Volcán de La Palma

Un avión de Ryanair aterrizó de emergencia en Tenerife tras averiarse por la ceniza de La Palma

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Avión de Ryanair.
Pelayo Barro

La erupción volcán de Cumbre Vieja ha afectado seriamente a la aviación civil, con cientos cancelaciones de vuelos con destino y origen a La Palma. Pero hasta el momento no había provocado ningún incidente preocupante. Este lunes, una aeronave de la compañía de Ryanair que cubría la ruta Tenerife-Charleroi (Bélgica) tuvo que decretar una emergencia en pleno vuelo y volver al aeropuerto después de encontrarse en su ruta una nube de ceniza procedente del volcán. Las cenizas, altamente corrosivas, averiaron los motores y provocaron una alerta de seguridad.

Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado lunes 11 de octubre. El vuelo, un Boeing 737-800 con código RYR8179, partió de la pista de Tenerife Sur en torno a las seis de la tarde. Según consta en los registros de Aviación Civil, que han recogido la información del incidente para su posterior análisis -se ha abierto ya una investigación-, la aeronave se encontraba realizando el ascenso a unos 1.800 metros de altura, casi sobre la vertical de Gran Canaria, cuando los pilotos divisaron una gran nube de ceniza proveniente del oeste, de la zona de La Palma. Decidieron hacer un giro hacia la derecha para tratar de no adentrarse en ella.

Fuentes del sector explican que, en caso de erupción volcánica, las tripulaciones reciben y analizan pormenorizadamente antes de cada vuelo las tendencias del viento y la posible dirección de las nubes de ceniza para organizar su ruta evitándolas. En este caso, parece ser que un golpe de viento llevó esa nube volcánica más allá de lo que predecían los partes meteorológicos y las imágenes de los satélites que vigilan La Palma desde hace semanas.

Nube de cenizas ese lunes según la previsión de un satélite francés.

Al norte de la isla de Gran Canaria y cerca de Lanzarote, ya rumbo a Bélgica, la tripulación de la aeronave detectó que algo no iba bien. No habían sido capaz de esquivar completamente la nube. Miles de partículas en suspensión se habían colado en los dos motores, provocando fallos serios en su funcionamiento que podrían ir a más e incluso provocar un colapso. La ceniza volcánica, explican fuentes aeronáuticas, es altamente corrosiva para los motores, por lo que volar a través de una nube de esas características pone en serio riesgo la integridad de un aparato. En este caso, el Boeing 737-800 tiene capacidad para unos 190 viajeros.

Declaró la emergencia

En el momento en que los pilotos detectaron el mal funcionamiento de los motores, decidieron virar hacia el sur y frenar en seco el ascenso. Contactar con el control aéreo e informaron del incidente, declarando a continuación una situación de emergencia. Tras realizar unos vuelos en círculo en espera de instrucciones, la aeronave se dirigió rápidamente hacia la pista de Tenerife Sur de donde había partido. Control aéreo había despejado las pistas previamente para facilitar la operación de emergencia, mientras la aeronave descargaba sobre el mar todo el combustible de sus depósitos para evitar el riesgo de aterrizar cargado de queroseno.

Trayectoria seguida por el vuelo.

Fueron en total dos horas de tensión para la tripulación y para los pasajeros, que fueron informados en cabina de lo que estaba ocurriendo. La aerolínea preparó a toda prisa otro avión para realizar la ruta, llegando a su destino final de Charleroi con cerca de 7 horas de retraso sobre la hora esperada.

Según ha podido confirmar OKDIARIO, el avión implicado en este incidente aún permanece en bajo observación de los técnicos de la aerolínea en el aeropuerto de Tenerife Sur. Ambos motores, explican fuentes del sector, podrían no volver a funcionar correctamente debido a la corrosión sufrida.

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