Ley de Amnistía

Iván, el policía incapacitado y jubilado a los 41 años por las lesiones tras un ataque con adoquines

Sufrió un traumatismo craneoencefálico grave y permaneció cinco días en coma

Hoy tiene problemas de visión, de equilibrio y de fuerza

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Rafael Molina

El 18 de octubre de 2019 fue el último día en el que Iván pudo ser policía. Aquella jornada, este vigués de la Unidad de Intervención Policial (UIP), es decir, de los antidisturbios, era uno de los agentes que se refugiaba detrás de los contenedores en la Plaza Urquinaona de Barcelona. Eran la única protección, junto a sus escudos y sus cascos, frente a la lluvia de adoquines que lanzaban los manifestantes antisistema que protestaban por la sentencia del procés. Fue entonces cuando una de esas piedras impactó en su cabeza, rompió su casco y le causó una lesión en el cráneo que lo dejó en coma cinco días. Aquel ataque durante una manifestación jaleada por Tsunami Democràtic le ocasionó una incapacidad permanente absoluta que le ha obligado a jubilarse y abandonar su trabajo de policía con apenas 41 años.

Unos días antes de que a Iván le cambiara la vida para siempre, el policía vigués estaba en Zaragoza trabajando codo con codo junto a otros compañeros de la UIP que protegían a los ciudadanos durante las Fiestas del Pilar. El día 14 de octubre se conoció la sentencia a los políticos catalanes responsables del referéndum de independencia del 1-O. El Tribunal Supremo condenó por sedición y malversación a los principales dirigentes independentistas, con penas que llegaban hasta los 13 años de prisión.

Los responsables de Tsunami, actualmente investigados por el juez Manuel García-Castellón, anunciaron en redes sociales la convocatoria de una manifestación con motivo de la sentencia del procés. «Pensábamos que la sentencia era el final de un movimiento y ha sido su reinicio. Hoy bloqueamos el país para recordar una solución y ejercer nuestros derechos y libertades», decían los convocantes, hoy investigados por terrorismo.

Desde entonces y durante varios días, los manifestantes bloquearon el aeropuerto de El Prat, atacaron edificios oficiales, quemaron coches y erigieron barricadas en las calles más importantes de Barcelona y otras ciudades catalanas. El día 18 de octubre se esperaba uno de los peores días en el centro de la Ciudad Condal y también llamaron a Iván para sumarse al dispositivo que la protegía.

A Barcelona acudieron aquel día personas de toda Cataluña para protestar, pero también antisistemas desde fuera de la región. La que iba a ser una «huelga», según los responsables de Tsunami, se convirtió en un infierno para los poco más de 2.000 antidisturbios de la Policía Nacional que protegían las calles de Barcelona. Y entre ellos estaba este agente vigués.

Los antidisturbios llevaban varias horas aguantando el lanzamiento de adoquines arrancados de la acera, artefactos incendiarios y otros objetos. Cuando cayó la noche, Iván y otros compañeros llegaron para relevar a sus colegas de la UIP que llevaban toda la tarde soportando las hostilidades.

El momento del impacto

No se conservan grabaciones del momento exacto en el que el policía vigués recibe el impacto en su casco. Un manifestante que no pudo ser identificado lanzó un trozo de piedra y ese bloque golpeó sobre el casco y llegó a causar un daño grave en la cabeza de Iván. En ese momento, pierde el conocimiento y varios compañeros lo llevan a rastras mientras siguen recibiendo el ataque indiscriminado de los antisistema.

Lo llevaron hasta la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, que estaba a unos minutos a pie del lugar asediado por los manifestantes. Allí llegó colgando de un hilo de vida y los sanitarios le ofrecieron las primeras atenciones urgentes. Después lo trasladaron al Hospital Sant Pau de Barcelona.

El ya presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue a visitar a los policías heridos al hospital el 21 de octubre de 2019. En aquel momento, Iván todavía no había despertado. El policía permaneció cinco días en coma, y más de dos semanas en la UCI.

Cuando Iván volvió a abrir los ojos se dio cuenta de que su vida había cambiado para siempre. Una fractura de su cráneo le había provocado daños en el cerebro más allá del traumatismo craneoencefálico grave. Había perdido parte de la visión, equilibrio y no podía hacer fuerza. Después de aquella manifestación que alentó Tsunami, el vigués no podría conducir, no podría hacer deporte con sus hijos, pero sobre todo, no podría seguir siendo policía, el trabajo que había desempeñado desde hacía 12 años.

El Estado le reconoció con una condecoración en enero de 2020. El Ministerio de Interior le entregó la Medalla de Plata de la Orden del Mérito Policial. Sin embargo, ha tenido que recurrir a los tribunales para que le entreguen una indemnización justa, hasta que finalmente, en 2023, el Tribunal de Justicia de Galicia ordenó a la Policía Nacional indemnizarle con más de 165.000 euros.

Y ahora, el ex policía busca justicia para los responsables de Tsunami. Iván es uno de los dos agentes personados en la causa contra los investigados por terrorismo contra las personas que lideraron ese movimiento. El juez García-Castellón ha rechazado este jueves un recurso en contra de su admisión como acusación particular. El magistrado considera que los responsables podrían haber atentado contra los derechos de los policías. Los hechos, de acuerdo con el juez, podrían tener encaje en el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos que reza que «el derecho de toda persona a la vida está protegido por la ley».

Una precisión que podría ser clave para que los responsables no se vean beneficiados por la Ley de Amnistía, en la que el PSOE ha pactado con Junts la inclusión de los delitos de terrorismo, excepto que los hechos se hayan producido «de forma manifiesta y con intención directa, hayan causado violaciones graves de derechos humanos». Esta es la última ventana de oportunidad para juzgar a los responsables de la manifestación en la que cambió para siempre la vida de Iván.

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