Mañueco: «No sé lo que son las macrogranjas y Garzón debería estar destituido»
Viajar en tren de Madrid a Salamanca (aún sin AVE) y adentrarse en Castilla y León, superada la montaña, es adentrarse en un paisaje infinito de una tierra extensa siempre y verde estos días. Un paisaje infinito de campos y explotaciones ganaderas de las que viven miles y miles de familias.
Pablo Fernández, ese candidato de Podemos con aire a Jesucristo que los lunes da ruedas de prensa junto a la condenada Isa Serra, ha dicho del presidente Alfonso Fernández Mañueco: «Es un mentiroso compulsivo que difunde bulos». Porque ya saben que para el aparatichk comunista de Galapagar, lo de Garzón en The Guardian es un bulo (aunque sepamos inglés) y de lo que hay que hablar ahora es de macrogranjas. Para darle credibilidad a su discurso, Fernández ha dado -sin desmelenarse- una cifra: 631 «macrogranjas». Ni 630, ni 632. 631 en concreto.
Alfonso Fernández Mañueco no entiende ni el concepto: «Mire, yo lo primero que tengo que decirle es que ese concepto de macrogranja no sé lo que es y a qué se refiere. Yo lo que puedo decir es que hay 37.000 explotaciones ganaderas en Castilla y León, muchas de ellas pequeñas, de gente que se levanta a las 5 ó 6 de la mañana. Son los que nos han dado de comer en lo más duro de la pandemia. Qué rápido se le ha olvidado a la gente de Podemos». Mañueco destaca también el papel de la «industria de transformación» que está «exportando productos de primer nivel» y «de las personas que trabajan en el sector de la distribución». Para el presidente, Podemos, Garzón, Fernández y Cía tienen «aversión y manía persecutoria al sector del campo»: «Están haciendo un daño tremendo a este sector tan importante y de tanta calidad».
Destituir a Garzón
Mañueco cree que el tiempo de las explicaciones para el ministro Garzón ya ha pasado. «Sin duda, debería estar ya destituido. Debe dimitir él por dignidad. Por desconocimiento profundo del sector del campo. Por su aversión al campo». El presidente de Castilla y León añade «la razón más grave» por la que Garzón debería buscarse un trabajo: «Un ministro del Gobierno de España no puede hablar mal de España en otros países. Es gravísimo. Sánchez debe destituirle». Mañueco recuerda que Alberto Garzón es reincidente: «Ya atacó al sector de la carne en el mes de julio». Y no lo dice, pero insinúa que es un ignorante. «Yo tengo familia que trabaja en el campo. Cualquiera conoce la transformación y la modernización de estas últimas décadas en Castilla y León para obtener productos de primera calidad».
El presidente Mañueco destaca que «el sector del campo y, especialmente, del vacuno, es un sector honesto, responsable, que trabaja con calidad y cumple los estándares medioambientales y de bienestar animal que establece la Unión Europea».
Luego ha venido el espectáculo político del Ejecutivo de socialistas y comunistas. Todos contra todos. Dice Mañueco que «el Gobierno da una imagen extraña». «Cada uno opina de una manera. Unos defienden a Garzón, otros le critican…». Mañueco lleva a gala ser -dice- «un hombre moderado» en sus declaraciones.
Sánchez ahoga al campo
«El sector lácteo está ahogado -constata el presidente Mañueco- por los costes de producción. El Gobierno tiene que dar una respuesta a los costes. Han fallado las políticas de Sánchez. Es un Gobierno ineficaz».
Sus críticas a Sánchez se extienden a su vicepresidenta Teresa Ribera: «Está más preocupada por cerrar las minas, las térmicas… por romper el equilibrio entre el lobo y los ganaderos, por pelear contra el azúcar. Es un ataque a la población que vive en el territorio». «Lo primero que tiene que hacer el Gobierno de España -dice- es hablar bien del mundo rural».
«Sánchez no ha hecho nada»
Para Mañueco, una cosa lleva a la otra: «Se produce despoblación, pérdida de empleo, pérdida de fondos europeos… El Gobierno de España tiene que tomarse muy en serio esto. No ha hecho nada Sánchez en políticas de despoblación, que tienen que ser materia de Estado. Tiene que haber un proyecto de país. Hay que generar un debate nacional sobre qué modelo de país queremos». «Yo apuesto -señala- por un modelo en el que haya actividad económica y población en todo el territorio».
«Yo creo en el desarrollo rural. Es fundamental», señala. Dice el presidente castellanoleonés que el partido que más se parece a su comunidad es el PP: «El único partido que tiene un proyecto de país y es capaz de dar respuesta a los problemas locales en los municipios y, a la vez, tener un proyecto global para nuestra nación es el Partido Popular y Pablo Casado».
De vuelta en tren, de Salamanca a Madrid, aún no ha salido el sol. Ya hay gente trabajando en el campo. Desperezándose mientras sus vacas pastan. Pero ya de pie. Trabajando. Ahí fuera están a 5 grados bajo cero. Por la hora que es, el ministro Garzón seguirá, seguramente, durmiendo.