Los ingresos en UCI se duplican desde que Sánchez impuso su estado de alarma fallido

Ningún indicador de la evolución del Covid se salva a la preocupante comparativa entre dos fechas: el 25 de octubre y ayer, miércoles, día del último balance publicado por el Ministerio de Sanidad. El 25 de octubre porque ese día Pedro Sánchez impuso su segundo estado de alarma -de duración inédita, seis meses, y saltándose los controles del Congreso -para hacer frente a la pandemia. Un estado de alarma que se ha demostrado holgadamente fallido y que el Gobierno se resiste a modificar para dar más herramientas a las comunidades autónomas. Por comparar un dato, el de los ingresos en UCI en una semana: aquel 25 de octubre se contabilizaban 299 pacientes. Hoy son ya 538.

Las cifras descubren una realidad ante la que el Gobierno se empeña en permanecer impasible. Siguiendo con el lado más amargo de la pandemia, 15.192 personas habían ingresado por entonces en las unidades de críticos de algún hospital desde el inicio de la pandemia. Ese dato sube ya a 20.408. Eso, en menos de tres meses.

En cuanto al número general de hospitalizaciones, 169.546 personas habían precisado el ingreso en un hospital a fecha de 25 de octubre. Hoy se cuentan 236.639. También en este caso, si comparamos la cifra en una semana, el dato es preocupante: pasa de 4.471 a 7.174.

Actualmente hay 27.462 pacientes hospitalizados, según el último balance ofrecido por Sanidad. Un 21,63% de las camas en hospitales están ocupadas por pacientes Covid. En cuanto a las UCI, el porcentaje se eleva ya al 37,61% Actualmente, hay 3.908 pacientes en unidades de críticos.

Inacción del Gobierno

Entre tanto, el Gobierno sigue delegando la respuesta a la crisis en las comunidades autónomas. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dio portazo este miércoles, en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud, al clamor de las comunidades autónomas -incluidas del PSOE-para flexibilizar el toque de queda. Illa les trasladó que las medidas se mantienen tal cual, y no habrá nuevas herramientas para detener la propagación del virus más allá del Real Decreto del estado de alarma, que tiene vigencia hasta el próximo 9 de mayo.

Illa, entregado a su papel como candidato en las próximas elecciones en Cataluña, avisó que no se trata de añadir más medidas, sino de «aplicar bien» las que ya existen, y pidió tiempo a las comunidades autónomas para esperar el resultado. Ello, pese a las dramáticas cifras registradas día tras día.

El Gobierno persevera así en una estrategia que, de acuerdo a la situación epidemiológica, se ha demostrado fallida.

Las comunidades reclaman especialmente que se les permita limitar más el toque de queda nocturno, actualmente fijado entre las 23.00 y las 6.00 horas (con la posibilidad de adelantarlo o atrasarlo en una hora).

Sin embargo, en la prórroga del estado de alarma aprobada por el Congreso se establece también que la medida «conservará su eficacia, en los términos previstos con anterioridad al comienzo de la prórroga autorizada, en tanto que la autoridad competente delegada que corresponda no determine (…) su modulación, flexibilización o suspensión».

Es a este añadido al que se agarra por ejemplo la Junta de Castilla y León, que desde el pasado fin de semana aplica un toque de queda adelantado a las 8 de la tarde y que ya ha sido recurrido por el Gobierno. La Comunidad de Madrid anunció el viernes que adelantaría el toque de queda a las 10 de la noche.

Los consejeros reunidos este miércoles en la cita del Consejo Interterritorial pidieron a Illa que el Gobierno salga de su inmovilismo y reaccione a la pandemia. Pero chocaron contra un muro.

En la rueda de prensa posterior al encuentro, Illa señaló que las actuales medidas «sirvieron para doblegar la segunda ola» y se limitó a decir que «si se necesita alguna medida adicional, se estudiará».

En esas medidas Moncloa no contempla el confinamiento, defendido a ultranza en su día por el propio Pedro Sánchez y que ahora Moncloa rechaza de plano.

Contra sus propios planes

La postura de Sanidad, como reveló OKDIARIO, contrasta con los propios planes anti-Covid de Salvador Illa, que destacan que la limitación de la movilidad nocturna es una de las herramientas más eficaces contra la propagación del virus.

Sin ir más lejos, el propio decreto del estado de alarma dice lo siguiente: «Buena parte de los encuentros de riesgo se producen en horario nocturno, de acuerdo con la información facilitada por las comunidades autónomas, lo que reduce substancialmente la eficacia de otras medidas de control implementadas».

«Por ese motivo, la restricción de la movilidad nocturna se considera una medida proporcionada con un potencial impacto positivo en el control de la transmisión, al evitarse situaciones de contacto de riesgo vinculadas a encuentros sociales», añade.