Podemos aprovecha el subidón de la luz para lanzar su plan de imponer castigos a los que más consuman

Podemos no desaprovecha la subida récord de la factura de la luz para relanzar una de sus grandes ambiciones: el control de las empresas energéticas y, con ello, de la factura de la luz. La formación morada piensa en sus fines ideológicos y relanza un asunto que le enfrenta abiertamente con el PSOE.

El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha reactivado el plan de la formación morada para poner a las eléctricas bajo control del Estado. «Hay que reformar el mercado eléctrico poniendo precios máximos a las diferentes tecnologías, que estén basados en los costes reales de producción», ha escrito en sus redes sociales, apostando por «crear una empresa pública de energía, porque la energía es un bien de primera necesidad».

Echenique ha advertido de que «el Estado tiene la obligación de intervenir». «Que a nadie le quepa la más mínima duda que, desde Unidas Podemos, daremos la batalla en todos los espacios (Gobierno, Parlamento, calle) para poner fin a este expolio. Quien quiera seguirnos que nos siga y quien no que se retrate ante la ciudadanía». Un aviso directo al PSOE, reticente a esos planes.

Pero la estrategia de Podemos para controlar el precio de la luz va más allá. Porque el partido, ahora en manos de Ione Belarra, defiende además «penalizar el derroche» en el consumo de la luz.

Podemos quiere establecer un nuevo sistema tarifario, según el cual los primeros kilovatios (kWh) consumidos, que consideran «son indispensables para llevar una vida digna», tengan un precio muy bajo. Ese precio aumentará en los siguientes «hasta penalizar» lo que ellos estimen que es «derroche». Así consta en su último programa electoral.

Para rebajar el precio final de la factura, el partido propone que se rebaje el término de potencia a la mitad «para que, como regla general, no sea superior al 25 % del total de la factura para consumos domésticos normales».

Cuarto máximo histórico

Este jueves se alcanzará un nuevo récord en el precio de la luz, la cuarta subida consecutiva. Un precio que triplica al registrado hace justamente un año.

Un hecho que no ha provocado reacción alguna por parte del presidente del Gobierno. Sánchez reapareció este miércoles en un acto sobre el escritor portugués José Saramago en Lanzarote, donde está pasando sus vacaciones, sin mencionar la subida de la electricidad.

Una actitud que contrasta con la que mostraba el socialista cuando era jefe de la oposición. Entonces, clamaba con fiereza contra Mariano Rajoy y se quejaba del «precio tan alto de la electricidad en España». «¿Qué tiene que decir el Gobierno?», aseveraba en ahora presidente del Gobierno en 2018.

La ahora ministra Irene Montero también se mostró beligerante: «Creo que a la ciudadanía no hace falta que yo le explique nada, ya sabe lo que va a salir de una reunión en la que esté Pedro Sánchez con las eléctricas y sabe lo que va a salir de una reunión en la que Pablo Iglesias se reúna con las eléctricas. Pues eso es lo que se vota el día 28 de abril», clamó la dirigente podemita en la campaña de las elecciones del 28-A.

Control de las energéticas

El control de las energéticas es una reclamación histórica de Podemos, que no duda en utilizar ahora las circunstancias para entrar de nuevo en la guerra contra el PSOE. Una disputa que acumula otras aristas, como la regulación de los precios del alquiler o la subida del salario mínimo.

«Recuperar automáticamente la gestión pública de las centrales hidroeléctricas cuyas concesiones para la explotación privada hayan caducado o lo hagan en el futuro. Esto permite complementar la producción eléctrica cuando otras tecnologías renovables tengan valles, proteger la salud ecológica de nuestros ríos y garantizar el riego, el control de las crecidas y el suministro de agua potable sin que interfieran intereses económicos espurios, así como compensar a los territorios que soportan las centrales y sufren las consecuencias de la desigualdad territorial de nuestro país. La empresa pública de energía asumirá la explotación de las centrales hidroeléctricas cuyas concesiones vayan caducando», recoge Podemos en sus documentos electorales.

Según Podemos, «con un mercado eléctrico dominado por un oligopolio privado, no es creíble que podamos acometer los objetivos planteados en el horizonte verde».

«Para conseguirlo, es necesario configurar un nuevo marco institucional y productivo bajo un control democrático», recogen en sus apuestas electorales.

Podemos dice que esa empresa «desempeñará un rol activo en la instalación de energías renovables, empujará hacia la transformación del mercado eléctrico y hará posible que cumplamos los objetivos fijados» en materia ‘verde’.

«Dada la importancia de estos fines, también se ocupará de implementar una factura de la luz más baja y de garantizar que nadie sufra pobreza energética», prometen.

Fracaso 

Es un hecho la inacción del Gobierno para aliviar a los españoles la carga económica de las sucesivas subidas de la luz. El Ejecutivo socialcomunista tardó varios meses en reaccionar a las críticas por los altos precios de la factura y no fue hasta el pasado junio cuando aprobó la bajada del IVA del 21 al 10%. Una medida que, sin embargo, excluye al 85% de la hostelería, un sector gravemente golpeado por la pandemia, y sólo se mantendrá vigente hasta finales de año.

En mayo, el Gobierno implantó el polémico sistema de tarifas, que establece tres tramos horarios -punta, llano y valle- con precios diferentes y que obliga a quien quiera ahorrar en su factura a poner los electrodomésticos a horas intempestivas o en fin de semana.

El Ejecutivo se ha amparado además con insistencia en los supuestos avisos de Bruselas sobre el IVA reducido para no bajar el recibo. Sin embargo, como reveló OKDIARIO, la UE recordó a España en una respuesta por escrito que podría bajar el IVA si quisiese.

«Sí que es posible aplicar tipos diferentes a este tipo de suministro, siempre que se respete el principio de neutralidad fiscal», firmaba la comisaria europea de Energía Kadri Simson.