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Podemos apuesta por «caricaturizar» a los manifestantes que con cacerolas y banderas de España protestan durante las últimas semanas contra el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Además, tal como desvela el dirigente de las juventudes moradas, Adán Callejo, al partido de los círculos les viene bien que «los pijos del distrito de Salamanca» salgan a las calles a manifestarse contra el Ejecutivo. No obstante, se muestran más preocupados al ver que entre los jóvenes de distritos obreros como Carabanchel, Vox es el partido más votado.
En una charla telemática con representantes de las juventudes de Izquierda Unida, Equo, Compromís y Cataluya En Comú, Podemos desvela así su estrategia. Adán Callejo sostiene que «la amenaza fascista, que son los liberales en lo económico, supone uno de los mayores peligros a las que nos estamos enfrentando como sociedad». «Responde un fenómeno global, la ultraderecha que sigue la lógica de Steve Bannon, Donald Trump, Jair Bolsonaro y toda esta gente que siguen las mismas ideas y los mismos métodos, muy sucios, pero que resultan muy efectivos», comenta.
Señala que en Podemos se «preguntan constantemente cómo tenemos que combatirles». «En primer lugar hay que caricaturizar a los pijos del barrio de Salamanca que protestan, es lógico que protesten, es bueno que lo hagan, de hecho, a nosotros nos sirve comunicativamente que protesten», defiende.
Vox en Carabanchel
No obstante, a continuación reconoce que Podemos no puede ser «ingenuo». «En Carabanchel, en Aluche y en muchos barrios del Estado en muchas de las capas populares, de la juventud, (la ultraderecha) es el partido más votado». «¿Cómo se les combate en el barro? Pablo Iglesias decía que con políticas sociales y yo añado, con política social y con redes de apoyo mutuo», explica este dirigente morado.
Este hombre fuerte de Podemos deja caer que la izquierda se ha alejado tradicionalmente de la clase obrera a la que quieren representar. «Las organizaciones juveniles de izquierdas y combativas tenemos que tener presente que si no somos lo que pretendemos representar no vamos a ir a ningún lado», argumenta y señala que, por ejemplo, a través del rap y el reggaeton sobre las ‘kellys’, los transexuales o los inmigrantes, el partido morado ha llegado a los jóvenes españoles.
La orden es clara: «participar en los espacios institucionales» pero sin olvidar «la realidad concreta que determina nuestras propias vidas». «Eso no pasa sólo por Reales Decretos, que también, si no que pasa también por la actividad del día a día que es la filosofía del hacer».
Este líder juvenil de Podemos, que saltó a los medios de comunicación al poner rostro al drama de las casas de apuestas sin decir que tenía un cargo en el partido, subraya «todos los derechos sociales han llegado precedidos de una movilización popular» por lo que la izquierda no tiene que dejar de salir a la calle.
«Desesperanza en los neonazis»
Por su parte, Alejandra Martínez de IU Madrid apunta que «la extrema derecha no solo está conformada por pijos del barrio Salamanca, que vienen de universidades privadas, también hay muchísimos que están cayendo en un tipo de ultraderecha que son los neonazis, que aparecen en todas las protestas que hay Madrid. A esa gente ya no podemos tratarles como pijos del barrio Salamanca. No pretendo romantizarles pero son juventud jodida de los barrios jodidos de Madrid que han caído en una desesperanza total y absoluta».
A ojos de esta integrante de IU, «esto se soluciona con políticas públicas y con que la izquierda resulte más atractiva». «Sinceramente yo que llevo militando tiempo en espacios progresistas estoy un poco hasta las narices de la vieja guardia roja. Eso hace muchísimo daño a las organizaciones de izquierdas porque aparta a la gente que tiene que ser nuestra aliada», critica.
«Tenemos que aprender a escuchar a las personas vulnerables que nos están gritando, que están organizadas y que necesitan políticas específicas. La juventud está organizada pero lo que tenemos que hacer es involucrarnos más en ese tejido y escuchar. Más allá de intentar atraerles a nuestras trincheras, que también debería ser útil, hay que bajar del pedestal y escuchar a la gente que viene desde otros lados y trasladar esas demandas como juventudes un poco más institucionales que somos», pide Alejandra Martínez criticando así la desconexión existente entre la izquierda política y las personas a las que aspiran a representar.
Críticas a la solidaridad
Por otra parte, Adán Callejo muestra su «preocupación» porque Vox participe en «bancos de alimentos y redes de apoyo mutuo». «Preocupaba que Ciudadanos y Vox parece que se van a meter en el Consejo de la Juventud de Madrid, yo creo que eso es preocupante, pero más preocupante es cuando Vox se ponga a hacer las redes de apoyo mutuo en los barrios y organicen ellos los bancos de alimentos». «Eso sí que nos tiene que preocupar. Tenemos que estar muy al loro porque de hecho lo van a hacer, lo están haciendo ya», alerta.
Amor y no odio
A pesar de los ataques constantes a Vox, considera que la izquierda se mueve por el «amor y no por el odio». «Ahora que estamos en confianza y no nos escucha mucha gente, el Che Guevara decía que los revolucionarios se mueven por grandes sentimientos de amor. Que tengamos presente eso, que nosotros no militamos porque odiamos el ‘status quo’, porque odiamos a los adversarios, militamos por el amor que sentimos al mundo que queremos construir, a nuestra gente, a nuestra clase y a nuestros códigos culturales. Hay que seguir amándonos en nuestra trinchera», resume.
«Estamos viviendo un momento histórico y el papel de la juventud va a ser clave en esta disputa, que es política y cultural. Al final los jóvenes determinamos el mundo del mañana», agrega. En la misma línea, Alejandra Martínez señala que los partidos de izquierda dejan fuera a los jóvenes y esto abre la veda a Vox. «Nos dejan fuera y esto nos genera también una sensación de desapego que es el germen de cultivo de la extrema derecha. Son los problemas que estamos teniendo ahora mismo sobre todo en Madrid. Es por lo que llevó a gran cantidad de jóvenes a votar a partidos como Vox».
«Hay colectivos que tienen problemas específicos que tampoco se están abordando. No somos son el futuro, somos el presente y estamos ahora construyendo el país que queremos, no se nos puede dejar fuera de este proyecto de reconstrucción», finaliza.