La mujer del fallecido de Rubí intentó salvar al pequeño Xavi colocándose ella ante la furgoneta

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Memorial en honor a los fallecidos en Las Ramblas. (Foto y vídeo: Juanma Yela y Nuria Val )

Dicen que el amor de madre es más fuerte que el de una tía, pero en este caso es el mismo. Roser se llevó la peor parte por intentar salvar la vida del pequeño Xavi de tres años. En una fracción de segundo logró desviar todo lo que pudo el cochecito de Xavi y ponerse ella contra la furgoneta de los desalmados terroristas que mataron a 13 personas y dejaron más de 120 heridos en Las Ramblas de Barcelona el pasado jueves.

Roser fue una de los heridos graves que tuvieron que ser trasladados con urgencia al Hospital del Mar de la Ciudad Condal. Ahí fue sometida a varias operaciones por numerosas fracturas por todo el cuerpo. La última intervención fue realizada con éxito este viernes y Roser fue trasladada a planta del hospital. Ya está recobrando la conciencia.

Aunque todavía no le habían informado del trágico destino de su marido, Francisco López Rodríguez (57 años), que murió de manera fulminante tras ser atropellado por la furgoneta de los terroristas, ni el del pequeño Xavi, que también falleció por el fuerte golpe contra el suelo al salirse despedido del carrito. Les acompañaban Silvia de 34 años, sobrina de Roser y Francisco, y también madre de Xavi y de su hermana mayor, Marina de siete años. Los cinco tenían el día de fiesta y aprovecharon para viajar de Rubí a Barcelona y pasar la jornada con los niños.

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Carnicería donde trabaja Roser en Rubí.

La muerte del menor la confirmó el alcalde de Llimiana (Lleida), Josep Terré, ya que el pequeño solía pasar los veranos en este pequeño municipio del Pallars, donde su familia, muy querida en la localidad, tenía una casa, comentan los vecinos de Rubí.

Tras la tragedia, la familia se volcó y al no tener noticias de ningún familiar comenzaron a preguntar por las redes sociales. Así Raquel, otra sobrina de Roser y Francisco que vive en Girona, preguntó en su cuenta de Twitter por su paradero asegurando que no tenía noticias de Francisco e informó de que el resto se encontraban en hospitales.

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Tuits de la sobrina de Francisco.

Un vecino del pueblo comentó a OKDIARIO que Raquel se desplazó en seguida hasta Barcelona para buscar a su familia por todos los hospitales y, como no encontró a Francisco, acudió directamente a la policía, ya que en la lista de fallecidos no figuraba. «No figuró porque no hubo tiempo de ponerlo. Se contabilizó como muerte al instante y el cadáver se trasladó a la morgue», relata una fuente anónima.

El pueblo de Rubí se vuelca con la familia

Aunque Francisco López Rodríguez o ‘el tío Paco’, como le llamaban, era granadino (de Lanteira), llevaba 60 años viviendo en Rubí, localidad de 75.000 habitantes al noreste de Barcelona. Ahí emigró en busca de trabajo como tornero fresador. Este sábado, la casa de fachada amarilla donde vive la familia en la calle Lepanto, está cerrada a cal y canto.

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Vivienda de la familia de Francisco en la calle Lepanto.

Hasta el cielo no dio respiro y se puso a llorar ante los tristes acontecimientos. Al lado de su casa, se encuentra la mayor comisaría de los Mossos d’Esquadra del pueblo y junto a ella, el bar donde comentan amargamente que «son buenas personas y trabajadores. A Francisco no le gustaba, por ejemplo, venir a los bares y se le podía ver más paseando al perro», cuenta el dueño del establecimiento y conocido de la familia. Otras de las vecinas ilustres del pueblo, Fina, conoce a Roser porque va a comprar a la carnicería en la que ella trabaja como dependienta. «Son muy buena gente y ella muy trabajadora. Es una familia muy conocida y querida en el pueblo», señala.

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Memorial en honor a la familia en el consistorio de Rubí.

La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez, acudió el mismo sábado al Hospital del Mar a ver a Roser y preocuparse por el estado de su sobrina y la hija, que ya fueron previamente dadas de alta. La regidora también es amiga de la familia y el viernes propuso en el pleno que los tres días de luto oficial se alargasen a una semana. Además, este lunes colocará en el consistorio un libro de condolencias para que pasen a firmar todos los vecinos de Rubí y más tarde entregárselo a la familia.

Estos mismos vecinos han colocado en la plaza del Ayuntamiento de la localidad un memorial en homenaje a Francisco con velas y carteles y también muchos peluches «para que Xavi no esté solo», señala un matrimonio que deja un elefante de peluche.

Pero, sin duda, llama la atención el silencio de la mayoría del pueblo cuando los numerosos periodistas que se acercan a la localidad intentan conocer más detalles de esta familia. «Nos ha pedido la familia expresamente que, si les queremos, no hablemos», señalan en conversación privada. Dicho y hecho. El también conocido como bar ‘El Tren’, situado nada más salir de la estación, cerró el viernes pasado por el atentado.

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Bar ‘El Tren’ en Rubí.

Su dueño, íntimo amigo de la familia, colgó un cartel en la puerta donde se podía leer: «Este local hoy permanecerá cerrado en solidaridad con las víctimas del atentado y en especial con Xavi de tres añitos que no volverá a tomar su Cacaolat». Este sábado, El Tren abrió sus puertas pero su dueño con gesto profundamente afectado evitó hacer comentarios. «Por favor, entendedlo», espetó a la prensa.

Rubí sigue llorando la injusta pérdida de uno de sus vecinos más queridos mientras dedican mensajes de afecto a Roser, Silvia y Marina para que se recuperen pronto. Una familia rota por el dolor y un pueblo humilde, de clase trabajadora, que seguirá dedicando durante toda esta semana misas, minutos de silencio y preparando la llegada a sus vecinas.

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