GOBIERNO DE ESPAÑA

Moncloa no descarta que Montero y Belarra abandonen el Gobierno tras la pugna con Díaz

Vox Irene Montero
Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez. (Foto: EP)
Joan Guirado

Hay inquietud en la parte socialista del Gobierno con lo que puedan hacer en las próximas semanas las ministras de Podemos Ione Belarra e Irene Montero. Fuentes cercanas al presidente reconocen que las tensiones «son cada vez mayores». Y que «es difícil predecir» la reacción de Belarra y Montero, una vez se reforme la ley del sólo sí es sí sin su apoyo -salvo sorpresa-.

Si hasta ahora nadie temía una eventual ruptura de la coalición, tras la presentación de la candidatura de Yolanda Díaz y la imposibilidad de llegar a un acuerdo que parece cada vez más difícil, el PSOE se prepara para cualquier escenario. También el de la marcha de las dos ministras podemitas del gabinete, obligando a una sexta crisis de Gobierno antes de las elecciones generales previstas para finales de año. Algo que, reconocen en el entorno de Díaz, «sería la peor noticia». Pues ella basa su estrategia en reeditar la fórmula actual.

El anuncio de la vicepresidenta segunda ha despejado el escenario electoral a la izquierda del PSOE. Pedro Sánchez ya sabe que podrá contar con una aliada en la cita con las urnas que defiende la reedición de la coalición. Pero hay una piedra en el camino que obstaculiza aún muchas cosas: Podemos. El presidente, según fuentes de su entorno, está decidido a aumentar la presión sobre las ministras Belarra y Montero para acelerar su desgaste y forzarlas a alcanzar un acuerdo para confluir con Sumar. Aunque ellas, dirigidas por el ex vicepresidente Pablo Iglesias, se resisten a dar su brazo a torcer.

El jefe del Ejecutivo también sigue firme en no cesarlas, pese a los errores que acumulan y las deslealtades hacia su organización. Pero los socialistas sí celebrarían, más aún antes del 28 de mayo, que las dos ministras de Podemos decidieran renunciar a sus cargos. La imposición de la reforma de la ley del sólo sí es sí con los votos del PP y al margen de Igualdad, aunque el PSOE ha cedido en varias prórrogas para tratar de llegar a un acuerdo que también parece inalcanzable, forma parte de esta estrategia de presión.

Pese a la voluntad de Montero de acercar la votación a las elecciones con el fin de retratar a sus socios, Sánchez hará uso del poder de ostentar la presidencia del Congreso para que se vote cuanto antes. A mediados de mes. En Ferraz son conscientes que esto, junto a las diferencias que mantienen con Díaz, puede dinamitar de forma definitiva el espacio de Unidas Podemos. Lo que el presidente y los barones socialistas llevan deseando hace meses.

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