Moncloa enseña la puerta a Lambán y lanza un aviso a los barones críticos: «No retenemos a nadie»

Sánchez y Javier Lambán
Sánchez y Lambán, este jueves, durante la visita del presidente a Zaragoza.
Joan Guirado

El secretario general del PSOE de Aragón y presidente regional, Javier Lambán, puso voz ayer a lo que muchos barones y dirigentes del PSOE opinan desde hace meses: que haber permitido el ascenso de Pedro Sánchez a la Secretaría General en 2014 fue un error. Javier Lambán, en un acto de las Cortes aragonesas, aseguró que a España «le hubiera ido mejor» sin Sánchez. Con el ex presidente de Asturias y de la gestora, Javier Fernández en su lugar. Y en Moncloa no tardaron en responder a sus palabras. Sin morderse la lengua. Anoche le enseñaban la puerta de salida a Lambán, con cierto cabreo y resignación, con una advertencia incluida a los críticos con el jefe del partido: «Aquí no retenemos a nadie». Recuerdan que «quién no esté cómodo, sabe qué debe hacer». El líder del PSOE de Aragón dijo sentirse de «la minoría» que en aquellas primarias rechazó al actual presidente.

En el entorno de Pedro Sánchez las palabras de Javier Lambán causaron «estupefacción». Sobre todo, porque últimamente los dos mandatarios habían mostrado una cierta sintonía. Con elogios mutuos incluidos en los actos que han compartido. Y han encendido también las alarmas de que puedan ser la antesala de una rebelión por parte de los barones contra Sánchez. Algunos, como el valenciano Ximo Puig o el castellano-manchego Emiliano García Page, hace meses que se mueven.

La ruptura entre el secretario general y los presidentes autonómicos, en su mayoría, es total. La ausencia de cinco de nueve en su coronación como líder de la Internacional Socialista es una buena muestra. Y el PSOE también jugará sus cartas en la partida paralizando sine die una de las normas estrellas de la ministra de Igualdad: la ley Trans. Fuentes socialistas señalan que «se aprobará en este mandato».

Unas diferencias entre Ferraz y las federaciones territoriales que se acrecentaron ayer tras la noticia publicada por OKDIARIO de un posible adelanto de las generales antes de las municipales y autonómicas. Un movimiento con el que Sánchez pretende obligar a los barones -que tan siquiera quieren compartir escenario con el presidente- a unirse en torno a él. Y que utilizará posteriormente, en caso de debacle, para hacer limpieza de críticos allí donde no consigan revalidar los gobiernos que tienen en la actualidad. Los sondeos internos apuntan a que podrían llegar a perder hasta seis de las nueve autonomías que están en manos del PSOE. Nada desdeñable.

Desunión

Aunque en el PSOE, y especialmente Pedro Sánchez, se empeñan en presentarse como «un partido unido», la realidad es bien distinta. El PSOE está cada vez más desunido y polarizado. O con el líder o contra el líder. Y a pocos meses vista de un súper año electoral, con municipales, autonómicas y generales, esas tensiones que vuelven a aflorar en Ferraz «no ayudan», explican. El presidente «se siente fuerte». Capaz de «resistir» y «fortalecer su liderazgo». Y está decidido a hacer oídos sordos a las múltiples críticas internas que le hacen dirigentes y barones por las concesiones a Podemos, y en especial a la ministra de Igualdad, Irene Montero, o a sus socios separatistas.

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