El PP prefiere aumentar su mayoría en unas terceras elecciones «para no pagar peajes»
«Queremos un gobierno que pueda gobernar», sostiene una fuente bien posicionada de Moncloa.
A pesar de que Rajoy ha mantenido, convencido, que la responsabilidad de su partido es evitar unas terceras elecciones, en su equipo y en la dirección del PP lo tienen claro: «Mejor unas terceras elecciones que nos den un mejor resultado y evitar pagar peajes».
Al fin y al cabo, sostienen estas fuentes, no se trata sólo de que el candidato popular sea investido, sino de mantener una legislatura con una cierta garantía de estabilidad y la seguridad de que no será «torpedeada» por una oposición letal en el Congreso. En ese caso, el PP se sabe en minoría y totalmente a merced de una actitud sin duda beligerante por parte de PSOE, Podemos, los independentistas e incluso Ciudadanos.
Pese a que Génova tenía en el sábado un punto de inflexión, el dramático Comité Federal de los socialistas no ha variado apenas nada. Los populares aguardan a conocer los próximos pasos de la nueva gestora, el órgano que dirime ahora el futuro inmediato del socialismo. No aceptarán «chantajes», ni «condiciones draconianas», advierten. Esto es, por ejemplo, la derogación de la reforma laboral-una de las medidas estrella defendida por Sánchez-o el incumplimiento de los límites de déficit fijados por la Unión Europea. En ese caso, el documento base de negociación para el PP será el acuerdo suscrito en su momento con Albert Rivera, y que, recuerdan, incluye ya 100 de las 150 medidas acordadas en su día por el entonces líder socialista y el de Ciudadanos.
Mayoría absoluta con C’s
La desconfianza del PP hacia el PSOE sigue siendo mucha. En Génova impera la prudencia y Rajoy ha sido claro en este aspecto. Manteniendo la actitud de cautela que le ha caracterizado en estos meses, el presidente en funciones «no aceptará ahora peajes» de los socialistas, afirman fuentes populares.
Unas terceras elecciones son, sin duda, favorables al PP. Para empezar, las últimas encuestas sugieren ya que la suma con los de Rivera les permitiría llegar esta vez a la mayoría absoluta. Un escenario sin duda tentador para Génova: siendo así, el PSOE quedaría prácticamente en la irrelevancia en el Congreso. Aún debilitado y descompuesto, no tendría tampoco capacidad para vetar las leyes que quisiera sacar adelante el PP.
Es más, esos terceros comicios-que de acuerdo a la iniciativa presentada por el PP serían el 18 de diciembre- cogería a los socialistas desarmados, sin candidato, sin proyecto. Una circunstancia que alimenta aún más la distancia que el PP podría consolidar en las urnas y que, en consencuencia, agravaría la debacle del PSOE.
Así las cosas, en Moncloa y en Génova se mira con máximo interés a los próximos días, y a cualquier mensaje que salga de la sede de Ferraz. Para empezar, aspiran a retomar las relaciones, completamente devastadas por el anterior secretario general. Pero nadie se atreve a resolver lo que pueda pasar finalmente, y si en diciembre los españoles tendrán que volver a las urnas.
Si no hay garantías de estabilidad, los populares empiezan a replantearse si la investidura sería lo más adecuado. En ese escenario, cabe pensar cómo se ‘venderían’ esas terceras elecciones a los españoles: el argumento se basaría en la necesidad de asegurar un gobierno estable, con un mínimo de credibilidad, y sobre todo, operativo para sacar adelante reformas, leyes y, para empezar, los Presupuestos Generales del Estado.
Ese es el primer paso, y el examen que sin duda determina el clima de las relaciones entre PP y PSOE. Desde el PP se antepone ese compromiso a todo lo demás, porque sin unas cuentas consensuadas no puede haber “absolutamente nada”.
Entre tanto, Rajoy ha dado la orden de esperar, evitar las críticas y los ataques. Los populares mantendrán un perfil bajo “hasta que el PSOE se aclare” y empiece a definir el futuro. Por ahora, y a tres semanas de que se disuelvan las Cortes, en Génova no se tiene claro quién estará enfrente como interlocutor.