El Gobierno pagará 71.000 € a su encargada de vigilar que los diplomáticos sean feministas
María Jesús Conde Zabala es la nueva embajadora en Misión Especial para la Política Exterior Feminista. Se trata de un puesto de nueva creación. Y su sueldo será de 71.000 euros. Un alto cargo cuyo objetivo será el de garantizar la apuesta del Gobierno y del cuerpo diplomático por el feminismo. Es decir, que será la encargada de vigilar que los diplomáticos defienden convenientemente las políticas feministas y de género.
Conde Zabala es licenciada en Derecho, ha sido vocal asesora en el gabinete de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales y de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional. Y es la nueva agente en defensa de una política exterior feminista, como se denomina por parte del Gobierno, pero que en realidad vigilará que los diplomáticos cumplan con sus directrices.
Conde Zabala fue también consultora y representante de UNICEF en Bulgaria, República Dominicana y Nicaragua, además de asesora regional de protección en la Oficina Regional para América Latina y el Caribe en Panamá, y jefa de migración y desarrollo en la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). También ha sido directora de Derechos Humanos del Gobierno Vasco y asesora jurídica de la Diputación Foral de Vizcaya.
El Gobierno afirma que su nombramiento confirma la apuesta por “una política exterior feminista” por parte de Sánchez. Y es que, en medio de la pérdida de peso internacional de España, el Ejecutivo socialcomunista ha demostrado ya cuál es su meta clave: el feminismo en las relaciones exteriores. Y es que, ya en época de la fulminada, Arancha González-Laya, el Gobierno dejó claro que el objetivo era una “política exterior feminista”. Esa es la orden que tienen en estos momentos los representantes españoles en el exterior: ni los mismos embajadores y diplomáticos saben muy bien qué significa eso, pero saben que las consignas que reciben apuntan a una priorización de las políticas feministas. Y todo ello, mientras España sigue perdiendo imagen, inversión y peso exterior.
González-Laya, de hecho, ya envió siendo ministra mensajes a los embajadores en este sentido. Unos mensajes centrados en una política de Exteriores que priorice “la defensa de valores como la igualdad y la diversidad”. Y para ello, pidió a las legaciones diplomáticas españolas “dar prioridad a las políticas que promueven la diversidad y promueven la igualdad”, tal y como describe una fuente del cuerpo diplomático español. Por ello, se ha pedido a los embajadores que defiendan las bondades de un plan de recuperación español cuyos ejes pasan por “la igualdad entre hombres y mujeres”.
El bautismo fue proclamado sin matices: “Una política exterior feminista”. ¿Qué significa eso? No lo saben bien ni los propios emisarios españoles en el exterior. Pero las consignas a los embajadores incorporaron frases como que “las acciones de política exterior incorporen la brújula del valor de la igualdad entre hombres y mujeres, la igualdad de género”.
Ahora, la nueva embajadora en misión especial para defender el feminismo se lo aclarará a todos ellos.
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