El informe médico de la Junta narró críticas al padre que permitían a la asesora podemita quedarse al hijo

Asesora de Podemos
Carlos Cuesta

El informe médico de “seguimiento de consulta” del niño que acabó secuestrado por María Sevilla, asesora de Podemos en protección a la infancia, no sólo se realizó en las fechas en las que el hijo no acudía a clase, incumpliendo la obligación legal de escolarización. Es que, además, se convirtió en todo un alegato contra el padre -que ni siquiera vivía en Andalucía- y en todo un argumentario para permitir a la colaboradora de Podemos seguir incumpliendo la custodia compartida que exigían las resoluciones judiciales.

Entre las frases recogidas del niño se encontraban supuestos testimonios de que “le gustaría que estuviera muy lejos [el padre]” -escrito así, con el “le” dentro de las comillas-. O frases tan duras como que “no quiero verle en la vida”.

Ese informe medico se elaboró como parte del seguimiento escolar del niño. Se trataba de comprobar su evolución e integración en el colegio público de Jaén al que debía haberle llevado su madre. María Sevilla había apartado al menor de su padre. Se saltó todas las resoluciones judiciales y cuando fue requerida por el juez, la asesora de Podemos se marchó a Jaén. Para ello, aseguró que se trasladaba debido a su “relación profesional con el Grupo Político Podemos”, tal y como ya ha probado y publicado OKDIARIO con los documentos oficiales presentados por los abogados de María Sevilla en sede judicial.

El contrato “profesional” de Podemos se firmó unas semanas antes del traslado del niño y la madre, y se ubicó el trabajo de la podemita en Andalucía. Esa ubicación fue clave: el padre vivía en la Comunidad de Madrid; la Justicia había exigido ya que la madre permitiese al niño estar con su padre; y, por lo tanto, el desplazamiento por motivo de trabajo de la madre implicaba la imposibilidad de dar cumplimiento a las exigencias judiciales de custodia.

Con ese argumento la madre se fue a Jaén y allí escolarizó al niño. Al menos, teóricamente, porque, como también ha probado ya este diario con las actas de asistencia oficiales, la escolarización fue más teórica que real: las ausencias de dispararon y nunca fueron alertadas porque el propio colegio público escondió las faltas justificando cada uno de los días por medio de los profesores. Hay que recordar que por aquellas fechas, la asesora de Podemos en materia de protección a la infancia, no sólo trabajaba para el partido morado: también realizaba labores para el PSOE. Así lo hizo, de hecho, en la Asamblea de Madrid de la mano de responsables del PSOE para defender las leyes de ideología de género, tal y como ha publicado OKDIARIO.

Y en medio de esas ausencias escolares fue cuando el informe médico citado apareció para confirmar que no había problema alguno, que todo marchaba de maravilla, y no había que preocuparse por el hijo: en pleno momento en el que el niño no acudía al colegio porque su madre no le llevaba fue cuando el dictamen de los médicos de la Junta afirmaban que el niño era “feliz”, con “actitud abierta”, “comunicativo”, “cariñoso” y “muy contento” de estar en Jaén y en ese colegio. Un colegio que no visitaba.

Pero, el informe recogió además un arsenal contra el padre. Armas que justificaban la actitud de María Sevilla ante la justicia para poner tierra de por medio con el padre del niño porque, según los supuestos testimonios del niño que no iba a clase, “le gustaría que estuviera muy lejos, en el extranjero y que no vuelva más”. El “le” fue escrito dentro de las comillas, cuando lo obvio es que la frase debería haber recogido un “me”. El informe añadió como frase del hijo, “no quiero verle en la vida, ni siquiera cuando me muera ni después”.

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