Koldo declarará en el Supremo que él gestionaba los alquileres para Ábalos pero «no eran comisiones»
El ex asesor de Ábalos ya está en el Supremo declarando ante el juez Leopoldo Puente
Koldo García se encuentra ya en el Tribunal Supremo ante el juez Leopoldo Puente que abrió una causa especial contra el ex ministro José Luis Ábalos por su vinculación con la presunta trama de mascarillas que se investiga en la Audiencia Nacional. Tal y como ha podido saber OKDIARIO, Koldo declarará que fue él la persona que gestionaba los alquileres para Ábalos, pero que «no eran comisiones». Negará los pagos a miembros del PSOE que aseguró Aldama en sede judicial. «No tengo que preparar nada, me defenderé con la verdad», señala Koldo en una conversación con este periódico.
El que fuera asesor del ministro Ábalos estaba citado a las 10:00 horas para declarar ante el juez en calidad de investigado. Responderá a todas las preguntas que se le planteen, tanto las de su defensa, como del resto de las partes que quieran interrogarle. No evitará dar su testimonio que se trata de la tercera declaración en el marco de la causa abierta en el Supremo, tras pasar por allí José Luis Ábalos y Víctor de Aldama. Ábalos, durante su comparecencia, apuntó a Koldo recalcando que fue un asesor que se extralimitó en sus funciones. Aldama, por su parte, le señala como la persona que efectuaba los pagos en sobres a miembros del partido y que era su principal interlocutor con el Gobierno socialista.
Koldo negará el testimonio de Aldama, si bien ratificará la versión de Ábalos dada al instructor. Asegurará al juez que él mismo gestionaba los alquileres para el ex ministro mediante Alberto Escolano, un socio de Víctor de Aldama que ha sido detenido en la trama de hidrocarburos que se investiga en la Audiencia Nacional. Koldo tiene en su teléfono conversaciones con Escolano en las que hablan sobre estos pisos en las que se envían fotografías de los inmuebles, así como detalles sobre las propiedades.
En concreto, los inmuebles se tratan de un piso en la Torre de Madrid de Plaza de España, un chalet de vacaciones en Cádiz y un inmueble en el Paseo de la Castellana (Madrid). El primer piso fue utilizado por Jessica, el segundo por su familia durante un verano y el tercero iba a ser para Ábalos, pero Aldama nunca llegó a entregarle las llaves. En esta última propiedad había un inquilino y se tuvieron que hacer obras de reforma durante varios meses que impidieron la entrada de José Luis Ábalos.
Presuntas comisiones
Koldo también negará las presuntas comisiones que él mismo habría entregado en mano en un bar situado en frente de la sede del PSOE de la calle Ferraz, según Víctor de Aldama. También descarta que el empresario conociese a altos cargos del PSOE como María Jesús Montero, Santos Cerdán o Ángel Víctor Torres. «Lo voy a negar porque es mentira», explica Koldo en una conversación con este periódico.
Aldama ha pasado tan sólo 24 horas antes por la misma sala de vistas y ha declarado ante el juez que se pagaron entre 3,5 y 4 millones de euros en comisiones por la adjudicación de obras públicas, unas supuestas mordidas que ha detallado que se repartían con José Luis Ábalos, Koldo García y también con el PSOE. Así lo ha trasladado al instructor Leopoldo Puente durante las más de tres horas que ha durado su comparecencia.
El empresario ha llegado a decir que hacía el papel de recaudador. Por cada contrato se pedía una comisión de entre el 1% y el 1,5%, aunque ha aclarado que también había «hitos» por adjudicación, ejecución o modificación. Y de ese total se hacía el reparto. Como ni José Luis Ábalos ni el PSOE podían pedir el dinero directamente, él se encargaba de recabarlo y repartirlo, ha sostenido ante el juez del Alto Tribunal.
El empresario ha mostrado unos pantallazos de WhatsApp con los que pretendía probar el juego de mordidas y adjudicaciones. Según ha adelantado al juez del Tribunal Supremo, aportará un escrito con copias de varias conversaciones de WhatsApp en las que se habla sobre este asunto.
Las fuentes consultadas precisan que uno de los mensajes sería un pantallazo de un manuscrito que, conforme ha defendido, es de Koldo y recoge obras a adjudicar. Se tratan de anotaciones a mano en las que Koldo dice no reconocer su letra y que lo escrito le parece incomprensible.