Ministerio del Interior

El policía retirado por sus heridas en Barcelona clama contra Marlaska: «Me he sentido abandonado»

Juez Tsunami policías
Policías durante los graves disturbios en Barcelona por la sentencia del Procés.

Ángel tiene 45 años y, desde esta misma semana, es un ex policía jubilado. Este agente de la UIP se ha visto forzado a dejar el cuerpo después de dos años intentando recuperarse de las graves heridas que sufrió durante una intervención policial en las calles de Barcelona en octubre de 2019, coincidiendo con los disturbios registrados tras la sentencia del procés. Interior ni siquiera le ha reconocido esas heridas como «acto de servicio», y el agente dice haberse sentido «abandonado» por el departamento de Fernando Grande-Marlaska.

Ángel Manuel Hernández formó parte de la unidad UIP que se desplazó desde Galicia para participar en Barcelona en la contención de los disturbios registrados en octubre de 2019. En aquel caos de ira y violencia desatado por el separatismo radical, Ángel recibió una pedrada que impactó en su casco y en su brazo y que casi le cuesta la vida. Sus heridas le han dejado secuelas y le han obligado a abandonar su profesión de forma anticipada.

El agente ha ofrecido declaraciones en las que ha asegurado que lo «mejor» que se lleva del cuerpo es el apoyo y el cariño de sus compañeros, tal y como estos dejaron patente con la emotiva despedida que le dedicaron en las dependencias policiales de Lonzas.

No le reconocen acto de servicio

Sin embargo, no opina lo mismo del trato recibido por la cadena de mando política de Interior y de la Dirección General de la Policía Nacional. «Me he sentido abandonado», confiesa

Ahora, tras lo vivido, le tocará enfrentarse a la «batalla burocrática» para que se le reconozca que la incapacidad que desemboca en su jubilación no deriva de una «enfermedad común», categoría que le reconoce el Ministerio, sino de las lesiones sufridas «en acto de servicio» en Barcelona. Cabe recordar que el director de la Policía calificó aquella actuación como «perfecta». Lo hizo ante un juez y como imputado por desprotección de sus agentes.

«Que nadie pase por esto»

«Espero que esto también sirva para que ningún compañero tenga que volver a pasar por esto», ha remarcado, tras recordar su paso por el cuerpo, en el que ingresó en 2006, para, cuatro años después, pasar a desempeñar su trabajo en la UIP.

Ángel ha recordado como una pedrada le provocó una fractura abierta en un hueso del brazo, de la que fue intervenido ya en un hospital catalán. «Me pusieron una placa y seis tornillos, pero el hueso no soldó», ha rememorado, antes de explicar que en noviembre del año pasado volvió a ser intervenido en el Modelo de A Coruña.

En este caso, la intervención sanitaria sí que sirvió para que consolidase la fractura, pero la movilidad de su brazo ha quedado afectada, además de haber perdido mucha fuerza, lo que, además de provocarle dolores, le impide realizar su trabajo. En esta coyuntura, en diciembre un tribunal médico le reconoció la incapacidad y ahora se ha ratificado la jubilación.

«Me voy con una sensación más agria que dulce, porque nunca piensas que te vas a jubilar así», ha confesado, antes de concluir que es consciente de que la batalla burocrática que le espera ahora se puede prolongar «meses» y recuerda el caso de Iván, su compañero de Vigo, quien sufrió también una lesión grave en los disturbios.

Lo último en España

Últimas noticias