El jefe del caso del crimen de Samuel: «El último detenido ya declaró como testigo y nos mintió»
El comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña, Pedro Agudo, explica las novedades del caso en OKDIARIO
Los testigos, las cámaras de seguridad y el análisis de los terminales telefónicos han permitido atrapar a todos los sospechosos del asesinato del joven de La Coruña
La juez manda a prisión al nuevo detenido por el crimen de Samuel Luiz al apreciar «riesgo de fuga»
El nuevo detenido por el crimen de Samuel: coautor, miembro de la misma banda y se niega a declarar
Uno de los arrestados por el crimen de Samuel sujetaba una navaja en la mano mientras le daba patadas
La madrugada del pasado 3 de julio el joven Samuel Luiz fue asesinado por varias personas en La Coruña. Ahora, tres meses después de un crimen que conmocionó a la opinión pública, el silencioso trabajo de los investigadores ha vuelto a tener fruto. Hasta ahora cinco personas, dos de ellas menores de edad, se encuentran acusados y privados de libertad por el crimen de Samuel. Una más, la única mujer implicada, permanece como investigada, pero se encuentra en libertad. Pero los investigadores no se detuvieron, y el pasado jueves día 30 de septiembre cayó el séptimo presunto coautor del asesinato de Samuel. Pedro Agudo, comisario jefe de la Policía coruñesa, explica en una entrevista a OKDIARIO que el último detenido, Alejandro Míguez, un joven de 25 años y sin antecedentes penales, fue escuchado como testigo cuatro días después del crimen y ya entonces los agentes subrayaron su nombre porque sabían que había mentido. Pero tenían que demostrarlo.
Los últimos tres meses han sido agotadores para los agentes de la Policía Nacional de La Coruña que, bajo el mando del comisario Pedro Agudo, han conseguido desenmarañar quién, cómo y dónde asesinó al joven de 24 años tras una discusión a la salida de un bar. Y ojo que se trata de una investigación que se ha visto sometida a presiones mediáticas y sociales desde el minuto uno.
«Un caso así es complicado por la propia presión, pero desde el principio tenía claro que tenía que aislar la cápsula investigadora para trabajar», explica el comisario Agudo. «Ninguno de mis superiores ni la Delegación del Gobierno tuvieron problemas en respetar mi criterio. Y esa fue una de las claves, porque dejándonos trabajar lo que se consiguió fue el esclarecimiento del crimen en seis días. Eso sí, trabajando en algunos casos hasta 17 horas diarias. De hecho, alguno de mis investigadores llegó a caer enfermo por estrés. El éxito es de toda la corporación policial que ha resuelto un crimen y además ha estado cerca de la familia. Nosotros no vamos a recuperar la vida de Samuel, eso es irreparable, pero sí hemos contribuido a que se haga justicia a su muerte».
Tras las primeras detenciones el jefe del caso dejó muy claro que la investigación acabaría cuando se esclareciera el papel de todos los intervinientes en la muerte de Samuel. Ahora que el séptimo detenido está ya en prisión es el momento de saber si ya se trata de un caso policialmente cerrado. «Yo creo que estamos en el fin del principio y en el principio del fin. La Policía ya ha hecho la mayoría de las diligencias y todo lo tiene ya el instructor: tratamiento de imágenes, volcado de teléfonos y otros elementos que a falta de pequeños matices, como la comisión rogatoria de Estados Unidos, el caso para nosotros está esclarecido», comenta Agudo, que además explica para OKDIARIO que buscan en los servidores de las grandes empresas de mensajería que se encuentran en territorio estadounidense:
«Sabemos que pueden haber destruido mensajes y buscamos un poco cerrar al completo el círculo dando con lo que borraron», explica.
El 7 de julio, cuatro días después del asesinato, los investigadores le tomaron declaración al último de los detenidos. Habló como testigo para dar una versión de los hechos en la que él no aparecía en la escena del crimen de Samuel y sólo se colocaba con el resto de los sospechosos antes y después de los hechos, nunca en la paliza. El análisis pormenorizado de las imágenes, sus propias contradicciones con otros testimonios y el resto de las pruebas confirmaron las sospechas iniciales de los investigadores: Alejandro había mentido a la Policía.
Caso policialmente cerrado
«Alejandro, el último detenido, es de esos testigos que sabíamos que no nos estaba contando la verdad sobre lo que hizo aquella noche. Fue clave la mejora de las imágenes para conseguir la identificación plena y funcional del último de los detenidos. La investigación no sólo consta de las testificales, que son muy importantes, pero hay que enfrentarlas, por ejemplo, con las imágenes», explica el comisario.
Agudo es un Policía que lleva más de media vida vistiendo uniforme y es de los que a estas alturas ha visto tanto que muy poco le sorprende. Aún así detener a siete personas sin antecedentes, sólo un menor tenía reseñas, por el asesino grupal de un chaval de 24 años es algo que le hace reflexionar.
«A mí me sorprendió el hecho de que no estuvieran fichados o que no tuvieran antecedentes. Sólo uno, uno de los menores. Pero lo que acreditamos es que se trata de un grupo donde la violencia es uno de los caminos y uno de los signos que marcan sus reuniones. Aunque no tuvieran antecedentes la violencia con la que se conducía el grupo hizo de la de Samuel «la crónica de una muerte anunciada». Este grupo en concreto carece de herramientas de socialización y no disponen de control social. De hecho, el padre de uno de ellos se siente culpable por no haber hecho ese seguimiento a su hijo. Aquí confluyen varias cosas y la sociedad debe reflexionar sobre eso. El confinamiento sí puede haber tenido alguna influencia, pero en este caso en concreto la violencia no surge sólo por esa susceptibilidad, sino que hablamos de un grupo que tiene elementos violentos claros», explica el comisario antes de dar por cerrado un caso por el que no se cansa de felicitar a todos los investigadores que han trabajado bajo su mando para poder esclarecerlo.