Ataque a la carne española

El PSOE se revuelve contra el campo y vincula las pandemias a la agricultura y ganadería intensivas

Alberto Garzón
Protesta de agricultores y ganaderos, domingo, en Madrid.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Partido Socialista trata de desmarcarse de la polémica por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, atacando la calidad de la carne de lo que llaman «macrogranjas». Pese a ello, los socialistas han dejado clara en distintas ocasiones su oposición al modelo de ganadería intensiva, fundamental en España y que cumple con todos los estándares sanitarios. Y lo han hecho incluso ante la Unión Europea. Ya en noviembre de 2020, en una pregunta por escrito ante la Comisión Europea, el eurodiputado socialista, César Luena, ponía en el punto de mira a estos ganaderos, llegando a calificar sus actividades de «riesgo pandémico».

«Las pandemias son cada vez más frecuentes y están impulsadas por las mismas transformaciones ambientales que la pérdida de biodiversidad y el cambio climático», argumentaba Luena, basándose en un informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), organismo científico de las Naciones Unidas, y publicado antes de la crisis del Covid-19.

«Reducción» de la ganadería

Tras plantear que «existen hasta 1,7 millones de tipos de virus no descubiertos en mamíferos y aves, la mitad de los cuales podrían tener la capacidad de infectar a las personas», el eurodiputado arremetía directamente contra la ganadería, preguntando a la Comisión Europea por sus medidas «para el control y reducción de actividades de alto riesgo pandémico como la producción agraria y ganadería intensiva».

No es la primera vez que el PSOE critica a la ganadería ante las autoridades europeas. Unos meses antes, también Luena e Ibán García del Blanco elevaron otra pregunta ante la Comisión Europea en la que se quejaban del proyecto de instalación de «macrogranjas» en Castilla y León. En su exposición de motivos, los socialistas iban más allá asegurando, en una clara censura a la «ganadería industrial», que  «contamina el medio ambiente, genera una cantidad desproporcionada de residuos no siempre gestionados adecuadamente, puede destruir comunidades rurales, poner a los pequeños ganaderos en paro, no combate la despoblación, reduce la calidad de vida de los residentes de la zona y no tiene en cuenta las medidas para el bienestar de los cerdos para consumo establecidas en la Directiva 2008/120/CE». «Teniendo en cuenta que la ciencia dice que debemos consumir menos carne, pero de mayor calidad, parece que las macrogranjas van en contra de la nueva política de la Comisión en materia de alimentación», subrayaban también entonces, en línea con lo que ahora defiende Garzón.

El campo, harto

Las declaraciones del ministro de Consumo en The Guardian han generado una honda polémica que se extiende ya durante semanas. Garzón criticó la sostenibilidad y la calidad de la carne de las granjas de grandes dimensiones y acusó al sector de exportar producto de baja calidad. «Contaminan el suelo, contaminan el agua y exportan la carne de mala calidad de estos animales maltratados», aseveró en el medio británico.

Este domingo, miles de ganaderos se dieron cita en una manifestación multitudinaria en Madrid para protestar por la situación del sector y los ataques del Gobierno de Pedro Sánchez. Los manifestantes, acompañados en su marcha por 40 tractores, 50 caballos y varios carros de bueyes y burros, exigieron al Ejecutivo un cambio en sus políticas agrarias, ganaderas y medioambientales, «leyes que vienen de una ideología posiblemente radical y también orientada a un planteamiento que no tiene nada que ver con la vida en el campo».

En este tiempo, y pese al lógico enfado del sector, Sánchez ha evitado asumir responsabilidades en primera persona. Tampoco, a la vista está, ha cesado a su ministro de Consumo lo que, según critican desde el PP, le hace responsable de sus declaraciones.

Cabe recordar, no obstante, que el propio presidente del Gobierno aboga abiertamente por reducir el consumo de carne en su Plan España 2050donde apuesta por un radical cambio de hábitos alimentarios pese a que en su día intentase desautorizar a Garzón con la comentada frase: «A mí donde me pongan un chuletón al punto… eso es imbatible». En el mismo informe también vincula el riesgo de pandemias al aumento de la «demanda de proteína animal», censurando que «pandemias zoonóticas» como, afirma, la del Covid-19 «son el resultado de la forma en que la humanidad obtiene y cultiva alimentos, y comercia y consume animales».

Además, como reveló OKDIARIO, Sánchez se apoya para dicho plan en las conclusiones de un informe de Greenpeace -La insostenible huella de la carne en España- en el que se ofrece un pésimo retrato del modelo cárnico en el país, con un uso «abusivo» de antibióticos que pueden llegar a suponer «un peligro para la salud pública».

La Diputación Permanente del Congreso debatirá este martes si acepta la comparecencia de los ministros Alberto Garzón y Luis Planas (Agricultura), solicitada por el Grupo Parlamentario Popular, para que den explicaciones sobre el ataque del Gobierno al sector cárnico.

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