El recado de Pérez de los Cobos a Marlaska en su adiós: «He sido fiel a la ley, lejos de servilismos»
Marlaska ha dejado correr los plazos para no tener que ascenderle a general: se jubila en diciembre
El coronel Diego Pérez de los Cobos, que fue castigado por el Gobierno de Pedro Sánchez por negarse a dar información sobre la causa secreta del 8M y posteriormente restituido por la justicia, enfila los últimos meses de su carrera antes de pasar a la jubilación. En diciembre cumplirá 61 años, edad máxima para un coronel, y será su punto final como guardia civil tras no conseguir el ascenso a general que le ha negado sistemáticamente el Gobierno. La jugada de dejar correr los plazos contra él la adelantó OKDIARIO. En su último discurso de la Patrona del cuerpo, que dio como jefe de la Comandancia de Madrid, dejó una serie de recados al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Unos días antes había sido vetado por el ministro en otro acto oficial.
«Tengo la convicción de haber sido fiel a aquellos compromisos adquiridos: fiel al cumplimiento de la legalidad, a la defensa de nuestra constitución, de la unidad y la integridad territorial de la Patria, leal con mis subordinados, y disciplinado en lo que la verdadera disciplina -tan alejada de la sumisión y el servilismo- puede y debe abarcar», señaló De los Cobos en un mensaje que sonaba indudablemente a despedida.
«Hoy es para mí un día muy especial por ser la última vez que, como Jefe de la Comandancia de Madrid, tengo el honor y la satisfacción de compartir con ustedes esta celebración», señaló el coronel, el hombre al que el Gobierno de Rajoy le encargó dirigir a las fuerzas policiales que hicieron frente al referéndum ilegal del 1-O y que, desde entonces, ha estado en el objetivo de los separatistas -hoy socios del Gobierno de Sánchez-.
Insistió De los Cobos en que su misión durante décadas de trabajo en la Guardia Civil ha sido «servir a España y a nuestros ciudadanos desde el más estricto cumplimiento de la legalidad». Y que en ese tiempo ha querido «cultivar y exigir los valores que han sido seña de identidad de esta benemérita institución: el honor, la disciplina, el espíritu de sacrificio y la lealtad».
«Me marcho con la cabeza alta, con la conciencia tranquila y con la más alta recompensa que puede atesorar un militar, la mirada de los hombres y mujeres que ha tenido bajo su mando», recalcó De los Cobos.
Vetado por Interior
Sólo unos días antes de este discurso, el Ministerio del Interior, bajo la dirección de Fernando Grande-Marlaska, vetó al coronel jefe de Madrid, Diego Pérez de los Cobos, en la festividad de la patrona de la Guardia Civil que tuvo lugar el jueves.
El coronel debía realizar la entrega del mando al nuevo jefe de la Zona de la Guardia Civil, pero Interior suspendió el acto la noche anterior, alegando malas condiciones meteorológicas, a pesar de que no se preveía mal tiempo y la mañana del jueves resultó soleada. Con esta decisión, Marlaska impidió que Pérez de los Cobos pudiera realizar su despedida oficial como jefe de la Guardia Civil en Madrid, un puesto al que había sido restituido por el Tribunal Supremo tras haber sido cesado de forma arbitraria por el ministro.
El acto de la festividad se celebró en el acuartelamiento de Batalla del Salado, con la presencia de altos cargos de la Comunidad de Madrid, la judicatura y la Guardia Civil. Según lo previsto, Pérez de los Cobos debía entregar el mando al nuevo general y pronunciar un discurso breve, pero pocas horas antes del evento, recibió la notificación de que su participación quedaba suspendida por una supuesta previsión de lluvias. Dado que el pronóstico no anunciaba precipitaciones y que el resto de los actos no fueron cancelados, el coronel decidió no asistir, entendiendo que las motivaciones del Ministerio eran diferentes a las expuestas.
Este veto no solo privó a Pérez de los Cobos de participar en el acto oficial, sino que también le negó una despedida formal como jefe de la Comandancia de Madrid, ya que se jubilará en dos meses y no se prevé ningún evento para marcar su retiro. La situación provocó indignación entre otros altos mandos de la Guardia Civil, algunos de los cuales, en señal de protesta, también decidieron no asistir a la celebración.