Un informe policial alerta del uso de armas artesanales que protegen plantaciones y depósitos de droga

España es el mayor exportador de marihuana de Europa, por lo que España es el país de Europa con mayor número de plantaciones que nutre a un negocio ilegal milmillonario. El aumento desmesurado de la demanda europea de este tipo de droga ha llenado el país de bandas criminales que pugnan por el control del negocio y que atacan a otros grupos para sacarlos del mercado. En medio de esa guerra por la droga, los clanes han ideado sistemas de vigilancia con armas letales fabricadas por ellos mismos para proteger sus plantaciones, la mayoría situadas en lugares recónditos, de los vuelcos (robos) o de la destrucción de su fuente de ingresos. En mitad de esta guerra están las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Este mes un policía catalán fue tiroteado en una de estas plantaciones, pero nadie disparó el arma. El propio agente activó una trampa de forma involuntaria.

A principio de mes una patrulla descubrió de manera casual una serie de plantaciones de marihuana en Lérida. Las zonas forestales y montañosas se están convirtiendo en el sitio perfecto donde los narcos camuflan este tipo de explotaciones. Precisamente su difícil acceso hace prácticamente imposible que estén vigiladas permanentemente, así que los mossos que dieron con esas plantaciones montaron un dispositivo para desmantelar y detener a los responsables de estas. Una tienda de campaña cerca de una de las plantaciones revelaba que alguien pasaba de vez en cuando por allí para vigilar o custodiar la droga.

El dispositivo se puso en marcha y los Mossos se dispusieron a desmantelar la plantación el pasado 8 de septiembre. Uno de los agentes del activó una trampa detonadora que le alcanzó una pierna. Los agentes descubrieron cinco armas trampa más como esa para proteger la droga. Este hecho ha llevado a la elaboración de un informe interno policial que pone en alerta a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de una serie de artefactos artesanales diseñados por los delincuentes que pueden llegar a tener efectos letales sobre los agentes.

Trampas de todo tipo

En el informe se explica que en el operativo en el que resultó herido un mosso los expertos en desactivación de explosivos del cuerpo catalán encontraron trampas de diferentes tipos: las de armas de fuego artesanales, punzantes de tipo mecánico y trampas de pinchos.

Sobre las detonadoras el informe explica el mecanismo de activación que era tan sencillo como una cuerda trenzada atada a un gatillo que se activaba «por tracción», o sea, arrastrando la cuerda con el pie. Los artefactos se encontraban escondidos en determinadas zonas boscosas «de obligado paso para los agentes».

Las armas con las que se vigila la droga no son ninguna broma, ya que se trata de artefactos que permiten el uso de munición de caza potencialmente letal: «Estas armas están constituidas por dos tubos: el tubo interior aloja un cartucho de caza de calibre 12 y se fija al tubo exterior a través de la presión que ejerce un tornillo pasante tipo mariposa; el tubo exterior, tapado en uno de sus extremos, haría las veces de recámara, alojando un conjunto muelle-percutor y sobre el que se monta el sistema de disparo y fijación al suelo. El sistema de disparo consiste en un acanalamiento en forma de L en el tubo exterior por el que sobresale un tornillo fijado al percutor; este tornillo se montaría en la posición retenida de la ‘L’ hasta que la tracción empujase una pieza que haría que este tornillo se desplazara a la posición solidaria al muelle de la “L” permitiendo así́ la percusión del cartucho. El tubo disponía de una pinza por donde se pasaría un fiador a modo de seguro que bloquearía la trayectoria del tornillo del percutor». Esta explicación viene ilustrada con los detalles del arma para proteger la droga fabricada desde la nada y de manera artesanal.

El mismo informe describe otro tipo de trampas más rudimentarias, pero igualmente dañinas. Una de ellas sería un arpón que escondido entre la maleza se activaría con la tracción de una cuerda que provocaría el lanzamiento de un proyectil. Del mismo modo funcionaría una especie de catapulta con tres pinchos de metal en el extremo que podría alcanzar la parte superior del tronco de la persona que lo activara. Otros sistemas como la ocultación directa de objetos punzantes estáticos bajo la maleza del suelo o la conexión de cables eléctricos a las puertas de las fincas donde se esconde la droga se han esparcido a lo largo de toda la geografía española poniendo en riesgo a los agentes y así lo hace ver el informe en su conclusión: «Ante la evidencia de que este tipo de trampeo no son casos aislados, es conveniente advertir, a las unidades implicadas en estas operaciones (tipo de plantaciones u otros lugares similares), de que adopten la máxima cautela».