El PP no convence con su renovación y se hunde por el ‘efecto Vox’ y el empuje de Rivera
El partido de Pablo Casado anota su peor resultado histórico, 66 diputados. El PP ve además amenazado su liderazgo en la derecha ante el auge de Ciudadanos.
Hundimiento del PP. Ni en sus peores pronósticos, el partido de Pablo Casado podría augurar un resultado parecido. Los ‘populares’ han anotado este domingo el peor dato de su historia en unas generales: 66 diputados. Es decir, la formación saca menos escaños de los que pierde con respecto a 2016 (72). Una lectura dantesca. Imposible sacar luz en alguna cifra. «Vox nos ha roto», admitían fuentes de Génova en pleno desconsuelo.
El PP ha perdido este domingo casi 4 millones de votos. Un hundimiento que lo sitúa por debajo del suelo electoral de la Alianza Popular de Manuel Fraga en 1986, cuando logró 105 escaños y el 25,97% de los votos. Hasta ahora, la formación había registrado dos ciclos ascendentes con sendas mayorías absolutas logradas por José María Aznar (2000) y Mariano Rajoy (2011), a las que siguieron sendos batacazos electorales en el año 2004 (de 183 escaños se pasó a 148) y en 2015 (de 186 a 123 diputados).
Pero estas elecciones eran muy diferentes para los de Casado. Por un lado, la amenaza de Vox, confirmada en las andaluzas. Por otro, la imprevisible salud de Ciudadanos.
Los temores por la fragmentación del espectro del centro-derecha fueron evidentes durante toda la campaña. El líder del PP apeló con insistencia, y a la vista, sin éxito, por el voto útil: concentrar las papeletas en sus siglas para evitar que el reparto, sobre todo en las provincias pequeñas, acabase beneficiando al PSOE.
Pese a la angustia por la irrupción de Vox, su objetivo era exportar esa ‘vía andaluza’ a nivel nacional, el pacto que permitió investir presidente a Juanma Moreno en Andalucía tras 36 años de gobierno socialista en esta comunidad.
Las elecciones eran importantísimas para el nuevo líder del PP por dos razones: las obvias, llegar a La Moncloa evitando un gobierno de Pedro Sánchez, y las internas, medir su liderazgo y el alcance de su apuesta de renovación.
Desde su elección, frente a Sáenz de Santamaría, el presidente ‘popular’, defendió con firmeza los valores y principios clásicos del partido. «Libertad, unidad de España, familia y seguridad». En definitiva, la vuelta a un PP sin complejos, con el que pretendía recuperar a buena parte del electorado huérfano del ‘marianismo’ y erradicar a Vox. Ése, según diagnostican en el partido, ha sido seguramente el error: desatender el centro, centrándose en frenar la fuga de votos hacia Abascal. Una circunstancia que ahora ha sabido aprovechar Ciudadanos.
Fuentes de la dirección nacional admitían en la jornada de cierre que era una «incógnita» el resultado que podía lograr Vox, lo que hacía «impredecible» el resultado de este domingo.
Al acudir a votar, Casado animó a participar asegurando que son las elecciones «más decisiva para el destino de España». «Por eso, pido la máxima participación, vota con la cabeza y unidos para lograr un gobierno estable», defendió ante los periodistas que le esperaban en el colegio electoral.
Amenaza en el liderazgo de la derecha
La lectura de los resultados ofrece otro panorama desolador para el PP: Ciudadanos emerge como alternativa a su hasta ahora incuestionable liderazgo en la derecha. Apenas 8 escaños les distancian en el arco parlamentario de la formación de Albert Rivera. El partido naranja tendrá que decidir ahora si pacta con Pedro Sánchez, evitando que el socialista forme gobierno con ERC. Una opción que, en campaña, Rivera negó con insistencia.
Por regiones, los varapalos llegan de varios frentes. En Cataluña, el partido pierde 5 escaños con respecto a las generales de 2016 y sólo logra uno, el de Cayetana Álvarez de Toledo (por 5 de Ciudadanos, 15 de ERC y 12 del PSC).
En la Comunidad de Madrid, los ‘populares’, aún en ‘shock’ por el fichaje del ex presidente regional Ángel Garrido por Ciudadanos, pierden 8 escaños con respecto a 2016 y sucumben ante el ‘sorpasso’ de Rivera (8 escaños frente a 7). Los socialistas, con 11, ganan en la región, y Vox irrumpe con 5 diputados.
El País Vasco es quizás el ejemplo vivo del dramatismo. Cero escaños. Javier Maroto, vicesecretario de Organización del PP y cabeza de lista por Álava, ni siquiera entrará en el Congreso.
En Andalucía, Aragón, Extremadura o Murcia, PP y Ciudadanos empatan en diputados.
El PP sólo se ve capaz de salvar su bastión gallego de la amenaza naranja., aunque con sabor agridulce. Pese a que pierden 3 escaños y los socialistas ganan en esta comunidad (10 escaños), se consuelan con mantener aún 9 diputados, 7 más que Rivera.
En Navarra, la candidatura integrada por UPN, PP y Ciudadanos, Navarra Suma, ha ganado las elecciones con 2 diputados, por uno de los socialistas, consigue Podemos y EH Bildu.
Un panorama desolador desde el que los ‘populares’ tendrán que afrontar ahora las elecciones locales y autonómicas de mayo.