Crisis del coronavirus

El nº 1 de la Guardia Civil a una cúpula indignada con Marlaska: «Mi dimisión enviará el mensaje»

Ceña dimite para evitar una cascada de dimisiones que "no sería buena para la Institución", explican fuentes de su entorno

El número 1 de la Guardia Civil dimite sólo 24 horas después de que Marlaska purgara a De los Cobos

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Marlaska Guardia Civil
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, durante un acto de la Guardia Civil.
Pelayo Barro

La destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de la Guardia Civil incendió la cúpula de la Benemérita en la tarde del lunes. Varios altos mandos amenazaron con dimitir, pero finalmente fue el ahora ex director adjunto operativo (DAO), Laurentino Ceña, quien el martes dio un paso adelante y presentó su renuncia. Lo hizo, explican fuentes de su entorno, para enviar un claro mensaje ante las injerencias políticas y evitar así una cascada de dimisiones que «no haría ningún bien a la Institución». Desde el Ministerio del Interior se intentó frenar su precipitada salida.

En las horas que van desde la destitución del coronel Pérez de los Cobos, el domingo por la tarde, hasta la dimisión oficial del general Ceña este martes a primera hora, la actual organización de la cúpula de la Guardia Civil estuvo a punto de vivir una cascada de dimisiones. Según ha sabido OKDIARIO de fuentes próximas al ya ex DAO, fueron varios generales al mando de Ceña los que pusieron sobre la mesa que estaban meditando abandonar sus cargos como respuesta a la destitución de Pérez de los Cobos.

Una cúpula indignada

Tal y como confirman estas fuentes, varios oficiales de alto rango de la estructura central de la Guardia Civil, al frente de jefaturas de área, pusieron en conocimiento del DAO su «profunda indignación» con el papel de la cúpula política de Interior y de la propia Benemérita en la destitución de Pérez de los Cobos.  El domingo, Interior había tratado de conseguir información sobre el proceso judicial abierto en el Juzgado de Instrucción Nº 51 de Madrid, que investiga posibles delitos del Gobierno al permitir el 8-M, y De los Cobos se había negado.

Todas estas jefaturas, distribuidas en áreas como Servicio de Información, Policía Judicial, Fiscal y Fronteras o Unidades Especiales cuentan con un oficial general al frente y dependen orgánicamente de la Dirección Adjunta Operativa, de la que hasta el martes era titular Ceña. En la tarde de este lunes ardieron los teléfonos de los altos despachos de la Dirección General de la Guardia Civil, sede de muchas de estas jefaturas.

Ruido de dimisiones

Según las fuentes consultadas, el aire del ambiente olía un profundo enfado «y a dimisiones». Y no sólo de áreas relacionadas con la investigación sobre el 8-M, sino en otras que no han tenido nada que ver con este asunto pero para las que los movimientos de las últimas horas habían supuesto traspasar líneas rojas: una destitución por cumplir taxativamente las órdenes de la autoridad judicial y no cometer una «infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos».

Ante los amagos de altos mandos, relatan a OKDIARIO desde el entorno cercano de Ceña, el DAO decidió dar un paso al frente y reunirse con su plana mayor. Les trasladó que si la cúpula quería enviar un mensaje a la dirección política de la Institución y al Ministerio del Interior, él sería quien entregaría ese mensaje en forma de dimisión. Una salida precipitada, a una semana de dejar el cargo por jubilación, que no podría ser malinterpretada como una reestructuración orgánica diseñada de antemano por el Ministerio ni por la Dirección General.

coronavirus
El DAO de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, durante una de las ruedas de prensa del equipo técnico de gestión del coronavirus.

Tratando de calmar los ánimos de la cúpula de mando de la Guardia Civil, Ceña -explican estas voces- advirtió a sus generales subalternos de que una cascada de dimisiones «no haría ningún bien a la Institución». 

El daño, entienden quienes recibieron tal argumento, sería dejar vacíos puestos clave de confianza en los que el Gobierno, nombrando a dedo, podría recolocar a gente a su discreción. Y precisamente el gesto iba dirigido a lo contrario: fortalecer a la Guardia Civil ante posibles injerencias políticas.

Interior intentó frenarlo

De esta manera quedó sentenciada la dimisión de Ceña y se frenaron los amagos de renuncia en otras unidades de la cúpula de la Guardia Civil. Se dio por entendido que su salida era un mensaje suficientemente claro y una respuesta contundente a un cese que a día de hoy siguen sin explicarse entre los mandos del Instituto Armado. Con disciplina militar, explican a OKDIARIO, sus subalternos asumieron que fuese Ceña quien pusiese cara al enfado en el Cuerpo.

La dimisión cogió totalmente por sorpresa a la directora general de la Guardia Civil y a los altos funcionarios del Ministerio del Interior. La comunicación de Ceña llegó a María Gámez y esta la puso en conocimiento de Interior.

Poco más tarde, el general Ceña volvería a recibir una nueva comunicación, de parte del Ministerio, en la que se le instaba a replantearse su dimisión. Alegaron que se trata de un momento muy sensible para la Guardia Civil y para todo el país, pero la respuesta del ahora ex DAO fue contundente: la dimisión era «irrevocable».

El anuncio público de la dimisión también cogió a pie cambiado a Interior, que no tuvo tiempo para organizar una respuesta. Se eligió un sustituto para el DAO, una figura que sí que estaba prevista de antemano como lo es el jefe del Servicio de Información, el general Pablo Salas Moreno.

Guardia Civil
El teniente general Pablo Salas Moreno, nuevo DAO de la Guardia Civil.

Nada más conocerse la dimisión del DAO, los teléfonos del Ministerio enmudecieron durante horas y se cortó el flujo de información. Se trataba de organizar un plan de respuesta para salir del paso cuanto antes, que pasó por modificar la ‘hoja de ruta’ establecida por el Gobierno para el Consejo de Ministros e incluir a Fernando Grande-Marlaska entre los ministros comparecientes.  Había un fuego muy grande que apagar.

El «nuevo impulso» de Marlaska

En esa rueda de prensa, Grande-Marlaska asumió que tanto la dimisión del general Ceña como la destitución del coronel De los Cobos no tuvo nada que ver con ese informe encargado a la Guardia Civil por el Juzgado de Instrucción Nº 51 de Madrid, que ha citado como imputado al delegado del Gobierno, José Manuel Franco, por un posible delito de prevaricación al permitir las marchas feministas del 8-M sabiendo que la amenaza del coronavirus sobre la salud de la población era grave.

En cambio, el ministro del Interior alegó que estos movimientos estaban planificados de antemano y buscaban dar un «nuevo impulso» a la Guardia Civil. Y que los servicios de Ceña tenían fecha de caducidad con la crisis del coronavirus, aunque tenía previsto jubilarse el próximo 2 de junio. Además, anunció inesperadamente una subida de sueldo a toda la Guardia Civil dando trámite al tercer tramo de la equiparación salarial. Un anunció que, por el momento elegido, terminó por encender aún más los ánimos del Cuerpo.

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