Rajoy llamó a Merkel para mostrar su apoyo ante los «ataques brutales» de la extrema derecha
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, telefoneó a la canciller alemana Angela Merkel tras conocer los atentados de Berlín que reivindicó días más tarde el Estado Islámico. El presidente comentó en la tradicional copa de Navidad en Moncloa que habló con Merkel y le expresó su apoyo porque «es intolerable», en relación a los ataques que sufrió la alemana por parte de la extrema derecha tras el atentado.
Marcus Pretzell, líder de Alternativa para Alemania (AfD) y eurodiputado, dijo que las víctimas de Berlín son «los muertos de Angela Merkel», cargando así a la canciller la culpa de la matanza en el mercado navideño. «Han sido brutales los ataques hacia ella», señaló a los periodistas el jefe del Ejecutivo. Asimismo, expresó que «los temas de seguridad cuanto menos se comenten mejor». Rajoy expresó que el subir el nivel de alerta antiterrorista «está en manos de los técnicos que son los que analizan la situación» y aseguró que confía en ellos, ante las preguntas de los periodistas de por qué no se había subido esta vez en España. Algo que implicaría sacar el Ejército a la calle, sería el próximo nivel según apuntan los expertos consultados.
Las fuerzas de extrema derecha lanzaron sus críticas hacia los agentes de seguridad, además de a Merkel y a su gobierno. Las autoridades alemanas hacen frente a una polémica creciente a raíz de los fallos de seguridad que permitieron huir al tunecino sospechoso, pese a estar fichado como un islamista peligroso.
«No es así como garantizaremos la seguridad de Alemania», denunció Armin Laschet, uno de los responsables de la CDU, el partido de Merkel, sobre los diferentes fallos sobre la expulsión de Amri, un hombre de 24 años cuya solicitud de asilo había sido rechazada, pesa una orden de arresto europea lanzada por la justicia alemana tras el ataque del lunes que dejó 12 muertos en un mercadillo de Navidad de Berlín.
Además de las críticas recurrentes sobre su política de acogida de refugiados, Merkel tendrá que enfrentar la controversia causada por la descordinación de las autoridades a la hora de vigilar al principal sospechoso. Otro compañero de la familia política de Merkel, Stephan Mayer lanzó también que el caso ponen en evidencia los deficits del sistema «como si mirásemos con lupa». Achacan a los agentes de seguridad que no centrasen su investigación en el tunecino, pese a haber encontrado un documento de identidad suyo en el camión utilizado en el ataque.
Los investigadores dieron prioridad a un sospechoso paquistaní que acabó siendo liberado, insisten desde algunos partidos alemanes. Amri estuvo vigilado durante la mayor parte de 2016, principalmente en Berlín, donde los agentes sospechaban que podría estar preparando un atentado y un robo para comprar armas automáticas. Pero en septiembre, la fiscalía abandonó la investigación por falta de pruebas, según desvelan los diarios alemanes.