Begoña Gómez

El IE blindó los contratos de la mujer de Sánchez para evitar ser acusado de fraude

Begoña Gómez
Pedro Sánchez y Begoña Gómez.
Carlos Cuesta

El Instituto de Empresa (IE) temió en el momento del fichaje que la entrada de la mujer de Pedro Sánchez acabase en un escándalo. Y lo temió hasta el punto de que introdujo cláusulas en el contrato para evitar que Begoña Gómez pudiese manejar fondos públicos desde su nueva dedicación en el Africa Center del IE.

Con este objetivo, evitar un problema, se redactó un contrato que incluye cláusulas de protección para evitar cualquier entrada de fondos públicos, ya fuese directa o indirectamente. Es decir, que Begoña Gómez no pudiese gestionar, ni a través de convenios directos ni de fundaciones o entidades indirectas, ni un euro de dinero público.

El contrato de la mujer del ahora presidente del Gobierno se empezó a tramitar meses antes de que la moción de censura entregase el sillón de La Moncloa a Sánchez. De hecho, en aquel momento, pocos eran los que creían –dentro y fuera del IE– que Pedro Sánchez llegase a presidente. Pero la moción llegó y el panorama cambió. Y lo que era una operación con un riesgo controlado y con fuertes posibilidades de beneficiarse de los contactos de Begoña Gómez y el PSOE entre las ONGs implantadas en África, pasó a convertirse en una operación con la segunda dama de la nación.
Dicho de otro modo, que lo que era una operación con cierto impacto mediático, pasó a ser el objetivo principal de seguimiento de muchos medios de comunicación.

El IE decidió acotar cualquier posibilidad de fraude en los contratos y actividades que gestionase la mujer del presidente.

Hay que tener en cuenta que Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, fichaba por una entidad de fuerte implantación empresarial y en cuyo nuevo cargo iba a tener que negociar directamente con patrocinadores y lobbies. Y es que no asumía exclusivamente funciones académicas. De hecho el Africa Center que dirige en el Instituto de Empresa, está ubicado dentro de la Fundación del IE y eso significa que el apoyo económico para sacar adelante los programas de formación y de cooperación tienen que ir de la mano de financiación.

La propia Fundación del IE no oculta que entre las empresas “partner” de sus proyectos y actividades se encuentra, por ejemplo, Aresbank, Credit Suisse, Mapfre, Telefónica, la JP Morgan Foundation, la Fundación Botín o la King Abdulaziz University. También se encuentran entidades como el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) o la Comunidad de Madrid.

Pero el contrato de Begoña Gómez deja muy claro que la financiación privada entra en sus capacidades. Pero no así la pública, algo que podría suponer un grave problema.

Desde el IE subrayan de este modo que sus proyectos no reciben dinero público ni mantienen contratos con administraciones públicas porque nunca han querido que esa vinculación les condicione a la hora de poder desarrollar otros proyectos.

El Africa Center pretende ser una punta de lanza de la IE University en la región. Felicia Appenteng, Directora General del IE Fund en Nueva York y del International Advisory Board de IE, es la presidenta del Centro. Felicia Appenteng, de nacionalidad americana-ghanesa, ha liderado en los últimos años la actividad de IE Fund con el objetivo de desarrollar proyectos estratégicos de la institución en EEUU.

De hecho el proyecto del IE es muy ambicioso. Así, el IE Africa Center quiere lanzar, en colaboración con el Centro de Innovación Social de IE, el IE Africa Social Innovation Booster, un programa dirigido a materializar las ideas innovadoras y de emprendimiento de líderes africanos que tengan impacto social.

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