El PSOE encarga sondeos para saber cuánto sube por Franco tras decir que la exhumación no es “electoralista»

exhumación Franco
El féretro con los restos de Franco a hombros de sus nietos abandona la basílica del Valle de los Caídos
Carlos Cuesta

El PSOE ha asegurado hasta la saciedad que la exhumación de Francisco Franco no se ha realizado en precampaña electoral para obtener votos. Es más, ha dicho que el objetivo de esta medida respondía exclusivamente al propósito de corregir una “afrenta moral histórica”. Pero, casualmente, ha encargado a sus analistas, nada más trasladar los restos mortales del dictador, que evalúen el impacto electoral del traslado del féretro desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de Mingorrubio-El Pardo.

Las primeras respuestas de sus analistas de cabecera parecen dar la razón a los estrategas de La Monclo, ya que, según las primeras valoraciones, “la exhumación del dictador está funcionando como movilizador del voto de la izquierda hacia el PSOE”, señala una fuente socialista conocedora de esos informes.

La salida de Franco del Valle de los Caídos es un acontecimiento histórico para muchos de nuestros votantes”, aclara esta misma fuente. “Y eso ha ocurrido con Sánchez, no con otro presidente. Y eso, claramente, nos va a suponer un factor extra de movilización del voto”, concluye.

A lo largo de los últimos días se ha entablado un debate sobre si la decisión del Gobierno de exhumar a Franco a poco más de dos semanas de las elecciones generales del 10-N ha respondido a un propósito puro de captación de voto, sin embargo, desde las filas socialistas no han dejado de negar este punto.

Pero, pese a ello, la realidad es que los equipos de campaña de Sánchez siempre han contado con el factor Franco como un elemento electoralista y de generación de voto. De hecho, la propia fecha de exhumación pasó en última instancia del lunes 21 al miércoles 23 y, finalmente, al jueves 24 de octubre por un puro motivo de aprovechamiento informativo. Ya que la gravedad de los ataques en las calles de Cataluña hicieron que cualquiera de las fechas previas fuese desaconsejada por la imposibilidad de utilizar convenientemente y a plena potencia la noticia de la exhumación.

El paso de los días hizo, además, que el panorama mediático empezase a media semana a estar menos centrado en Cataluña y, por lo tanto, era más fácil concentrar la atención de los medios de comunicación en la exhumación. La fecha elegida finalmente, además, coincidió de forma perfecta con la publicación del dato de paro (EPA), uno de los peores datos desde 2012.

De ese modo, la utilización de la noticia de la exhumación se convertía en perfecta: generaba voto y tapaba un elemento negativo para el PSOE. Por eso, los equipos de campaña del PSOE nunca han negado internamente –y nunca admitido externamente– que la exhumación del dictador formaba parte de la estrategia de campaña.

Los factores analizados por los analistas apuntan ya a un doble sentido del efecto Franco. En primer lugar por la movilización del voto de la izquierda y su concentración en el PSOE. Y, en segundo lugar, tal y como apunta la misma fuente socialista, “por la elevación del voto de VOX, en contra del voto del PP”.

Por eso mismo, Sánchez convocó una declaración institucional nada más realizarse la exhumación e inhumación del dictador porque, evidentemente, estaba en el guión el aprovechamiento electoral y político del traslado de los restos mortales de Franco desde el Valle de los Caídos hasta Mingorrubio-El Pardo. La imagen de esa noticia, avidentemente, debía ser Franco, por supuesto, pero también Sánchez.

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