación y homenaje de aquellos cuyos restos se encuentran allí inhumados”.
Pero el nuevo plan realmente va más allá y busca convertir el Valle en un parque temático donde la República sea ensalzada y donde será complicado que se puedan apreciar, como decían el PSOE en aquella reforma, “los principios de pluralismo, reconciliación, paz y democracia”. La idea se circunscribe dentro del plan general de actuación de esta legislatura en materia de guerracivilismo. Un proyecto en el que Sánchez ha anunciado ya sus deseos de controlar a profesores y alumnos en los colegios para divulgar su versión de todo lo ocurrido en ese periodo histórico.
Y, en medio de ese ambiente, resulta extraño pensar que la idea para el proyecto del nuevo Valle de los Caídos vaya a ser muy neutral.
Ese plan, que abarca toda la legislatura, busca, de este modo, exigir el aprendizaje de su versión de la Guerra Civil y de la II República a los niños y a los profesores que lo enseñen. De modo que los docentes tendrán que avalar su conocimiento de la versión oficial de la Guerra Civil y, desde luego, lo que está claro es que los libros de texto tendrán que plasmar la versión oficial, la que impulsa y exigen el PSOE y sus socios.
De este modo, el profesor que quiera enseñar otra versión tendrá que optar por callarse, o no ser profesor de “la historia democrática española”. Y los niños tendrán que optar igualmente por otras dos posibilidades: o contestar como quieren los defensores de la Memoria Histórica o suspender la asignatura. El mismo plan incorpora otras novedades, como por ejemplo, lanzar un plan masivo de exhumación de tumbas del bando republicano por toda España.
Sánchez lo quiere hacer a lo largo de esos cuatro años de legislatura y de forma coordinada e imperativa en todas las regiones españolas, motivo por el que pretende modificar también en este sentido la Ley de Memoria Histórica con el objetivo de dar rango de política de Estado al guerracivilismo y poder ordenar las acciones de exhumación en aquellas comunidades que no muestren gran interés.