Investidura de Pedro Sánchez

Sánchez se pone en clave separatista: «La ley por sí sola no basta para solucionar el problema catalán»

Propone "retomar el diálogo" con Cataluña y defiende que "en nuestro país no existe un único modo de vivir o sentir la identidad nacional"

Debate de investidura de Pedro Sánchez, en directo

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

«Recomenzar», «retomar el diálogo», «reconstruir». Tras pactar con quienes quieren romper España para mantenerse en La Moncloa, con quienes persisten en la intención de celebrar un referéndum de autodeterminación, Sánchez propone borrón y cuenta nueva para abordar lo que considera un «conflicto político». Es decir, el órdago separatista en Cataluña. Sánchez ha moldeado un discurso acorde a las tesis del separatismo que le permitirá seguir siendo presidente. «En el diálogo hay que reconocer al otro y dentro del marco legal, pero la ley por sí sola no basta, se ha visto», ha llegado a decir.

El socialista ha centrado su mensaje en el Congreso en intentar convencer de las razones para el acuerdo con ERC. Pese a que sólo hay una: asegurar su propia supervivencia. En la sede de la soberanía nacional, Sánchez se ha parapetado tras las históricas siglas del PSOE como defensa a las críticas. «No se va a romper España, no se va a romper la Constitución. Aquí lo que se va a romper es el bloqueo», ha destacado el candidato, ya al comienzo de la sesión parlamentaria.

Sánchez ha vertebrado un discurso acorde a su pacto con los republicanos. Y así, ha resuelto, por ejemplo, que «en nuestro país no existe un único modo de vivir o sentir la identidad nacional», que «los sentimientos no pueden imponerse por la fuerza» o que «la clave de la cohesión es compatibilizar sentimientos diversos». Incluso ha considerado que «existe en un sector amplio de la población catalana un sentimiento de agravio respecto a las instituciones centrales». «Un sector amplio que no siente reconocida y respetada su personalidad».

A continuación, ha pasado a defender la crisis en Cataluña como «heredada»de los gobiernos del PP y ha abordado la que ve como la única manera de resolverla: «Devolver a la política un conflicto político».

«Demasiadas querellas»

Propósito de enmienda. Volver a empezar. Todo eso ha prometido Sánchez al independentismo. Y, obviando que la Justicia condenó a sus líderes por sedición y malversación, ha añadido: «Hay que dejar atrás la deriva judicial que tanto dolor y tanta fractura ha causado».»Llevamos demasiado tiempo acumulando agravios. Demasiado tiempo en querellas, muchas de ellas estériles», ha considerado el candidato.

«Necesitamos recomenzar. Retomar nuestro diálogo político en el momento en que los caminos se separaron y las razones y los argumentos dejaron de escucharse. Retomar el diálogo en el punto en que los agravios comenzaron a acumularse. Retomar la senda de la política, dejando atrás la judicialización del conflicto», ha insistido.

Así, Sánchez ha considerado que ese «diálogo» debe partir del «reconocimiento del otro» y de la «atención a sus razones», en alusión a quienes defienden la ruptura de la soberanía. «No hay otra vía que a través de un diálogo que se desarrolle dentro de la Ley. La ley por sí sola tampoco basta. La ley es la condición, el diálogo es el camino», ha apostillado.

El candidato ha apelado a la «responsabilidad» del resto de partidos para «arrimar el hombro para reconstruir la cohesión dañada». Eso sí, desde «una propuesta de España» basada en la «pluralidad de sus identidades».

Sánchez ha acusado de «bloqueo» a la oposición que trata de impedir que el destino de España se ligue irremediablemente al separatismo. Aún así, no ha cejado en reclamar el apoyo de PP y Ciudadanos, siempre sin romper el acuerdo con Podemos. «No comparto sus temores, pero si son sentidos, y no fingidos, no entiendo por qué no mueven un dedo para evitar que suceda», ha aseverado. Ha revelado también que le hubiese «gustado formar un gobierno socialista con parlamentarios independientes», sin los de Iglesias.

La investidura se celebra bajo una total incertidumbre tras la decisión de la Junta Electoral Central (JEC), este viernes, de inhabilitar a Quim Torra e impedir que Oriol Junqueras recoja su acta como eurodiputado. La amenaza de un anticipo electoral se cierne sobre los republicanos. Y ése ha sido, y es, el principal factor que puede desestabilizar el acuerdo con el PSOE.

Cesiones al independentismo

Sánchez conduce a España a un destino inédito: la abstención de ERC no es ni mucho menos gratis. Supone la constitución de una mesa de diálogo «entre Gobiernos» y al margen del Congreso y el Parlament, además del compromiso de someter a «consulta» el pacto resultante, según el acuerdo revelado esta semana y que no cita en ningún momento la Constitución. En esa mesa habrá «libertad de contenidos», es decir, se abordará la celebración de un referéndum de autodeterminación.

A contrarreloj, el PSOE ató además este viernes los apoyos necesarios para que Sánchez pueda ser investido en segunda vuelta. Los votos de Teruel Existe, Compromís, Nueva Canarias y BNG supondrán un desembolso de más de 3.500 millones de euros en financiación e inversiones en infraestructuras. Pero también añaden un importante contenido político. A los nacionalistas gallegos, por ejemplo, Sánchez le ha prometido aplicar en Galicia cualquier pacto al que llegue con los gobiernos de Cataluña y el País Vasco y especialmente de los que impliquen una modificación de la «estructura del Estado». El acuerdo incluye también el ya habitual «reconocimiento de los sentimientos nacionales de pertenencia». 

El PSOE se ha comprometido además con el PNV -que aportará seis diputados- a, entre otros, expulsar a la Guardia Civil de Navarra, mediante el traspaso de las competencias de Tráfico a la Comunidad. Además, se adecuará la «estructura del Estado» al reconocimiento de «las identidades territoriales», se dice en el pacto. Sánchez se compromete a que el nuevo Estatuto vasco recoja los «sentimientos nacionales de pertenencia» e incluso a fomentar que la selección vasca participe en competiciones deportivas internacionales.

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