El PP ve peligrar las listas de 2019 en Cataluña por las fugas a C’s

Xavier García Albiol
Cospedal con Rajoy y Albiol (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El resultado de las elecciones del 21 de diciembre-cuatro escaños-ha provocado un terremoto en el Partido Popular, con efectos en el medio plazo. Las miradas se sitúan ahora en 2019, cuando el partido debe afrontar las elecciones municipales en Cataluña. En ese caso, en fuentes ‘populares’ ya se advierte incluso con las posibles dificultades para formar las candidaturas, en previsión de las fugas a Ciudadanos. 

Por ahora, el presidente del Gobierno insiste en negar la mayor sobre las consecuencias de que el partido de Albert Rivera haya ganado las catalanas (37 diputados) y con una distancia apabullante sobre el PP, condenado al Grupo Mixto.

El lunes, en su primera comparecencia tras los resultados, Rajoy evitó cualquier autocrítica y derivó las causas a la concentración de voto útil en el partido que ya lideraba la oposición al tiempo que sacaba pecho por el suyo.  Un «partido fuerte, que no se inventó en un cuarto de hora», dijo, recuperando así una de sus principales críticas hacia Ciudadanos durante las últimas campañas. «Somos un partido bregado, que hemos perdido elecciones muchas veces y en otras ocasiones hemos ganado elecciones. Y creo que hemos dado la talla tanto cuando ganamos como cuando perdimos», espetó Rajoy.

Para el núcleo duro del presidente los resultados son producto de ese voto útil potenciadísimo y de una «sorprendente» organización del independentismo y de su relato victimista. No hay más censuras, pese a que, recientemente, la propia secretaria general, María Dolores de Cospedal, observó, en una entrevista en El Mundo, que las cosas  se podían «haber hecho mejor» en Cataluña. Una crítica soslayada al inmovilismo de Rajoy durante años para hacer frente al órdago independentista, y que culminó en el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre. Esa actitud puede pasar ahora factura, consideran en el PP, de cara a ciertos comicios donde el sentimiento nacionalista está también arraigado.

Por eso, parte del partido ve con temor que lo que ha pasado en Cataluña se pueda contagiar al resto de regiones, sean cuales sean las elecciones, municipales, autonómicas o generales. En público, solo el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, reclamó una reflexión. «Cuando sacamos un mal resultado lo que no podemos es echarle la culpa a los demás», reprochó en los últimos días.

Construir el discurso

Que el trasvase de voto se traduzca ahora en uno de militancia es un posible paso que asume el PP catalán, lo que dejaría al partido con una presencia aún más raquítica.

En este contexto, los ‘populares’ tienen un reto urgente: construir un discurso en Cataluña. «Ciudadanos nos ha copiado la campaña», reprochaba hace unos días en Moncloa un asesor del presidente.

El PP hizo orbitar esa campaña sobre la decisión de aplicar el artículo 155 en Cataluña y criticó a los de Rivera precisamente por apropiarse de la medida «cuando antes la descartaban».

Una estrategia equivocada para José María Aznar, que apenas 48 horas después de los peores resultados del PP catalán, hurgaba en la herida a través de su fundación, FAES.

«Ciudadanos ha sabido interpretar las exigencias de muchos cientos de miles de catalanes —más de un millón—, las ha traducido en un discurso político reconocible y les ha ofrecido una propuesta de esperanza y convicción», decía, en una clara crítica al Gobierno. Según FAES, la culpa del fracaso del PP no es ni de Rivera, ni del candidato Xavier García Albiol, sino del Gobierno.

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