Islamismo

Hanan Serroukh (mediadora social): «La sharía ya está instaurada en barrios de España»

"Hay barrios de España donde pasan ya cosas que nos escandalizan de Afganistán, Irán o Siria"

"La izquierda española ha asumido el islamismo. El hiyab es el primer paso para llegar al burka"

"Hemos combatido la yihad armada en Europa, pero no la intelectual, cultural y política que tiene grandes aliados en partidos e instituciones"

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«La sharía ya está instaurada en barrios de España». Es la advertencia de Hanan Serroukh, mediadora y educadora social, hija de inmigrantes marroquíes de los años 60 plenamente integrados laboral y socialmente en aquella España, primero en Barcelona y después en Figueras (Gerona). Su vida cambió radicalmente cuando su padre murió en un accidente y su madre se casó de nuevo. La engatusó un salafista para obtener la documentación con la que venir e instalarse en nuestro país.

La infancia de Hanan Serroukh cambió entonces -dice ella- «con una violencia tremenda». Pasó de relacionarse con otros chicos y chicas de su barrio en Figueras (eran los años 70 y 80), ir a la playa, hacer deporte y natación y ver Los payasos de la tele o La bola de cristal a que el nuevo marido de su madre les prohibiera todo: «Eliminó la música y la tele en casa y nos obligó a no tener contacto con los que él llamaba infieles». A los 15 años, su padrastro trató de casarla con un adulto que le doblaba la edad. Era 1989. Hanan huyó de casa: «Cogí el primer tren que salió de Figueras. En Gerona me encontró la Guardia Urbana. Estuve tutelada por la Generalitat hasta los 18 años».

Hanan Serroukh ha plasmado su historia en un libro: Coraje. El precio de la libertad (Sekotia). Desde entonces trabaja en la mediación y educación social enfocada a combatir el islamismo: «Tenemos el deber de garantizar que las niñas [musulmanas] crezcan con la misma igualdad y libertad que el resto y proteger sus derechos».

Hanan Serroukh fundó con 25 años la asociación Punt de Referència para acompañar a jóvenes sin red familiar, especialmente tutelados y ex tutelados, en su transición a la vida adulta. Hanan Serroukh colabora con los cuerpos y fuerzas de seguridad en la lucha contra el terrorismo yihadista y el islamismo radical. Ha participado en programas del Departamento de Estado de EEUU y Meridian International Center en la lucha contra la yihad.

«Enemigo silencioso»

La experiencia vital de Hanan Serroukh y su trabajo diario como educadora social en Cataluña y el resto de España le permite hablar con conocimientos sobre el terreno y solvencia de la progresiva, callada y peligrosa penetración en muy pocos años del islamismo en España y en Europa: «El islamismo es un enemigo silencioso con grandes aliados en Europa entre grupos políticos y sociales, que ha penetrado en la Administración y las instituciones y que no olvida su objetivo». Éste no es otro que imponer el Islam y cambiar el orden social europeo conforme a las reglas de la sharía: «Los islamistas van ganando terreno en España y en Europa y asentando el separatismo islámico».

«Las redes de financiación y adoctrinamiento islamistas actúan en toda Europa bajo pantallas de ONGs ‘multiculturales’ y ‘socio-educativas’»

El avance en pocas décadas ha sido notable. Hanan Serroukh recuerda: «Mi padre vino a España a trabajar. Tuve una infancia feliz, como la de cualquier otro niño en España en los años 70 y 80. Estudié la EGB, mis padres respetaban lo que el maestro de la escuela decía, mi madre se relacionaba con normalidad con el párroco del barrio… No había tensión ni rechazo. No había un ‘ellos y nosotros’. Convivíamos en un marco común, como unos ciudadanos más. Mis padres se sentían musulmanes, pero la religión no dirigía su vida. Nuestra realidad cultural de casa [marroquí] fluía de forma natural con la sociedad en la que vivíamos».

Hanan tiene claro que ella pudo huir de aquel matrimonio forzoso de su padrastro gracias a la formación de su padre: «Creía que hay un momento en que uno ha de dejar de ser inmigrante para ser ciudadano del lugar que te acoge respetando sus valores».

«La sharía en España»

Hanan Serroukh convive a diario hoy, como educadora social en muchos barrios, con una realidad muy alejada de la de su infancia de los 70 y 80: «En España están pasando cosas que nos escandalizan viéndolas en Afganistán, Irán o Siria». Es el progresivo control de los islamistas en barrios de España: «No hablo de Afganistán. Está ocurriendo en España en 2025».

Hanan Serroukh habla de matrimonios forzosos con niñas menores: «Se las llevan de España al país de origen para casarlas allí». El problema es tan real que los Mossos d’Esquadra han tenido que crear un grupo especializado en detectarlos. Hanan denuncia que muchos de esos matrimonios forzosos se están ocultando en las estadísticas como «violencia de género» si la niña menor no ha podido escapar y, ya adulta, termina denunciando al marido con el que la forzaron a casarse. Hanan Serroukh pide que las estadísticas no oculten el problema.

Hanan Serroukh es testigo de ablaciones de niñas y de la progresiva imposición en los barrios de un ambiente islamista en el que las mujeres son las peor paradas: lugares públicos a los que se les prohibe entrar, prohibición de cruzar la mirada con hombres, obligadas a bajar la voz si pasan por delante de una mezquita… «Es lo que ocurre -dice- cuando no hay cámaras de televisión y políticos hablando del multiculturalismo».

El velo islámico

Y, por supuesto, Hanan Serroukh denuncia la progresiva imposición del velo islámico: «Los islamistas han instaurado la idea absurda de que el velo es un elemento religioso que hay que respetar. La violencia y la misoginia del islamismo está blanqueada y normalizada en Europa. En las sociedades islámicas la mujer no existe. Es un mero elemento de reproducción y utilización del hombre».

Hanan Serroukh dice sentir «pena» por esas chicas que se manifestaron hace poco en Parla (Madrid) pidiendo que les dejen ir con hiyab al instituto público. La que lideraba la manifestación se declaró feminista: «Aquella joven defiende algo que no sabe qué es. Llevar el hiyab supone para una mujer estar sometida a la ley islámica». Hanan Serroukh lo tiene claro: «El hiyab es el primer paso para llegar al burka». Y denuncia: «La izquierda española ha asumido el islamismo».

Europa: «Separatismo islámico»

Europa empieza a verle las orejas al lobo del islamismo después de años de pasividad, connivencia y buenismo. Hanan Serroukh recuerda que «en Alemania, el servicio de Inteligencia lleva años advirtiendo del avance del islamismo y la desestabilización del país».

En Francia, el mes pasado, Macron se vio obligado a convocar el Consejo de Defensa Nacional tras difundirse un informe de los servicios secretos que advirtió de la penetración en las instituciones de los Hermanos Musulmanes, de su peligroso ascenso y de la amenaza que suponen «para la cohesión nacional». El informe decía que es una «amenaza directa a la República» y que el objetivo es implantar la ley islámica en Francia.

Francia ha acuñado el término «separatismo islamico». Para Hanan Serroukh los graves incidentes tras la victoria del PSG en la Champions no son casuales: «En Francia la fuerza del islamismo y su tejido social busca cualquier oportunidad para mostrar su poder. Cualquier gesta deportiva, cultural o política es una oportunidad. Hay una realidad social y política que, poco a poco, es evidente en aquellos barrios de Europa que los políticos han dejado en manos de organizaciones socioculturales islámicas. Ahora empiezan a verse las consecuencias. Son jóvenes nacidos en territorio europeo, y español, pero que han crecido bajo el control islamista en otros valores y en otro orden social, político, educativo y cultural. El problema está en manos de quién los dejamos».

Hanan Serroukh señala que los Hermanos Musulmanes están siguiendo el patrón que siguieron, de origen, en Egipto: «Donde no llegaba el estado estaban ellos. Las redes de financiación y adoctrinamiento de los Hermanos Musulmanes actúan en toda Europa bajo pantallas. Se blanquean como organizaciones multiculturales de refuerzo escolar, socio-educativas, de caridad y labor social, pero se dedican a extender el mensaje de la democracia occidental como un poder que corroe la moral».

Inmigración y yihad cultural

Hanan Serroukh aclara que el islamismo no usa la inmigración ilegal y descontrolada como vía de entrada, aunque sí señala que «la presión migratoria en las fronteras es un elemento de desestabilización y chantaje político y económico».

Viene a decir que el islamismo lo tiene mucho más fácil después de años de fronteras abiertas, buenismo y varias generaciones instaladas aquí: «Los islamistas usan a los hijos nacidos y crecidos en Europa de procedencia musulmana. Los Hermanos Musulmanes captan perfiles potentes de jóvenes musulmanes nacidos y formados en las escuelas y universidades de Europa. El gran poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto fue aliarse con los jóvenes universitarios. Para el islamismo, tener hijos en Europa y entrar en los sistemas educativos con ONGs de pantalla es un arma».

Hanan Serroukh tiene claro: «Hemos combatido la yihad armada, pero no hemos hecho frente a la yihad intelectual, cultural y política. El islamismo es la corriente social y política que inspira al Estado Islámico o a Al Qaeda y que actúa ya en nuestro territorio e instituciones». Recuerda que «la propia Comisión Islámica de España [interlocutora principal con el Gobierno] tiene vínculos y perfiles peligrosos».

Cataluña

Serroukh lamenta ver la naturalidad con la que algunos partidos políticos «normalizan» el islamismo dando mítines en mezquitas o presentando a candidatas con velo, particularmente en Cataluña. El Parlament rechazó hace poco prohibir el velo islámico en los lugares públicos. La yihad ha encontrado en el independentismo catalán una puerta abierta: «El islamismo tiene una gran capacidad para detectar las fisuras en las sociedades occidentales donde penetra».

¿Volviste a ver a tu madre?, le preguntamos. Hanan responde escuetamente: «Sé de ella… Sufrí el repudio de mi familia y de la comunidad musulmana. Todos llevamos nuestras mochilas». Aunque Hanan Serroukh, la niña que huyó de un matrimonio forzoso con tan sólo 15 años, proclama, orgullosa, su gran victoria vital: «Mi hija es mi gran triunfo. Es una mujer dueña de su vida».

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